La oleada de despidos llega a la industria del videojuego

La vuelta a la “normalidad” tras lo peor de la pandemia de COVID-19 está siendo, cuanto menos, complicada. Y en materia laboral, el sector tecnológico está volviendo a su estado previo a la misma, con una menor demanda de servicios, y prueba de ello es que las grandes compañías de la industria están realizando despidos masivos (ya lo siento, me niego a utilizar eufemismos como “ajustes”) para preservar sus beneficios. Y esto ha llegado también a los videojuegos, y precisamente de la mano del actor que mayor ironía refleja en este sentido, Microsoft. Los de Redmond van a cargarse nada más y nada menos que al 4.5% de su plantilla (10.000 personas, casi nada) en una maniobra que aún está por ver si afectará a la división de Xbox y todo lo que gira a su alrededor (según Jason Schreier, sí va a ser así). Un contraste importante con la importante política de adquisición de licencias y estudios que ha llevado a cabo en los últimos años, ¿verdad?

La multinacional, por más que se vista de seda, multinacional se queda.

Sorpresa sorpresa, Microsoft no es tan buena como quiere aparentar con sus agresivos planes de marketing con Xbox Game Pass y sus bonitas declaraciones de cara a la galería en lo que a exclusividad de determinadas licencias se refiere. Eso, a la hora de la verdad, se queda en la hemeroteca, mientras 10000 personas se van a la calle. “Al menos van a tener buenas indemnizaciones”, dirán aquellos que defienden a su empresa favorita pensando que van a heredarla. Solo faltaría. A ver cuando le echan un vistazo a las cuentas de beneficios de la misma, al sueldo de los ejecutivos, o a los dividendos repartidos a los accionistas. De protección al trabajador, ni una palabra, y de abuso de poder por parte de los señores de corbata y maletín, tampoco. De los casi 70.000 millones de dólares que se van a utilizar para adquirir Activision Blizzard, tampoco. Casualidades de la vida.

Bienvenidos a la crisis crónica del capital. Porque Microsoft es un actor importante, pero no es el único de la industria del videojuego que va a anunciar despidos. Ubisoft ya ha anunciado cancelaciones, retrasos y “ajustes” debido a los resultados económicos del último año. Reuniones con los inversores, y a los pobres que les toque “recoger sus cosas y no volver mañana”, ni las gracias. La industria del videojuego sigue en expansión, y los que trabajamos en ella somos hasta cierto punto unos privilegiados porque trabajo hay, pero la estabilidad laboral o las condiciones dignas brillan por su ausencia en la inmensa mayoría de casos. Y en el caso de grandes empresas, conglomerados y similares, estos ajustes no son la excepción, simplemente son los primeros de una larga cadena. Eso sí, de rebajar sueldos de directivos, ni hablar, por lo que sea.

Al menos, en Ubisoft París ya están organizando una huelga en protesta, y veremos si se extiende a otras divisiones del gigante. Y si siguen adelante con los despidos, tampoco descartaría una renuncia de calado por parte de compañeros que no se vean afectados. Después de todo, si no hay buenas condiciones, y no te dan las herramientas (equipo humano, en este caso) para poder hacer bien tu trabajo, ¿por qué no ibas a marcharte a la competencia? Después de todo, para que un ejecutivo se lleve los beneficios de tu trabajo en ambos casos, que menos que hacerlo en un sitio donde no pongan trabas a tu desempeño.