Honk! Honk!

Los humanos somos horribles por naturaleza. Nos estamos cargando el planeta, nos matamos entre nosotros y aún así queremos exponer al resto del universo del peligro para la vida que somos. Hacer el mal está, como su nombre indica, mal, y somos conscientes de ellos, pero por alguna razón llega Untitled Goose Game y lo disfrutamos y nos reímos de ser horriblemente molestos. No estoy diciendo que seamos todos asesinos en serie, pero somos humanos, y nos gusta ser así en dos situaciones particularmente: cuando estamos cansados de contenernos y explotamos y cuando realizar ese acto de maldad no conlleva ninguna responsabilidad; y es justo en este último punto donde se descubre el ganso perverso que tenemos en nuestro interior.

Peace was never an option.

En este juego de House House tomamos el papel de un ganso muy puñetero, y nuestro único objetivo es molestar a los vecinos de un pueblo. Así, sin más. En cada zona tendremos una serie de misiones a cumplir y a medida que avancemos se nos irán desbloqueando más. La premisa de por sí es absurda, y es que el juego en sí lo es, y no lo digo como algo malo. Que no se tome en serio es maravilloso, porque puede permitirse experimentar de las formas más alocadas posibles. También se nutre mucho de pequeños detalles, como el balanceo del cuello, los movimientos espasmódicos de la cola, que si coges una botella y graznas suena distinto… Hablando de graznar, hay un botón dedicado exclusivamente para ello, y el juego comienza contigo pulsándolo. Es una forma de asentar lo que te espera: humor absurdo y casi accidental, porque sabes muy bien lo que estás haciendo y te estás doblando de risa.

El resto de acciones que podemos realizar son correr (lo cual nos impedirá girar en gran medida), coger objetos y agachar la cabeza para coger los que estén a menor altura. También podemos alejar o acercar la cámara, que siempre nos seguirá de una determinada forma para tener un plano general de nuestros alrededores. La sensación de movimiento es maravillosa, torpe pero no incomoda en ningún aspecto. En sí, a nivel mecánico el juego no tiene mucho más, ni lo necesitas. Se trata de un juego de infiltración, donde nuestras fechorías solo pueden ser realizadas cuando alguien baje la guardia o alteremos el escenario para que la desgracia sea inevitable. Sin embargo, el juego trata más de saber cómo realizar la acción que de ocultarse.

Simple en su formula, rico en absurdez y maldad.

La IA es muy manejable y muchas veces se vuelve loca o no sabe qué hacer, pero puedo entender por qué es así. Si fuera más fácil el juego no tendría gracia, y si fuera más lista muchos no podrían progresar. El juego es corto (puede que demasiado) y quiere que lo disfrutes al máximo, y si fuera más complicado podría frustrar a muchos jugadores. Yo me agobio bastante cuando no encuentro la solución a un puzle o me quedo atascado en algo que creo que está bien, y en ese sentido la IA ayuda. Sí que es verdad que a veces es absurdamente estúpida, pero son cosas puntuales. Además, añade un componente aún más cómico al título. Sin embargo, respecto al humor tengo un pequeño problema, y es que, aunque te partes de risa, siento que soy yo siempre el que da pie a que el resto del mundo haga alguna estupidez. Sí que es cierto que hay situaciones de pura maldad donde hacemos que alguien se martillee la mano graznando en el momento justo o desatando los cordones a alguien para que se caiga y robarle las gafas, pero en otros momentos se limita a que alguien rompa algo sin que sea su intención solo porque he puesto ese algo ahí. No he sido yo el que lo ha hecho, sino un agente externo porque he predispuesto esa escena, y esta guay pero no llega tanto.

El apartado gráfico es muy minimalista, basado en colores planos y formas sin contorno de ningún tipo. Las caras no están definidas ya que esa gente no te importa en absoluto, solo quieres amargarles. Prácticamente no hay interfaz, quitando los objetos que puedes coger o que están ocultos detrás de otra cosa. No hay barra de vida, ni estamina nada. Eres tú y el mundo, el cual está marcado por una banda sonora compuesta por trozos de seis preludios de Debussy que fluye según lo que vayas haciendo: se intensifica cuando te persiguen, es delicada cuando estás agachado y cuando te pillan termina la pieza. Esto hace que todo el mundo tenga una banda sonora a lo largo del juego completamente distinta.

Aprende, Kojima.

Sin embargo, he comenzado hablando del placer de hacer el mal, y es que lo que hacemos en Untitled Goose Game está mal, y sin embargo lo disfrutamos como nadie. Todo esto viene porque no tenemos una penalización de ningún tipo, ni se nos quita una vida o nos llevan a otro sitio. El mayor castigo es volver a intentarlo, y mola porque te hace dar un par de vueltas a la estrategia que tenías o a fijarte un poco mejor si te has dejado algo por el camino. De nuevo, no digo que seamos horribles por disfrutar de hacer el mal y las desgracias ajenas en este juego, pero me parece muy curioso que siempre se hable de, por ejemplo, como Spec Ops: The Line nos hace ver que no todo lo que hacemos, por mucho que vaya con una buena intención, es lo correcto, sino que tiene consecuencias serias y podemos estar equivocados. Luego llega el ganso maniático y sabiendo que estamos destrozando la convivencia de esas pobres personas que no han hecho nada malo lo disfrutamos al máximo y queremos más, sin sentir una pizca de remordimiento y si la tenemos se pasa en 10 segundos.

La libertad para fastidiar en estado puro

Untitled Goose Game es la libertad para fastidiar en estado puro. Sin pena de ningún tipo, ni repercusión, ni nada. Es una batalla del universo contra el ganso, solo que el universo no sabe que se encuentra en ella. El lanzamiento del juego ha sido un éxito, y con razón. En poco tiempo todo internet se ha llenado de memes referenciando a nuestro pequeño amigo, haciendo fan-arts como si estuviera en otros juegos o películas (me encanta ese que le roba el guantelete a Thanos) o incluso mods para dichos juegos. Todo el mundo ha simpatizado con el ganso, y es que es eso, un pobre e indefenso ganso, pero la situación se torna tan absurda que es imposible no resistirse. House House ha hecho muy buen trabajo para ser su segundo proyecto, y tengo muchas ganas y expectación en saber con qué nos sorprenderán en el siguiente.


Este análisis ha sido realizado con una copia para PC adquirida por la propia redacción.