¿Pokémon pasado siempre fue mejor?
Hace ya tiempo que peino más de una cana y aunque mis amigos me dicen que yo ya nací viejo, Pokémon fue una de las sagas que me vio crecer siendo la GameBoy color mi primera consola y Pokémon Plata mi primer juego para la portátil. No pasó una hora de juego y ya me enamoré de su mundo, sus personajes y, por supuesto, sus criaturas. Un amor que mas de dos décadas después sigue vigente. A partir de ahí conseguí Pokémon Amarillo, unos años después me pasé a la GameBoy Advance con Pokémon rubí y, para bien o para mal, no me he saltado ningún juego principal de la franquicia. Incluso alguno de sus spin-off han pasado por mis manos. Quizá por ese cariño a la antigua The Pokémon Company, al cariño que parecían poner en sus obras y a lo novedosa que era cada entrega, es que soy de los que opinan que hace años que Nintendo no se esfuerza realmente con esta IP. Al menos no en sus videojuegos. Y seguro que no soy el único de vosotros que lo opina, me juego mi Mewtwo.
A modo de ejemplo, solo hay que ver como las últimas entregas principales (Pokémon Escarlata y Púrpura) ya se han posicionado en la 2ª posición respecto a los juegos de Pokémon más vendidos de la historia con más de 27 millones de copias. Por encima solo están los míticos Rojo, Azul y Verde con 31 millones. Escarlata y Púrpura, señores, los títulos más rotos y con más caídas de frames de todo el historial de la compañía. No voy a descubrirle a nadie el esperpéntico rendimiento que tenían las entregas basadas en España, con fallos constantes en iluminación, texturas, físicas… Y para más inri, desde su salida en 2022, Nintendo no se ha dignado a arreglar este destrozo. En vez de tener ese gesto hacia sus consumidores, lo que hicieron fue sacar un DLC de 35 eurazos unos meses después. Capitalismo en todo su esplendor. Pero aunque la gran N ponga mil trabas y recortes a los desarrolladores de Game Freak (o eso se dice), sus juegos siguen teniendo algo. Quizá es solo lo bueno conocido, quizá para los veteranos es simple y poderosa nostalgia… Pero siguen vendiendo como si fuera el mejor producto del mundo.
Leyendas ZAsca
Bien, pues como muchos sabemos, el día 16 de octubre se estreno el —hasta ahora — último juego
de la franquicia: Pokémon Leyendas Z-A. Este título, aun continuando con los eventos de la sexta generación con Pokémon X e Y, es considerado un spin-off ya que sigue la senda jugable de su antecesor, Pokémon Leyendas Arceus. Todos los fans teníamos miedo de como saldría al mercado tras los mencionados Escarlata y Púrpura. Diría que los 5’8 millones que este nuevo juego ha vendido en su primera semana demuestran lo bueno que es, pero de nuevo, esta franquicia demuestra tener puesto el modo automático en lo que se refiere a conseguir ventas. Es Pokémon y, salga como salga, va a vender bien. Nintendo lo sabe. No por nada, es la franquicia que más beneficios le da por encima incluso de su querido fontanero. Y justo por saber esto, tienen la facilidad de poder dedicar esfuerzos y recursos mínimos a sus juegos con la certeza de que multiplicarán esa inversión. No lo digo yo, lo dicen los datos. Por ejemplo, para los juegos insignia de novena generación, el presupuesto fue de unos 20 millones de dólares. Si ya hemos dicho que han vendido más de 27 millones de copias, a unos 50€ cada copia… imaginad el margen de beneficio. La cifra es tan grande que me he asustado al calcularla y no la pongo por no volverla a ver.
Con este último spin-off, el presupuesto ha sido aun menor: 13 millones según una filtración. ¿Eso hará que vendan menos? Que preguntas más tontas, por favor. Es más, me atrevería a augurar que, igual que hicieron con Escarlata y Púrpura, anunciarán un DLC de pago dentro de unos meses si no fuera por un hecho importante: ya lo anunciaron incluso antes de salir el juego.
Lo peor no es solo que antes de la salida de un título que ya arrastra dudas y controversia anuncies una expansión de 30€ costando dicho juego base 60€ para Switch y 70€ para Switch 2 (sin a penas mejoras visibles entre una versión y otra). No. Lo peor es que recortes contenido que en cualquier ser consciente supondría que está en el juego base y lo pegues en un contenido de pago. En este caso concreto tenemos 2 nuevas Megaevoluciones de Raichu exclusivas del DLC. Pero no satisfechos con las ganancias que tendrían con esto, también recortaron otras 3 Megaevoluciones muy esperadas y decidieron que, para conseguirlas, tendrás que jugar en las Partidas Clasificatorias del Club de Batalla Z-A. Es decir, que tendrás que pagar el Nintendo Online para poder combatir con gente de todo el mundo y llegar a un rango concreto si quieres obtener las nuevas formas de los iniciales de Kalos (región en la que se desarrolla este juego). No me malinterpretéis, Nintendo, igual que Sony, Sega, Microsoft, etc, son empresas. Claramente van a buscar el mayor margen de beneficios pero, ¿hasta qué punto están justificados sus métodos?

