¡Rumbo a la aventura!

Vaya viajecito con el Lol. No recuerdo exactamente cuando entré por primera vez en la Grieta del Invocador, pero debía de estar en el inicio de mi adolescencia. Al igual que otros muchos jóvenes, algo en sus mecánicas y su forma de ser me atrapó mucho más que el resto de juegos online del momento y desde entonces he pasado por muchas etapas en las que siempre había hueco para otra partidilla más.

Actualmente apenas toco la obra cumbre de Riot Games, cosas de hacerse mayor y ver como tu tiempo libre no hace sino que reducirse sin parar. Poca atención presto a la rama competitiva tampoco. Hace unos años, estaría como loco disfrutando de cada partido de la competición mundial que se debate estos días, pero ahora lo siento como un evento algo más ajeno. No obstante, lo que sigue igual de dentro desde el primer momento es todo lo relacionado con su narrativa, la cual no ha parado de expandirse, ramificarse y hacerse mayor hueco. Lo que en un principio era una historia contada a través de breves descripciones de campeones y cuatro frases grabadas ha terminado por convertirse en un entre transmediático: series, canciones, (otros) videojuegos… hay un poco de League of Legends en cada medio audiovisual ahora mismo y se atisba un futuro en el que el juego se encuentra todavía más presente.

Uno de los pilares fundamentales de esta expansión es Riot Forge, la distribuidora responsable de los juegos basados en el universo League of Legends. A día de hoy tenemos juegos que abarcan lo rítmico, el RPG, el metroidvania y ahora también la aventura más narrativa. De la mano de la compañía Madrileña Tequila Works llega Song of Nunu: A League of Legends Story. Así pues, después de trabajar en títulos como RiME o Gylt se han convertido en los responsables de contar la historia del último yeti de Freljord y su mejor amigo. Este dúo dinámico es merecedor de contar con su propia historia tanto por su antigüedad (es uno de los primeros campeones del título) como por su contexto, ya que controlar a dos personajes en uno era una idea original en aquellos tiempos mozos.

Con ello, la obra se abre sin miedo a ocultar sus intenciones de llegarnos a la fibra sensible. Willump, un niño perdido se aventura por la fría Freljord en busca de su madre, con la única compañía de Nunu, el último yeti, que no se trata de un mal acompañante en el peligroso mundo que les rodea. Este viaje servirá para acercar a los jugadores al pasado de sus protagonistas, así como para extender la narrativa que concierne a Freljord y sus habitantes, ya que mientras avanzamos nos cruzaremos con muchos otros campeones de la región.

Avezados cuentacuentos

Para contarnos esta historia, Tequila se sirve de estrategias similares a las de sus producciones previas. Iremos intercalando zonas de exploración con puzles, plataformas y combates. Estas dos últimas conforman los puntos más bajos de la obra. El sistema de control, tanto de Nunu como Willump, no termina de sentirse lo suficientemente pulido, lo que provoca inseguridad a cada salto. Los límites y rangos de desplazamiento están algo borrosos, por lo que a veces fallaremos saltos que parecen accesibles o llegaremos a cornisas que aparecen demasiado lejanas para la vista. A esto se le suman puntos de control ligeramente arbitrarios, que nos obligarán en ocasiones a revivir la misma secuencia (siempre breve) si nos caemos, lo que provoca situaciones algo cansinas.

Pero más arbitrario todavía es el combate. La mayoría de enfrentamientos nos pondrán en la piel de Willump, con el que nos tocará dar muerte a la poca variedad de enemigos que encontraremos. Estos combates, de tan simples son prácticamente innecesarios, dando pie a luchas repetitivas que parecen estar ahí sólo por tachar un elemento más de la lista. Por suerte, la corta duración general de la obra evita que lleguemos al hastío.

Empezar por lo malo me permite parar y deleitarme en las bonanzas de este título. La marca Tequila cuenta ya con su propio renombre. Echando un vistazo a sus producciones previas, sabemos de antemano que nos van a enseñar algo bonito y si pueden nos harán soltar alguna que otra lagrimilla. Respecto a momentos emotivos, os dejo a vosotros probarlo en vuestras carnes, pero no puedo callarme frente a la maravilla invernal que es Freljord. No es la primera vez que el uso del azul tiene tanto poder en el equipo. Si RiME era capaz de encarnarlo para hablar del océano y su poder, el frío en este caso es el protagonista principal.

