Salas, carreteras, y ciudades a mi espalda

Hace unos días hablé sobre este juego en un artículo, y en él básicamente me dediqué a destacar algunas de sus características, así como los parecidos que tiene con algunos clásicos del género. Se trata de una propuesta que, pese a su aparente simpleza, da mucho de qué hablar, pero mejor vayamos por partes, ya que a veces quiero contar tanto que me pierdo en mis propios pensamientos. Slipstream es un videojuego de carreras de estilo retro – para algunos, ligado intrínsecamente al estilo pixel – el cual fue creado por ansdor, un desarrollador brasileño que diseñó el juego en todos sus aspectos, siendo el mismo programador, diseñador y artista de este. Noctet Studio se encargó de publicar la campaña en Kickstarter y reunir los fondos suficientes para poder acabar el proyecto. Y finalmente, después de dos años de desarrollo, el juego al fin pudo llegar a las bibliotecas de los usuarios, entre la que se encuentra la de un servidor.

Anteriormente comparé Slipstream con clásicos como F-Zero u Outrun, pese a que, por lo visto, muchos usuarios en la red hayan expresado una opinión totalmente contradictoria. Pero ojo, puede que simplemente haya sido fallo mío y no haya aclarado que la comparación que hice no fue literal; mucho menos analítica. Se ve perfectamente que estamos ante una propuesta que, pese a sus influencias y aspiraciones, no tiene ni un 20% de esencia Outrun’era, pero hay elementos que sí encuentran su menor parecido a uno de los juegos que marcó un antes y un después en los cartuchos de carreras de la Super Nintendo. Algunos de esos detalles residen, por ejemplo, en las típicas bifurcaciones, donde dependiendo de cuál tomemos, llegaremos a un lugar u a otro, recorriendo decenas de caminos hasta pasarnos la partida en modo Arcade o Grand Prix. También tenemos algunas partes de las carreteras donde los bordes siguen el mismo patrón por los dos costados, detalle común en juegos de carácter arcade, pero que obviamente no se repite tanto como en juegos clásicos, que eran mucho más limitados en el aspecto técnico. Hasta aquí, y sin pretender que estas hayan sido odiosas, mis comparaciones con Outrun – si es que a estas puntualizaciones se les puede llamar comparaciones, claro -.

Slipstream

Antes de adentrarme todavía más en la materia, quería recalcar que crear un juego así siendo un equipo de un solo hombre, tiene muchísimo mérito y más cuando el título luce tan ordenado y trabajado. Pues bien, hablando de detalles trabajados, uno de los que más impacta, es el diseño de los modelos y las interfaces. Los colores de la paleta ochentera retro e inclusive colores de estilo vaporwave hacen que el juego luzca relajante y dulce lo cual transmite buen rollo y ganas de seguir conduciendo con nuestras máquinas que, aunque no se aclare por ninguna parte, se puede ver claramente que son falsificaciones de marcas y modelos de famosos coches japoneses. Pero lejos de quejarme, ese hecho de que hayan introducido ese tipo de vehículos de tal manera, me gusta mucho y me parece bastante interesante, ya que si puedes reconocer algunos de los coches que hay en el juego, significa que eres un aficionado de los JDM’s.

SlipstreamUna vez hayamos puesto Slipstream en marcha, podemos ver que en el menú hay bastante en lo que fijarse. Entre otros, tenemos tres tipos de partida; arcade, carrera rápida y Grand Prix. El modo arcade es tan simple como elegir uno de los cinco coches que hay y comenzar a correr. Con una única peculiaridad; mientras conducimos entre las diferentes localidades que hay, deberemos competir contra enemigos aleatorios y sobretodo tener en cuenta el tiempo que nos queda ya que si se acaba, nosotros también estaremos acabados. Después tenemos la carrera rápida y el Grand Prix. Grand Prix es un básicamente una serie de copas que podremos elegir, rubí, safiro y esmeralda. Lo interesante también, es el hecho de que durante las copas dispondremos de cierta cantidad de dinero que deberemos ir aumentado, ¿cómo? Ganando o quedando entre los ocho primeros, ¡claro está! Y una vez obtengamos cierta cantidad de billetes, podremos mejorar nuestro coche para seguir compitiendo. Modos sencillos, pero entretenidos.

