PlayStation't

Una de las mejores sensaciones de Twitter es toparte con un anuncio inesperado. Estar deslizando entre tweets depresivos e indignados y encontrar un oasis de positividad. En esa tesitura me encontraba cuando leí con cierta ilusión que se iba a realizar un nuevo State of Play. La presentación ocupó inmediatamente un hueco en mi agenda, y las expectativas ―como suele ocurrir― empezaron a inundar la red social. Sony se intentó cubrir las espaldas clamando que iba a ser una presentación de third parties, pero aun con esta advertencia la presentación fue decepcionante. Con el State of Play de hace dos días Sony se pegó un tiro en su propio pie. Pocos títulos son rescatables de esos veinte aburridos minutos.

El más llamativo, no solo por el propio juego en sí, sino también por los incontables años que lleva anunciado; es Little Devil Inside. El tráiler es intrigante, en tanto que su estética es bastante atractiva y porque su gameplay es peculiar. Sin duda una vez visto este avance dan ganas de jugarlo. Pero el hecho de haber ostentado el dudoso honor de cerrar la presentación no le ha hecho ningún favor. La atención y la buena voluntad de quienes vieron el State of Play se había desvanecido antes de que llegara su turno. Al menos eso me pasó a mí. No fue hasta el día siguiente que decidí echarle un nuevo vistazo al título y llamó realmente mi atención. Aquellos que no hayan revisado el tráiler quizá no se hayan percatado de que podemos encontrarnos ante un buen juego ―o al menos al más destacable de la presentación―. Eso sí, faltó una fecha de lanzamiento más acotada que «2022».

Los otros dos juegos en los que me voy a detener son The King of Fighters XV y Star Ocean: The Divine Force. La mayor novedad del primer título es que el próximo día 19 de noviembre los usuarios de PlayStation podrán disfrutar de una beta pública de la obra de SNK. Una longeva saga que volverá a las estanterías el día 14 de febrero de 2022, justo a tiempo para hacerse un autorregalo por San Valentín. Otra añeja franquicia que lanza un nuevo título en 2022 es Star Ocean. La nueva entrega, apodada The Divine Force, se presentó en un tráiler que, francamente, tenía muy buena pinta. Disfruté mucho de la ambientación, la localización y la estética de Xenoblade Chronicles X, y este juego parece seguir una ruta muy similar. Seguramente se convierta en uno de los videojuegos a los que les siga la pista más de cerca en los próximos meses.

Lo peor del State of Play no fue el propio evento. Lo peor del State of Play es que no es un caso aislado. Hace unos años las presentaciones de videojuegos escaseaban más que ahora, pero cuando una compañía decidía saciar nuestra sed de novedades, lo hacía con una buena botella de agua. Ahora apenas nos dan unas gotas. Se ha convertido en tendencia que las empresas hagan presentaciones asiduamente, y que estas tengan una duración reducida. Esto en teoría no tendría que ser negativo, pues perfectamente se podrían presentar un buen puñado de novedades interesantes en 20 minutos. Lo negativo es que esas novedades jugosas no llegan, y ese tiempo está plagado de juegos menores que realmente no tienen un impacto relevante ni en la audiencia ni en el sector. Los State of Play o los Nintendo Direct, por nombrar los dos ejemplos más reconocidos, se han convertido en un mero reclamo publicitario para que la marca ―PlayStation y Nintendo en este caso― tenga un chute de vitalidad por unos días. Pero esos chutes de vida son cortinas de humo, son publicidad esporádica sin un interés mayor para los usuarios. Las mismas novedades que se revelan en estos eventos podrían ser anunciadas a golpe de tráiler o tweet sin necesidad de tanta parafernalia. Aunque entiendo que montar un evento de estas características les otorgue una mayor difusión a estos videojuegos, me apena que esto se haga en detrimento de aquellas presentaciones de gran calibre con noticias realmente interesantes.