Cuanto más frío hace, más se disfruta el calor

Cruzaremos la región helada de Runaterra, el más frio hogar de muchos de los campeones de League of Legends. Para sobrevivir en este clima, el calor es fundamental. Más allá del físico, un viaje tan solitario sería imposible para el alma si la compañía no fuese excepcional. El pintoresco dúo es la epítome de la amistad. Un niño ilusionado y la versión blanquiazul de Chewbacca. A lo largo de las pocas horas en las que se extiende la aventura, conoceremos más sobre esta relación y sus lazos.

Aún así, donde he echado en falta algo más de desarrollo es en las interacciones fuera de cinemáticas. Mientras controlemos a Nunu, Willump se moverá de forma independiente, reaccionando con el entorno y con nosotros, pero con patrones bastante simplones. Quizás tengo los estándares muy altos, pero estos últimos años nos han dado compañeros muy resultones. La vitalidad de Trico o la rebeldía de Atreus poco tienen que ver con la séptima parada de Willump para comerse un cangrejo con la misma animación. Desde luego, nos encontramos con una producción infinitamente menor, pero creo que este concepto merece más trabajo dado su peso.

De momento sólo hemos hablado de los protagonistas, pero también cruzaremos nuestro camino con otros campeones conocidos de la franquicia. Era fácil suponerlo, pero no he podido evitar mostrar una sonrisa cada vez que alguna referencia anunciaba la llegada de otro personaje y preparaba pequeñas pistas para que los seguidores de la franquicia adivinasen de quien se trataba. Por desgracia, la “villana” de la aventura se conforma con repetir los típicos clichés narrativos y tendremos que conformarnos con un arco que pasa por contar sus malignos planes a cámara mientras avanza a través de sus súbditos. Es una pena ya que el título ofrece herramientas que pudieron ser explotadas para adentrarnos en la psique del personaje.

Song of Nunu, además de ser bonito, centra en su música un papel fundamental, como su propio título indica. Nunu siempre carga con Sonatara, una flauta regalo de su madre que utiliza un pequeño trozo de hielo puro, el mismo material que compone las armas de los grandes héroes de Freljord. A lo largo del juego, podremos tocar la flauta a placer, a través de pequeñas combinaciones de botones. Este instrumento será fundamental para resolver pequeños puzles, que por suerte se esfuerzan en variar a lo largo del viaje para no pecar de repetitivos.

Además, podremos aprender pequeñas canciones con resultados concretos, al estilo de Ocarina of Time. Con una canción le diremos a un Krug que se mueva y con otra moveremos, en una graciosa danza, el culo de Willump. Esta adición carga de carisma a la obra y consigue mantenernos entretenidos mientras avanzamos, algo de agradecer ya que a veces el monólogo de Nunu puede resultar algo pesado.

“Había una vez un niño y un yeti..:”

Song of Nunu: A League of Legends Story es una pequeña carta de amor a la franquicia de Riot. Vivir en un mundo donde aquel pequeño juego multijugador se ha convertido en un producto transmediático con tanto peso me hace genuinamente feliz. Si pudiera contarle a aquel chaval que no entendía por qué el smite era necesario para meterse en la jungla que una década después estaría escribiendo un texto sobre un juego centrado en ese mismo personaje que estaba jugando, posiblemente no habría logrado hacer que me creyera.

No puedo negar que Song of Nunu cuenta con muchas asperezas que pueden apreciarse con un simple vistazo, pero en el balance general pesan mucho menos que todas esas pequeñas cosas bonitas, que han conseguido hacerme sonreír y mantenerme animado durante todo el viaje. Recordad que, aunque la noche sea fría y oscura, no debéis temer, amigos aventureros, pues Nunu y Willump vienen al rescate.


Esta crítica ha sido realizada con una copia para Steam cedida por Ziran España.