Una ciudad de luces y sombras
Pero aunque yo no haya venido aquí a hablar de mi libro, sí que he venido a hablar de Pokémon Z-A. Porque aunque me he quejado de todo lo anterior y de aun más cosas fuera de estas líneas, la poderosa nostalgia pudo conmigo y le volví a dar una oportunidad a la gran N. Otra más. Es cierto que iba con pies de plomo, sin expectativas altas, y quizá eso jugó a mi favor pues después de echarle unas buenas 40 horitas al título, de haber terminado la historia principal y de completar todas las misiones secundarias, me veo obligado a aceptar que Pokémon Leyendas Z-A no es para nada un mal juego. Ahora, cabe recalcar que hay muchos matices en su pros y en sus contras. Muchas luces y sombras.
Para empezar, gran cantidad de jugadores, sobre todo veteranos, han criticado su sistema de combate que ha dejado de lado los clásicos turnos para traernos algo muy parecido a lo visto en la anterior entrega. Si bien en Leyendas Arceus la jugabilidad estaba más centrada en la captura y colección de criaturas, también tenia un combate a tiempo real donde tus compañeros atacaban a otros Pokémon en mundo abierto. En esta ocasión han desechado las mecánicas de “Estilo rápido” y “Estilo fuerte” para volver a tener los 4 ataques que siempre había podido utilizar a la vez un Pokémon. De esta manera, teniendo apuntado al contrincante manteniendo el gatillo izquierdo, utilizaremos los botones derechos para seleccionar que ataque lanzar. Y para que no todo sea machacar botones, cada movimiento tiene un tiempo de utilización que varía según su potencia, clase (físico o especial) e, importante, la propia velocidad del usuario.

En sintonía con esto, podemos usar la cruceta para seleccionar que Pokémon queremos sacar al combate de manera rápida y fácil. Todo esto le da bastante variedad y dinamismo al combate e incluso anima a buscar combinaciones de movimientos de ataque y defensa para hacer el máximo daño posible en el mínimo tiempo transcurrido. Como veterano y fan del sistema clásico de la franquicia, este cambio me ha parecido muy divertido y agradable. Además que de esta forma no solo nuestro Pokémon se lleva el mérito de la victoria sino que el propio entrenador tendrá que saber donde posicionarse y, en los combates contra Pokémon salvajes, usar bien la voltereta para esquivar ya que si nos hacen mucho daño a nosotros además de a nuestro equipo, también perderemos.
El mapa es otro aspecto que a más de uno ha escamado, alegando que una única ciudad es insuficiente para ser el mapeado total del juego. Entiendo esta crítica pero no la comparto en su sentido estricto. Me explico. Ciudad Luminalia (en la que se desarrolla la historia) no es increíblemente grande, es cierto, pero a mi parecer esta muy bien distribuida para que siempre te de la sensación de que te quedan zonas por explorar. En este sentido Nintendo aprendió mucho con el mapa de Zelda: Breath of the wild y es que igual que en las llanuras de Hyrule, en casi cada calle de Ciudad Luminalia vemos objetos y Pokémon salvajes cerca. Esto nos hace querer ir primero que nada a completar estas pequeñas tareas, dándonos cuenta de que, cuando las hemos terminado, estamos volviendo a ver otros objetos y Pokémon a una distancia que vale la pena recorrer en ese momento. De esta manera es muy fácil sentir que la capital de Kalos está llena de vida, cosas por hacer y rincones que explorar. Hablando de la exploración, también me parece bastante divertida por la gran cantidad de callejuelas y tejados por los que puedes colarte.
Pero aquí es donde quiero yo enfocar la crítica que algunos han hecho respecto al mapa del juego. No considero que el mapa sea demasiado pequeño pero sí que me parece que la forma de explorarlo es demasiado repetitiva. Por ejemplo, para subir a los tejado solo tenemos escaleras y transportadores (AK.A. ascensores). Y ni siquiera abundan. Esto muchas veces te hace tener que bajar a pie de calle y dar vueltas por las manzanas colindantes para buscar otro de estos elementos para subir. Y digo yo, ¿no habría dado más variedad otras formas de desplazamiento como tirolinas para ir de tejado en tejado? ¿O utilizar a los propios Pokémon para poder saltar de un edificio a otro? ¿o, menuda locura, volar sobre la ciudad a lomos de un Pokémon tipo volador? En mi humilde opinión, sí, estas mecánicas habrían dado mucho disfrute a los jugadores pero, una vez más, es trabajo que Nintendo no necesita hacer para conseguir ventas.
Aunque la mayor crítica hacia este título (sin contar el contenido recortado) es también con la que más de acuerdo estoy. Volvemos a encontrarnos, como pasó con las últimas entregas de la franquicia, con gran cantidad de errores gráficos. Y no solo errores, sino falta de esfuerzo y cariño hacia esta obra. El ejemplo más claro y que ya se ha vuelto meme es el de la pared. No es broma, si buscas en Google “pared za” el 99% de resultados van a ser referentes a esto. Pero si os da pereza comprobarlo os lo muestro yo.

