Un buen comienzo, sí señor

Aunque ya tenían su nicho de popularidad, las versiones digitales de conceptos que principalmente han estado enfocados a juegos de mesa, la pandemia ha dado mucho rédito a todo tipo de propuestas. No todo ha sido vitalidad como es el caso de Among Us o Gartic Phone, pero esas noches de cuarentena descubriendo las distintas entregas de Jackbox Party y los minijuegos que contenían ya no me las va a quitar nadie. Y por eso, a cada nueva entrega que se publique, ahí estará mi atención, porque viendo el panorama, uno nunca sabe cuándo va a tenerlos de nuevo como principal fuente de entretenimiento.

En esta ocasión, aunque pueda parecer una versión descafeinada, nos encontramos con una pequeña recopilación de minijuegos ya presentes en otras entregas, para ser una introducción al concepto, y que de aquí saltemos al resto. Esto implica, por un lado, que si ya conocemos de qué va esto, nos pueda interesar entre poco y nada (porque además, la selección incluye algunos de los juegos más populares de la licencia), pero si somos unos completos novatos, sirva como cebo para morder el anzuelo.

“¡Camarero! ¡Una de accesibilidad!”

El primer acierto de cualquier Jackbox Party es hacer de la sencillez su fortaleza. ¿Qué es eso de complejos esquemas de controles? Aquí basta con un dispositivo con conexión a internet y navegador. Tan simple como eso. Luego hay opciones mejores (pantallas táctiles para dibujar, teclado para minijuegos basados en la escritura…) pero va a ser muy difícil que en una reunión no pueda salir adelante una partida con todos los invitados. Si acaso, puede que el problema sea el máximo de 8 jugadores simultáneos, pero siempre podremos hacer las veces de público y optar a cambiar el desenlace de cada ronda. A partir de ahí, cada minijuego tiene la misma complicación que el mecanismo de un botijo, y además, por si fuera poco, las instrucciones son claras y están dobladas a la perfección, con el toque de humor que además esto puede sumar a la experiencia. En definitiva, todo suma, y en positivo.

“¡Camarero! ¡Una de Cartas contra la Humanidad!”

El primer minijuego de la selección, Quiplash 3, es una revisión de Cartas contra la Humanidad, pero en formato duelo. Para los que no conozcan la versión tradicional del concepto, al principio de cada ronda se nos dará una serie de frases con algún hueco en blanco, que podremos rellenar libremente. Tras ello, se nos enfrentará a la propuesta de otro jugador (que habrá recibido la misma frase base), y se vota por parte del resto de jugadores cual es la mejor. Aquí ya entran en juego sarcasmos, humor interno, puyas personales y todo lo que nos queramos imaginar. Como particularidades que aporta Jackbox a la fórmula, cada ronda nos sumará el doble de puntos que la anterior, abriendo la puerta a remontadas inesperadas, o la posibilidad de tontear con votos concretos para asegurarse una victoria. Todo vale en el caos, ¿no?

“¡Camarero! ¡Una de Camisetas!”

El segundo plato, Tee K.O, es personalmente, mi favorito de la recopilación, principalmente porque da rienda suelta a la creatividad de los jugadores, con todo lo que ello puede llegar a conllevar. La estructura del mismo es sencilla, se hacen 3 dibujos con temática libre, se hace una ronda de escritura de tantos eslóganes como queramos (de nuevo, sin restricciones de tema) y al acabar cada jugador tiene una pequeña selección de cada, con lo que tiene que fijar una combinación que se enfrentará a las elecciones del resto de participantes.

Aquí es donde puede irse de las manos el asunto, bien con auténticas barbaridades dignas de una visita al juzgado, o cosas tan rematadamente absurdas que simplemente por el factor aleatoriedad se lleven el gato al agua en las votaciones. En este minijuego se nos puede ir la tarde, la noche y hasta la madrugada entera si nos lo proponemos. Y hasta podemos comprar la camiseta que resulte ganadora tras todos los duelos. Todo ventajas.

“¡Camarero! ¡Una de Trivial… ¿en mansión del terror?!”

Y el postre, Trivia Murder Party 2, es, como su propio nombre indica, un trivial con asesinatos. Con un ambiente de mansión del terror (y creo que es el que estéticamente mejor refleja el estilo de Jackbox Party), se nos presenta una combinación de trivia (con preguntas rebuscadas a más no poder, abandonando hasta cierto punto el humor absurdo) con minijuegos protagonizados por aquellos que fallen. La parte de los asesinatos entra cuando perdemos una de estas pruebas, que van desde escribir un dictado hasta intentar resguardarnos de espadazos de nuestros compañeros. Cuando solo quede uno, en la ronda final, trivial de nuevo para alcanzar la salida, con unas que perjudican claramente al jugador que mayor ventaja tenga en cada momento, y que puede dar lugar a momentos injustos y caóticos. En definitiva, que cumple con su objetivo a la perfección.

El príncipe de la fiesta

Porque al final, Jackbox (en cualquiera de sus ediciones, sin importar los minijuegos que incluyan) es un lienzo en blanco que depende de nosotros, y de nuestros acompañantes, explotar. La selección de esta edición reducida, no obstante, es la más correcta a modo de iniciación a la saga, y posiblemente sea la que menos ingenio requiera para sacar unas sonrisas en una tarde de verano. Obviamente, en perspectiva, sale mal parada si se compara con un volumen ya publicado, pero hay que juzgarlo como lo que es, y como entrante, funciona a las mil maravillas.


Esta crítica se ha realizado en base a un código para la versión de Steam cedido por Best Vision PR