De luces y sombras

El terror japonés suele girar en torno a unos elementos bastante tradicionales, y repetidos en la gran mayoría de obras que se enmarcan en este género y que procedan del país nipón, sean películas, videojuegos, u otras formas narrativas. Es casi imperativa la presencia de una maldición en forma de espíritu atormentado que acosa a los protagonistas de la historia, y sobre el cuál se deberán ir destapando datos con los que resolver su tormento y, por ende, la problemática que rodea a los protagonistas. El terror japonés se convierte casi en un ejercicio de “folclore moderno”, ya que han adoptado una forma muy propia, y en muchos aspectos inamovible, de hacer el terror.

Yuoni no es una excepción respecto a esa tendencia, y hace girar su eje principal en torno a una presencia espiritual que provoca una maldición sobre los protagonistas, y que pone en marcha los sucesos que harán funcionar la trama y a los que nos tendremos que enfrentar. Como también es habitual en las historias de terror japonesas, los espíritus atormentados lo suelen ser debido a hechos traumáticos, como violaciones, asesinatos, pérdida de seres queridos, etc., y Yuoni vuelve a explotar esa idea. Sin embargo, aún dentro de la tendencia general del género toma un pequeño desvío en el camino, una ruta alternativa para darle un ligero soplo de aire fresco al formato. En este caso, el espíritu en discordia es más un catalizador y un medio para “resolver” los problemas que el problema en sí mismo. Y es que la aventura, desarrollada a lo largo de cinco capítulos, se inicia con una incursión de un grupo de amigos a un hospital abandonado para realizar un antiguo ritual que, supuestamente, permite ver al espíritu de Tsun, un niño que murió hace mucho en ese lugar, y que vivió una infancia traumática y solitaria. Los cinco amigos, entre los que se encuentra Ai, la protagonista del juego, se internan en el hospital y realizan el ritual del Yuoni uno a uno, pero a ninguno le funciona, excepto a la propia Ai, ¿cómo no? A partir de aquí se inicia una serie de sucesos sobrenaturales en los que Ai se ve envuelta, y que van explorando progresivamente las psiques y mentes de cada uno de los miembros del grupo de amigos, siempre a través de Tsun y su juego del yuoni, que actúan como conducto.

A través de esta idea, Yuoni nos introduce en una sucesión de idas y venidas entre el mundo real y una suerte de dimensión paralela, entre la que se desarrollará toda la aventura. Este elemento puede recordar a títulos como Silent Hill, debido a esa alternancia entre dos entornos claramente diferenciados en sus elementos visuales. El juego saltará entre tres tipos de escenarios principales: la escuela de Ai y sus amigos, el hospital abandonado y ruinoso, y una antigua mansión japonesa. A través de estos escenarios se sucederán los cinco capítulos de la historia, y en cada uno de ellos tendremos que jugar al yuoni con Tsun para poder progresar hacia el siguiente y averiguar algo más sobre los integrantes del grupo de amigos de Ai, al tiempo que la propia realidad se distorsiona cuanto más nos adentramos en el mundo de Tsun. El juego del yuoni consiste en encontrar un muñeco tradicional japonés y llevarlo de vuelta al punto de partida, dónde podremos quemarlo. Suena fácil, pero tendremos que hacerlo mientras evitamos que Tsun nos encuentre antes a nosotros, y mientras evitamos el peligro de las sombras oscuras. Según las reglas del yuoni, si Tsun nos encuentra habremos perdido, pero en la práctica se trata de una derrota que desemboca en la muerte de Ai, y tendremos que evitar varios peligros además de la simple mirada de Tsun. El niño se ayudará de una serie de sombras de forma humana dispuestas por el escenario, que nos delatarán si nos detectan, atrayendo la atención de Tsun hacia nuestra posición. Estas sombras son completamente ciegas, pero reaccionan a estímulos auditivos, por lo que tendremos que pasar agachados y conteniendo la respiración para no hacer ruido. Aquí entra en juego una de las mecánicas de juego básicas: contener la respiración. Manteniendo pulsado un botón, Ai se cubrirá nariz y boca con las manos para evitar hacer ruido, y empezará a reducirse una barra que indica cuanto tiempo podemos contener la respiración. Para aumentar el tiempo que podemos contener la respiración podemos pulsar alternativa y rápidamente L1 y R1, lo que provocará que la barra de oxígeno descienda más lentamente. Por otro lado, pisar cristales rotos provocará ruidos estridentes, que atraerán a las sombras cercanas, o al propio Tsun, y si él nos encuentra, el peligro no será él en sí mismo, sino el monstruo al que puede invocar. Esta bestia invocada por Tsun funciona de forma inversa a las sombras, no puede oír nada, pero puede vernos, y lo que es más importante, puede dañarnos y matarnos. Si nos alcanza dos veces sin que haya tiempo para recuperarnos de por medio estaremos muertos.

