A veces los videojuegos permiten estas cosas

Este artículo se sale un poco de la línea que solemos mantener en HyperHype, pero en esta última semana, por circunstancias que comentaré en el artículo, he vuelto a retomar, al menos de momento, mi interés por el fútbol gracias a los videojuegos.

El pasado 29 de mayo, recibimos una invitación para acudir a la presentación de Legendary Eleven, un título de fútbol arcade español que se lanzará este mismo mes en Switch, y cuyo análisis debería de salir en no mucho tiempo. El caso es que decidí jugar a algunos juegos de fútbol, para ir calentando de cara al evento.

Repasando mi colección de juegos, desde FIFA 06 en Game Boy Advance, pasando por FIFA 08 en PC, Pro Evolution Soccer 2013 en Wii, la saga de Inazuma Eleven en Nintendo DS y posteriormente 3DS, Football Manager en sus sucesivas ediciones… lo cierto es que tengo más juegos de fútbol de los que creía.

Aunque, por otro lado, es lógico. Como casi todo niño, de pequeño he perdido incontables horas con el balón, en la calle, en el parque, en el patio del colegio, viendo partidos por la tele, como si fuera lo más importante que había. El hecho de que, culturalmente, el fútbol tenga un peso tan importante, ayuda mucho a que sea una afición generalizada. Además, no solo en el campo de los videojuegos, sino también a nivel de series (Oliver y Benji, sin ir más lejos), también tiene una presencia apabullante.

Pero, y aunque nada apuntaba a ello, acabé perdiendo interés por este deporte. El hecho de que sea del Atletico de Madrid probablemente ayudase a ello, con las derrotas en las finales de la Champions League, así como la marcha de varios jugadores (Diego Costa, Arda Turan…), y un sentimiento de rechazo en general me llevaron a alejarme de este deporte, no solo a la hora de prácticarlo, sino también de verlo o jugarlo en forma de videojuegos.

Pero con la presentación de Legendary Eleven, quise darle otra oportunidad. Tenía reciente una victoria de mi equipo en la Europa League, y estaba retomando de nuevo la costumbre de estar atento a equipos, rumores de fichajes… y devorar juegos de fútbol entre tema y tema de exámenes, además de volver a ver algunos resúmenes de partidos y competiciones, como la Eurocopa de 2008 o el Mundial de 2010.

Inazuma Eleven 3: La Amenaza del Ogro ha sido mi última víctima, habiéndo completado su modo historia y habiendo recuperado con el juego de Level 5 el gusto por el fútbol, y con el Mundial de Rusia 2018 a la vuelta de la esquina, me pregunto si el mundo de los videojuegos me va a permitir mantener esta nueva sensación por mucho tiempo.

Este género, aunque limitado en la teoría (especialmente en la parte más realista), ha dado lugar a muchísimos géneros diferentes, capaces de satisfacer a todo tipo de jugadores, con las variaciones más locas que se ocurran. El mejor ejemplo, creo, es Pet Soccer, un juego que en su día formaba parte de una promoción con cajas de cereales, y que resultó ser gratamente sorprendente.

Desde luego, no se a donde me llevará esto, pero por lo pronto, ya he perdido un par de tardes en una cancha con amigos como antaño, y he vuelto a casa con alguna herida que otra. ¿Me gusta este cambio? Realmente aún no lo se, pero lo cierto es que lo que me ha sorprendido gratamente es el poder que, en mi caso, han tenido los videojuegos para reactivar esta antigua afición en mi.