Los problemas de una lucha pacífica

La iniciativa Stop Killing Games, que comenzó hace poco más de un año con la idea de impedir que los juegos que requieren conexión online constante no puedan jugarse de ninguna manera tras dar de baja sus servidores a raíz del caso de The Crew, está a punto de alcanzar el número de firmas necesario para poder presentarla ante la UE. En realidad, este número requerido de firmas ya se alcanzó recientemente; pero, a riesgo de que algunas firmas se descarten por no tener los datos del firmante bien puestos o por contener datos falsos, se estima que debería superar su objetivo en un 40%. Es decir, que para asegurar que la iniciativa se debate en el parlamento europeo, son necesarias 1,4 millones de firmas, estando el número actualmente en más de 1,3 millones.

Junto a esta firma de los ciudadanos pertenecientes a la Unión Europea también se han presentado peticiones en Francia y Reino Unido, en ambos casos con una respuesta que deja mucho que desear, básicamente negando que exista ningún tipo de problema o que sea realmente necesario un cambio en la legislación actual. Juntando esto con la reciente negativa de parte de Videogames Europe y el hecho de que realmente la iniciativa no puede crear ni modificar ninguna ley, hay muchas personas que cuestionan si realmente Stop Killing Games sirve para algo.

Videogames Europe

Tal es el caso de Jason “Thor” Hall, mejor conocido como PirateSoftware, quien se ha visto envuelto en una polémica por posicionarse claramente en contra de la iniciativa desde que se presentó por primera vez, lo cual no se ha descartado como una de las posibles causas de que la cantidad de firmas de ciudadanos europeos se quedase estancada durante meses. Hall no se ha disculpado ni ha tratado de empatizar en ningún momento con Ross Scott (creador de Stop Killing Games) ni con los simpatizantes con su causa.

Incluso con la marea en contra, finalmente nos estamos acercando al momento decisivo, el momento en el que veremos si las firmas de 1,4 millones de personas como señal de protesta frente a un creciente problema en la industria de los videojuegos son tomadas en serio o no. Hay una enorme comunidad en redes sociales, desde Youtubers hasta personas de a pie que han firmado con la esperanza de cambiar las cosas, que tienen mucha fe en Stop Killing Games, y que ven los constantes obstáculos y negativas como una señal de que realmente tiene una oportunidad de lograr su objetivo.

Siendo alguien que siempre intenta equilibrar la realidad de las cosas con un punto de vista optimista y esperanzador, no puedo evitar estar de acuerdo con esta comunidad. Si tengo que elegir entre apoyarla o desacreditarla y hacerla de menos, creo que apoyar esta iniciativa es lo correcto. Es cierto que Stop Killing Games podría estamparse y acabar olvidada para siempre como una idea bienintencionada que jamás llegó a materializarse, pero también es cierto que, si de verdad no tuviera ninguna oportunidad ni utilidad, no se estarían haciendo tantos esfuerzos desde Videogames Europe, empresas de videojuegos y entidades como el parlamento de Reino Unido para pararle los pies.

Ubisoft ya se vio obligada, tras ver la reacción negativa de la comunidad y el nacimiento de Stop Killing Games a raíz del cierre de los servidores de The Crew, a proporcionar para The Crew 2 y Motorfest un modo offline con el que las personas que han pagado por cualquiera de las dos experiencias puedan seguir disfrutando de ellas independientemente de su conexión a internet o del estado de los servidores del juego. Sé que no es un cambio trascendental en la historia del videojuego, pero ciertamente es algo que no se hubiera dado si, en lugar de quejarnos e insistir en que se cambien las cosas, nos hubiéramos callado.

No puedo estar de acuerdo en lo más mínimo con las personas que opinan que este tipo de iniciativas no valen para nada, que hacen falta cambios más drásticos e inmediatos, porque así no funcionan las cosas. Ojalá pudiéramos cambiar cualquier cosa de forma directa, sin tener que pasar por múltiples pasos burocráticos creados para disuadirnos de intentar nada que no case con el status quo; ojalá pudiéramos tener una revolución tras la cual todo en el mundo estuviese bien, pero lamentablemente el mundo en el que vivimos (al menos en su estado actual) no funciona así. Pero, a diferencia de lo que pueden pensar estas personas, yo no creo que por ello debamos dejar de lado ideas como Stop Killing Games.

La idea de Ross Scott no es cambiar por completo el funcionamiento de la industria respecto a la propiedad de los videojuegos o al funcionamiento de los servidores online. La idea de Stop Killing Games es darle voz a los que no solemos tener ningún tipo de poder sobre lo que ocurre en esta industria a pesar de ser la única razón de que todas las empresas no quiebren mañana. No estamos solos, nuestras quejas y preocupaciones son importantes y no deben ser ignoradas y, en el fondo, los ejecutivos, CEOs, accionistas y altos cargos en general saben que no les conviene enfadarnos de más, porque somos muchísimos más que ellos y al final del día dependen de nosotros.

Nos merecemos poder jugar los juegos por los que hemos pagado independientemente del estado de sus servidores, creo que en eso puede estar todo el mundo de acuerdo. Al igual que en una manifestación expresamos nuestro descontento con la idea de que quiénes ostentan el poder sepan que nos tienen en su contra, con Stop Killing Games también se intenta que las empresas de videojuegos sean conscientes de que, si no cambian las cosas, no compraremos sus juegos online y nos quejaremos más alto y más fuerte. Es cierto que la iniciativa podría no funcionar, y que realmente no depende de ella ni de nosotros que las cosas finalmente cambien; pero prefiero que me ignoren 10 veces y, aún así, volver a levantar la voz, que no haber dicho nada nunca.