Efectivamente, a las pocas horas de que cientos de jugadores se quejaran de texturas y demás elementos visuales del juego poniendo como ejemplo la pared de esa imagen, Nintendo, en un arranque de creatividad y buen hacer lo arregló de la mejor manera posible: Poniendo unas cajas frente a ella. Será que el presupuesto no les daba para más, pobrecillos. Sarcasmo a parte, volvemos a encontrarnos con una calidad infinitamente menor de la que deberíamos exigir a una compañía como esta y a una franquicia tan millonaria.
Y sí, sé que muchos rebaten esto con la excusa de “quien juega a Pokémon no lo hace por los gráficos” pero esto ya no es calidad de gráficos, esto es una falta de calidad, testeo y esfuerzo que no debería ser ni medio normal en una compañía de este calibre. Me atrevería a decir que en ninguna de las demás IPs de Nintendo vemos estas escabechinas. Donkey Kong Bananza es precioso lo mires por la pared que lo mires, los últimos Kirby también e incluso una saga que da tan poco dinero en comparación como es Metroid Prime se ve espectacular con los trailers de su 4ª entrega.
¿Entonces por qué con Pokémon no pasa lo mismo? ¿Por qué, aun teniendo un estilo visual más cartoon, tiene tal cantidad de errores que nunca subsanan?
Pues me toca repetirme más que el ajo pero, de nuevo, Nintendo sabe que esta falta de esfuerzo no le va a restar beneficios y por eso se lo puede permitir, aunque sea una falta de cariño por su trabajo y una falta de respeto hacia su público. Por supuesto estas críticas no son solo por el tema de la pared sino también por la cutrez de que la inmensa mayoría de ventanas y balcones sean un copypaste de una imagen formato PNG sin profundidad alguna, entre otras cosas cutreces. Pero dejando de lado mi indignación, al menos es cierto que el juego se ve bonito en líneas generales y hay una ínfima esperanza muy muy en el fondo de mi corazón que espera que esta mejora respecto a la anterior entrega de la saga signifique que la próxima se vera aun mejor.
Insuficiencia de oro
En definitiva, y sin querer extender todavía más esta recurrencia de indignaciones, Pokémon Leyendas Z-A no es para nada un mal juego. Tiene algunas mecánicas muy divertidas y que le dan un aire fresco a la franquicia, que no le viene mal. Además de que los combates siguen teniendo un componente estratégico aunque no tanto como en sus versiones a turnos. El concepto de los Ev’s e Iv’s siguen estando presente (al contrario que las habilidades) así que mejorar a nuestro equipo para combatir de manera competitiva online es una posibilidad muy apetecible para todos los que con anteriores entregas dieron sus primeros pasos en este mundo.
El mapeado, a pesar de ser un mundo abierto pero bastante cerrado, tiene una exploración que a mi me pareció muy divertida. Eso sí, insuficientemente diversa para que no llegue un momento en que nos de pereza, ya sea a las 10 horas o a las 30. Pero Ciudad Luminalia tiene mucho que ofrecer y sus callejones y tejados plagados de objetos, Pokémon salvajes y misiones secundarias lo demuestran. Por otra parte lo que si que es insuficiente es el esfuerzo de Nintendo para darle a esta saga la calidad técnica y gráfica que merece, igual que para solucionar los problemas de programación que desde hace años arrastran sus juegos. Igual que las anteriores entregas de Game Freak, estas no se libran de cantidad de bug y glitches, los cuales ya hemos visto que no serán solucionados. The Pokémon Company no busca la calidad de sus productos, sino sacar el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo, lo cual ha quedado reflejado en el hecho de que antes de la propia salida del juego ya hayan anunciado un DLC de 30€.
Un aspecto que no he mencionado, sobre todo por no entrar en spoilers, es la historia del juego. Aquí también entran mucho los gustos personales pero en mi caso, a pesar de haberme durado unas 35 horas (contando todas las misiones secundarias y demás) me parece que es excesivamente plana. Quiero decir, la gran mayoría del juego se divide en: combate por la noche, gana a 3 Pokémon Megaevolucionados por el día y a repetir. No es hasta las ultimas dos horas de historia que realmente pasan cosas interesantes. Es cierto que aunque la trama sea muy vacía en sucesos importantes, hay que decir que es más oscura de lo que acostumbramos a ver en la franquicia. No mucho, pero un poco más. Aquí se tratan temas como la muerte y el arrepentimiento de manera más directa. Pero ni esta madurez en la historia la salvan de ser plana, lo cual duele más habiendo desaprovechado a personajes con tanto potencial como son A.Z o Lysson.
Habrá que ver qué cuenta la historia del DLC y si expande los acontecimientos de la trama principal, pero en mi opinión creo que si Nintendo sigue mejorando lo visto en este Leyendas Z-A y deja de invertir tan poco dinero y esfuerzo en Pokémon podríamos ver productos de calidad más que digna. Este es un minúsculo primer paso, pero yo opino que en general es un buen juego y me sorprendo al decir que no me arrepiento de haberlo comprado, no como pasó con Pokémon Escarlata.