Siguiendo en la pantalla principal, nos encontramos con la posibilidad de visualizar los marcadores globales y también con un apartado donde podremos ver logros que no son cosa fácil. Además tenemos la posibilidad de jugar el tutorial las veces que necesitemos para pulir nuestra técnica de drifters. Y por último, disponemos de una pantalla de ajustes la cual luce bastante completa para un juego que parece ser algo simplón a primera vista pero, las apariencias engañan.

Ahora permítanme explayar mis experiencias con el título. Lo primero que quería remarcar es lo extenso que puede resultar el mundo por sus diferentes localidades. Al igual que Outrun, Slipstream goza de muchos escenarios interconectados con tramos de carretera. Cada uno de esos escenarios es único y tiene sus propias peculiaridades como por ejemplo, precipitaciones en forma de lluvia o nieve. Es un gran detalle que se haya incorporado ese tipo de detalles ya que el juego se ve relativamente más vivo y dinámico. Conforme vamos pasando por las diferentes zonas, comenzarán a aparecer diferentes enemigos los cuales están basados en algunos famosos, como el pintor Bob Ross o Takumi, el protagonista de la famosa serie de mangas y animes de carreras Initial D. Lo que si que a veces me saca de mis casillas son las pobres pullas que sueltan cuando te adelantan o ganan, parecen niños de ocho años enfadados con sus compañeros de aula. Existe un robot que al vencerte, dice “winning=true”. Algo bastante simple y poco importante, pero a veces toca la moral.

Slipstream

Y ahora que estamos hablando de bots hay algunas cosas que quería añadir. Por ejemplo, el hecho de que los bots desaparezcan de tu vista más rápido que el dinero que te regalan para tu cumple, es bastante frustrante. Una vez iba muy bien durante una partida en modo arcade y sin querer pegué un pequeño trompo que lo único que hace es rebajar tu velocidad unos cinco o seis kilómetros y el rival me adelantó como si fuera a seiscientos metros por segundo, de verdad, y como mucho me sacaba unos cinco o diez kilómetros por hora. Pero bueno, para derrotar al bot, debes pensar como el bot y así lo hice. Pues ya que hemos entrado un poco en el tema de negatividades que ojo, todos los juegos tienen, quería tocar por encima el inconveniente de ser el jugador en ese título. Independientemente de la velocidad a la que vayas, el coche que lleves o si juegas con mando o teclado, siempre que te toquen o toques tu a un enemigo o cualquier otro bot, rebotarás cual bola de billar mientras estás dando vueltas alrededor de tu propio eje como si de una peonza se tratara. Es algo muy frustrante y algo surrealista en algunas ocasiones pero bueno, tampoco vamos a buscarle lógica a un videojuego donde cuando te estrellas, sales disparado hacía arriba para después caer y seguir con la carrera como si nada hubiera pasado.

La música del juego es bastante buena y cumple de sobra con su papel. Pero personalmente acabé aburriéndome a los cincuenta minutos de juego y tuve que ponerme una buena compilación de Eurobeat para seguir jugando, ese género siempre pega con ese tipo de juegos. Incluso podemos cambiar las pistas musicales desde el menú de pausa. Tampoco podemos olvidarnos del propio slipstream que es una especie de nitro que se activa automáticamente y se carga cuando vamos detrás de otro coche. Pues el hilo argumental no es nada del otro mundo como bien podemos esperar de un arcade de tal calibre. Simplemente es un par de enemigos que debemos derrotar y poco más. Y una de los últimos detalles punteros que incorpora el juego y que me parecen una pasada, es la posibilidad de aplicar diferentes filtros de pantalla para que parezca que estamos jugando en una tele de esas viejas de tubo.

Slipstream

Píxeles tan veloces como en los años ochenta

Como veredicto final, creo que Slipstream es un juego que cumple su papel en todos los aspectos, pero que tiene algunos detalles que pulir. No dispone de argumentos profundos ni de gráficos de la enésima generación, pero si que dispone de esa simplicidad que lo hace perfecto para echar tres o cuatro carreras cuando estemos aburridos. El desarrollador está trabajando constantemente en mejorar su proyecto y además, asegura que si alcanza la cifra de 7500 dólares añadirá cuatro coches más, cada uno con sus propias estadísticas y reglajes. Y a los 12.000 dólares, se añadirá un modo multijugador vía red. ¿Alcanzará ansdor tal cifra para traernos ese modo? Yo creo que es poco probable que alcance esa suma, pero el título tiene mucho trabajo invertido con lo cual sería una pena que su desarrollo y mejora durara menos de lo que todos esperan.


Este análisis se ha realizado con una clave cedida por ansdor.