El que a hierro mata, a hierro muere

Hay muchas maneras de expresar nuestros sentimientos hacia el resto del mundo con el que, al fin y al cabo, compartimos nuestra vida. Es importante recordar y aplicar esto por razones tan sencillas como que compartimos sociedad, y conocer qué piensan los demás sobre nosotros o nuestras acciones, saber de primera mano cómo es nuestra relación con ellos y demás acaban tomando un papel vital en nuestra formación como individuos. Las empresas, más allá de grupos enormes cuyo objetivo final suele ser siempre hacer dinero, también tienen estas cualidades, y para bien o para mal pues nos toca verlas, en muchos casos, hacer el ridículo. Quién sabe, tal vez encontremos una entre mil que de verdad se preocupa por el medio, o por la gente que aprecia su trabajo, dándoles una muestra de amor para intentar devolver todo el que reciben por ello, pero como he dicho, esta no suele ser la norma. El sentimiento de la indiferencia, aquella que posee Rovio hacia aquellos que desde hace tanto tiempo han apoyado, mostrándoles la peor cara que una gran empresa puede enseñar, es de los últimos actos de desprecio que hemos visto en la industria del videojuego, sobre todo conociendo el amor de la base de fans hacia el juego que empezó todo, Angry Birds, el cual tiene los días contados.

Angry Birds

Un amor prohibido

No podemos entender a Rovio sin Angry Birds de la misma manera en la que no es concebible Windows sin ordenadores, pero todo apunta a que va a ocurrir, y el juego original Angry Birds desaparecerá…de nuevo. Como leéis, hace un tiempo Rovio decidió hacer lo que hará el próximo 23 de febrero, eliminar la aplicación de la Google Play Store, y en el caso de iPhone, cambiarle el nombre al título por Red’s First Flight. Esto, según comenta la empresa, se hace por un simple motivo, y es que la popularidad del juego original hace que, cuando nuevos usuarios decidan descargarse uno de los juegos de esta saga, decidan decantarse por este, el cual no posee micro pagos, y acaba acaparando el grueso de los jugadores, provocando una caída en los ingresos del resto de títulos debido al poco flujo de jugadores que logran “saltar” el primer obstáculo. En su día esta decisión también provocó un gran revuelo, y con el tiempo lanzaron la versión actual del juego original para volver a atraer a los jugadores tanto nuevos como aquellos que se habían indignado con esta decisión, aunque la felicidad nunca dura para siempre. Si sois poseedores de un dispositivo Android, tenéis que saber que mañana ya no se podrá volver a comprar dicho juego, aunque si lo tenéis debidamente instalado no os encontraréis ante ningún problema, pues podréis seguir jugando, y para aquellos que tienen un iPhone lo mencionado, cambiará de nombre a Red’s First Flight.

Pocas veces hemos visto casos así, pero existiendo precedentes esto no será el final de decisiones cuanto menos cuestionables, como ya vivimos con la caída de flash y el inmenso catálogo de juegos que o desapareció o se logró preservar de una manera u otra. El mercado de móviles, un caso radicalmente contrario al que existe en el apartado de consolas o PC, sufre también de un gran problema de cara a la conservación, pues ya no es que grandes juegos desaparezcan, si no que, día a día, se pierden, posiblemente para siempre, juegos más pequeños que de una manera u otra también han tenido su lugar en la industria, y casos así al final acaban sirviendo como ejemplo de que ni los más grandes se salvan. Es cuanto menos triste esta situación, como persona cuya entrada a la industria también se forjó con los juegos móviles, entre otros este Angry Birds, me duele verlo, y aunque por una parte es triste ver a una empresa así, que logró alzarse entre las más grandes en su momento, también me hiere que su propia codicia nos arrebate un legado histórico que pertenece a todos, pero ya sabemos cómo funciona este sistema, si no da dinero, que desaparezca.