Y es que Yuoni juega con la indefensión como uno de sus ejes centrales, tanto en las mecánicas jugables como en la atmósfera que construye. Como mencioné anteriormente, no tenemos forma de reaccionar a los peligros más allá de la huida o la ocultación, no tenemos armas o métodos de defensa, por lo que a efectos prácticos estamos totalmente indefensos. Por otro lado, el juego se desarrolla en unos escenarios y atmósferas muy opresivas que nos hacen sentir amenazados constantemente. La escuela de Ai siempre se verá envuelta en una luz carmesí del atardecer, como si el tiempo se hubiera detenido para siempre en ese momento en el que Ai iba a salir de la escuela. El tono rojizo perpetuo que invade el escenario es inconscientemente asociado con peligro y amenaza, y además hace que muchos juegos de luces y sombras nos impidan distinguir con claridad ciertos rincones del escenario. El hospital, por su parte, será un escenario invadido por una oscuridad mucho más cerrada y densa. Y, finalmente, las secciones de la antigua mansión estarán plagadas de elementos inquietantes como muñecos antiguos, y también nos pondrá en tensión con la cantidad de pasillos, esquinas y puertas que tiene, que se convierten en amenazas potenciales desde la que pueden aparecer Tsun o las sombras, así como en un quebradero de cabeza a la hora de elegir un camino. Mediante estos elementos, Yuoni logra transmitir terror real al jugador, y, sobre todo, angustia y sensación de indefensión.

La idea de Yuoni, sin entrar en demasiados datos que puedan ser spoilers, es original debido al enfoque y la perspectiva entre los humanos y el espíritu. Además, explora temas interesantes en el terror, como el acoso escolar, los dramas familiares o la imposición de roles sexuales. Sin embargo, el juego cae en un error que puede enturbiar el resultado final, sin llegar a convertirlo en un mal juego. El principal y único problema importante de Yuoni es la repetición de su fórmula, pues todos los capítulos consistirán en ir de un punto a otro del escenario, encontrar el muñeco, y volver al punto de partida, evitando durante el regreso a una presencia enemiga que nos perseguirá y nos matará de manera instantánea si nos alcanza.

Por último, Yuoni introduce un elemento interesante y no demasiado habitual en los juegos de terror de desarrollo indie, y que puede darle una segunda vida al juego. Por una parte, a través de una decisión en la recta final del juego, podremos ver dos finales distintos para el futuro de los personajes del grupo. Y, por otro lado, al completar el juego desbloquearemos una especie de NG+ en el que encontraremos una serie de archivos coleccionables en cada capítulo, que arrojarán nuevos datos y detalles sobre la vida de los personajes.

Una nueva forma de hacer terror japonés

En líneas generales, Yuoni se presenta como una aventura de terror que cumple con lo que se propone, y que explora una ruta alternativa dentro de los estándares del terror japonés. Es capaz de desmarcarse ligeramente sin dejar de utilizar los elementos más habituales del género, y sabe transmitir terror e indefensión, al tiempo que trata temas reales y sociales combinados con el terror sobrenatural. Su único punto negativo importante lo encontramos en la repetición de su fórmula capítulo tras capítulo, cuya estructura será prácticamente idéntica de uno a otro.


Este análisis ha sido realizado con una copia digital para PlayStation 5 cedida por Meridiem Games.