Cuando la atención al detalle se vuelve un impedimento

Para mí es algo nuevo analizar un juego de simulación de construcciones. No así, haber jugado un título de este género. Desde el primer Sim City para la Super Nintendo, pasando por cada obra de dicha saga. Añorando los días jugando Sim Theme Park para PlayStation, construyendo parques de diversiones hasta pasarme a Cities: Skylines, el juego al que todo viudo de la difunta Sim CIty debiese apuntar, y jugando sólo brevemente Trópico 4. Planet Zoo trata sobre construir el zoológico de tus sueños, y, para esto, te da múltiples opciones de personalización junto a variados requerimientos que cumplir para mantener tanto al público como a tus animales contentos.

Sin duda la obra de Frontier Developments no solo destila amor por los animales, sino también por la atención al detalle. Pero esto no es algo puramente positivo, pues también tiene sus contrapuntos. Especialmente para aquellos que sean nuevos en el género, pueden sentirse algo perdidos con la cantidad de opciones de creación en el modo libre. Incluso yo que he visto mi porción de menús de simuladores de construcción -que, admitamos, no son de lo más intuitivos de por sí- me he visto perdido entre las opciones para encontrar aquel edificio que requieren los veterinarios para mantener a los animales sanos. Por suerte, existe el modo Carrera que nos guiará a través de diversos Zoológicos ya construidos y que nos ayudarán a ponernos más cómodos con el sistema mientras veremos resultados más rápido, motivándonos a seguir avanzando.

Lamentablemente, aquí también se ven algunos problemas. Sólo por poner un ejemplo, cuando estaba construyendo el primer ambiente “desde cero” para uno de los animales en el primer zoológico del Modo Carrera, era que debía cumplir un listado de objetivos antes de poder comprar e ingresar al animal. El tema es que uno de estos objetivos era cercar todo el perímetro del hábitat con diferentes paredes, las de cristal para que los visitantes pudieran ver a los animales en cuestión y unas de ladrillo, que son diferenciablemente más baratas para aquellos lugares donde los visitantes no podrán ver a los animales. El problema surgió cuando, una vez cerré el cerco del hábitat, el objetivo asociado no se marcó como realizado aún cuando hice varios cambios tratando de lograr cumplirlo, dejándome estancado en el Modo Carrera. Esto me llevó al Modo Libre, donde encontré los problemas mencionados anteriormente, donde la multitud de opciones que da el juego apenas uno entra en éste puede sobrecoger un poco y terminar siendo contraproducente.

Aún así, nada de esto quita que todo lo que intenta hacer el juego puede ser admirable. El detalle en los animales, sus rutinas y necesidades. Los requerimientos de los hábitat según cada tipo de animal y según el ambiente en el que se crea el zoológico. Desde la calurosa sabana africana hasta la helada tundra asiática. Cada uno de los ambientes tienen sus propias reglas y ambientaciones totalmente diferentes. Dándole riqueza y diferenciación a cada partida y, consecuentemente, dándole una alta rejugabilidad para aquellos que logren pasar el denso tutorial del juego.

Un juego para los más acérrimos del género

Planet Zoo no es un juego para todos. Como os ya mencioné, su sobrecogedora cantidad de opciones para crear correctamente un zoológico adecuado puede ser difícil de digerir para algunos, pero para aquellos quienes estén más familiarizados con el género, encontrarán un título que rebosa detalle y amor hacia los animales como hacia entregar un título a la altura. Si estáis en el primer grupo y queréis entrar en el género, os recomendaría comenzar con Cities: Skylines primero o mucha paciencia para adaptarse a la curva de aprendizaje. Si sois del segundo, os recomiendo Planet Zoo encarecidamente.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PC cedido por Best Vision PR