A la cuarta va la vencida

Hace un par de artículos escribí sobre Battlefront II y como había resucitado gracias a echar marcha atrás en lo que a su sistema de negocio respecta. También mencioné a No Man’s Sky y Slain, dos juegos que siempre salen cuando se habla del tema, y no es para menos. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de los casos contrarios: aquellos que intentan salir adelante como pueden, pero siguen estrellándose una y otra vez. Este es el caso de The Culling, juego que si no os suena tampoco os voy a culpar. Esta saga ha intentado despegar ya 3 veces sin éxito: al primer juego le dieron soporte un par de meses, al segundo tuvieron que retirarlo por las malas ventas una semana después de su lanzamiento y volvieron a lanzar el primero como un free-to-play, también sin éxito alguno. Xaviant es el estudio responsable de estos juegos, y puede que hayan tomado no muy buenas decisiones, pero hay que reconocer que la insistencia la dominan a la perfección.

The Culling: Origins vuelve, pero de una forma bastante curiosa. Han introducido bastantes cambios que mejoran la jugabilidad de su primera versión, aunque lo más destacable es su nuevo modelo de monetización. En Xaviant se han dado cuenta de que eso de hacer un juego gratis y tener que mantener servidores sin jugadores que gasten dinero no es una buena idea, así que han optado por otro camino. El juego costará 5 dólares (será gratuito si ya lo cogiste en su día, pagando o gratis), y serán las partidas lo que cuesten dinero. Podrás jugar una partida al día, pero si quieres seguir jugando tendrás dos opciones: o ganar esa partida o pagar. También estará la opción de un bono mensual para jugar un mes entero. El juego sale hoy en Xbox One y sin fecha confirmada para PC, pero no debería tardar mucho. Es raro, porque se parece a un sistema que pudiera usar un free-to-play, pero pagando de entrada si no lo tienes ya. Al menos te dejarán un día entero para jugar y probarlo.

No me gusta pensar que un proyecto como este va a salir mal. Sin duda parece que le están poniendo ganas para que salga adelante, pero esto lo hemos visto antes. En Pokémon Go están las raids, donde te enfrentas junto a más entrenadores contra un bicho descomunal en un combate con la oportunidad de capturarlo si lo derrotas. También te dan un pase gratis por día, aunque tendrás que pagar con monedas si quieres más pases. El punto es que las monedas, aunque complicadas de conseguir sin pagar, son bastante accesibles. En The Culling: Origins, si quieres jugar más sin pagar, o ganas en la tómbola que es el Battle Royale o estás fuera. Además, Pokémon Go sí que tiene algo que ofrecer aunque sea en forma de cromos, pero en The Culling esa parte de satisfacción de tener un bicho raro se pierde. Sin embargo, el mayor problema es que Pokémon Go sigue siendo jugado por millones de personas; The Culling no va a llegar a esas cifras en mucho tiempo, porque ese nombre está maldito.

The Culling

Las antenas vuelven a ponerse en marcha

Todo el que conoce el juego no lo recuerda especialmente bien por razones más que obvias, y aquí retomo lo que dije en aquel artículo: pagar el desarrollo de los servidores es difícil, pero volver a ganar la confianza de la gente lo es aún más. Si a la cuarta no va la vencida espero que no sigan golpeándose contra un muro y sepan echar marcha atrás, porque desde luego que hacer este tipo de juegos no es sencillo ni barato. Pokémon Go tiene una fanbase muy dedicada, puede que más escasa que al principio de la vida del juego, pero entregada hasta el hastío. Está bien intentar resucitar proyectos que no han salido tan bien como se esperaba, y en serio espero que sea un juegazo y que la gente lo disfrute mucho, siempre hay que darle una nueva oportunidad, pero que no nos extrañe que todo se vaya al garete. No sé hasta qué punto será bueno y hasta dónde un impedimento esa barrera de entrada de 5 euros, teniendo alternativas gratuitas y que puedo jugar todo lo que quiera. Tienen que ofrecer algo que, como mínimo, nos vuele la cabeza, porque en caso contrario solo podemos esperar un camino hacia el olvido.