Saber escuchar

Que una subsaga de JRPGs haya prosperado tanto en el tiempo como para poder conformar su propia trilogía es algo digno de admiración, una proeza irrefutable, y debería de ser un buen indicador para arquear una ceja en el caso de que aún no sepamos ubicarla en el mapa. Es una acción que, por desgracia [más para nosotros que para unas Koei Tecmo y Gust en estado de gracia], no siempre sabemos hacer en Europa, donde propuestas como las que componen la saga Atelier siguen viéndose de manera incluso despectiva por un gran sector del público, tildándose de infantiles o simplistas gracias a su ya icónica y muy marcada apariencia wholesome.

Alchemist of the End & the Secret Key no se aleja más de lo que debería de la susodicha, ni de ninguno de los pilares que han sostenido a la franquicia desde Marie, mas supone un cierre apropiado y en su medida revolucionario a una serie algo maltratada que, pienso, no se merecía menos.

Y es que si Atelier Sophie —la otra subsaga que hemos analizado en esta casa— se apoyaba en el continuismo para proporcionarnos un lugar seguro, un punto de eterno retorno al que volver bien para desconectar de los grandes blockbusters que colman la industria o para reconciliarnos con el medio tras una época de burnoutAtelier Ryza 3 lleva de la mano al fan más acomodado hacia nuevas fronteras, aportando una serie de ideas que funcionan muy bien y que ante todo respetan tanto como pueden la fórmula original, y descubriéndole a su nicho una serie de mecánicas y conceptos que quizás no sabía que necesitaba, pero que ahora muy difícilmente será capaz de soltar.

Un verano después de Ryza 2, todo es distinto, aunque se siente igual. Ahí están Lila, Empel y Patricia para demostrarlo; no faltan caras conocidas, al igual que no brillan por su ausencia ni los chascarrillos, ni las situaciones cargadas de magia, ni los momentos puramente cuquis. Todo eso que ya habíamos vivido, y que sin embargo ahora vivimos de otra forma. Esta sensación de cambio inexistente, de vivir en un mundo tan familiar como foráneo, o un momento que sientes que no te corresponde, es parte madurar, una fase vital que Alchemist of the End & the Secret Key, título tremendamente basado en la nostalgia, trata y explicita estupendamente bien, y de una forma tan disimulada que casi parece haberla tocado por accidente. Es por ello que, por mucho que la levemente desangelada trama de la obra pueda ser disfrutada despojada de sus antecesoras, no puedo recomendar este cierre de trilogía a viva voz, al merecer ser disfrutado como capítulo conclusivo y no promotor.

Solo de esta forma puede contemplarse y estudiarse, además, el más que considerable salto que ha dado su mundo, ahora diseccionado en islas por motivos argumentales, el cual se postula como uno de los protagonistas de esta secuela al poder ser explorado de una manera tremendamente libre. Sin llegar a ser un mundo abierto, el terreno de juego está ahora repleto de grandes zonas preciosistas en las que las pantallas de carga apenas tienen cabida, y que potencian exponencialmente la exploración al permitirnos recorrerlas tanto a pie como mediante diversas monturas. Los elementos y minerales que las pueblan presentan acordemente una recolección más satisfactoria, y el resto de añadidos van en consonancia con unos sistemas de juego que logran aguantar sin demasiados problemas las más de 40 horas que puede llegar a durarnos la campaña principal.

Podría esperarse, por contraposición y teniendo en cuenta los antecedentes de la IP, que el combate resistiese algo peor el devenir de las horas, pero es aquí donde se ha realizado la otra gran modificación con respecto al sistema visto en entregas anteriores, dando lugar a un sistema que juega tanto con los turnos como con la acción a partes iguales y que se antoja mucho más rápido y satisfactorio, si bien ha decidido sacrificar algo de la estrategia en esta transición hacia el frenetismo. El resultado, pese a dicho punto, sigue siendo muy positivo, gracias especialmente a una nueva mecánica de creación de llaves que permite desatar nuevos poderes en una franja concreta de tiempo, y que encaja a la perfección con otras importantísimas mecánicas como la alquimia, la cual sigue más que presente. Es en ella, de hecho, donde menos cambios hemos percibido, y la única que puede llegar a pecar de repetitiva una vez se han superado las dos decenas de horas de juego, aunque el hecho de encontrarnos probablemente ante el capítulo de la saga con menos secciones de farmeo es algo que debería de ser más que suficiente para perdonárselo.

Pese a este pequeño bache, sigue habiendo otras muchas cosas que cuesta algo más perdonar, como que el título nos haya llegado otra vez más en íntegro inglés, algo que echará irremediablemente para atrás a muchos, especialmente teniendo en cuenta su larga duración y la abundante presencia de conversaciones y escenas narrativas, heredadas de su vertiente de RPG más puro. Asimismo, su apabullante faceta artística llega acompañada de una banda sonora que raya a un muy buen nivel, pero que también puede caer en la monotonía y que muestra sus debilidades a la hora de acompasar a los momentos más épicos, y en general, cuando le toca salirse de las tonalidades alegres y animadas que permean a lo largo de todo el tracklist. Nada de esto pillará por sorpresa al fan acérrimo, que podrá estar más o menos de acuerdo con la opinión de un servidor, pero que, estoy seguro, esperará algo más en estos apartados, especialmente viendo los grandes esfuerzos que se han realizado en el resto de departamentos.

Una llave al futuro

Alchemist of the End & the Secret Key es un gran cierre para la que —a juicio totalmente personal— es una de las mejores trilogías que nos ha dado Atelier en toda su historia. Más profunda y revolucionaria de lo que cabía esperar, la conclusión de Ryza deja un muy buen sabor de boca y sienta las bases para un nuevo horizonte prometedor, y al que solo le podemos pedir que pula las cada vez más escasas asperezas que la serie lleva cargando desde tiempos inmemoriales. Quién sabe si así, de una vez por todas, podremos hacer que cale y que se reconozca su buen trabajo fuera de las fronteras del país del Sol Naciente.


Esta crítica ha sido realizada con una copia física del juego para PS4 cedida por PLAION España.