Vuelven los piques entre colegas

¿Cansados de los juegos triple A? ¿Hartos de gráficos increíbles, de historias profundas repletas de giros de guion y de complicadas subtramas? No os preocupéis: hoy tengo un juego para vosotros. Un título que, como muchos otros, prescinde de un gran presupuesto y de un enorme equipo, para demostrarnos que, como obra de entretenimiento, es capaz de entretenernos igual – e incluso a veces algo más – que las grandes producciones, sobre todo si los disfrutar en la compañía adecuada. ¿Os acordáis de aquellos increíbles juegos como Doritos Crash Course? Todo eran risas, luchas contrarreloj, caídas, piques entre amigos, empujones al mando y horas de entrenamiento… que podían pasar a convertirse fácilmente en horas de pura desesperación cuando tus amigos más suertudos parecían tener todo a su favor a la hora de humillarte en repetidas ocasiones.

¿Lo echáis de menos? Tranquilos, pues ahora podéis volver a sentir ese hormigueo de odio – o de orgullo, según tu bendita “habilidad” – gracias a Pilot Sports, que no es igual al título de Behavour Entertainment, pero que intenta y logra de una manera notable rescatar esa esencia que tanto nos atrajo en su día y que nos colmó con horas de diversión. Los chicos de Meridiem Games nos facilitaron una copia de review del mismo título, así que con toda la ilusión de probar un nuevo juego me decidí a convertirme en piloto de acrobacias con todos los riesgos que esto conlleva…

Según entras en el juego puedes ver su estética plagada de colores pastel, junto a unos títulos que nos presentan actividaades para todas las edades. Al comenzar a jugar podemos elegir nuestro personaje de entre 8 modelos, permitiéndonos escoger el que más nos represente. El juego presenta unos 50 niveles, divididos en cinco campeonatos que tendremos que desbloquear demostrando nuestras habilidades de conducción para obtener una cierta cantidad de medallas de oro. En estos niveles podremos poner a prueba nuestras habilidades de conducción con cinco vehículos diferentes, tales como una avioneta, un jetpack, un paracaídas y dos tipos de ala deltas distintos. Cada uno con sus propias mecánicas y su dificultad que nos permiten experimentar diferentes modos de juego con diferentes dificultades. 

Llegados a este punto, algunos os preguntaréis en qué se parece esto a Doritos Crash Course, y yo tengo la respuesta que esperáis. Los dos juegos te presentan un mapa con unos obstáculos y un reloj que nos invita a conseguir el objetivo en el mejor tiempo posible, ya sea atravesando una serie de aros con una avioneta, llegando a ciertas plataformas con un jetpack, recogiendo unos globos perdidos, saltando en paracaídas para acabar aterrizando en una diana, recorriendo la mayor distancia posible con un ala delta o llevando a cabo muchas otras pruebas que pondrán a prueba nuestra paciencia. Claramente estos niveles van escalando en dificultad a través de una curva sorprendentemente bien medida, que nos reta a llevarlos a cabo en un menor tiempo si quieres desbloquear la totalidad de los niveles – lo cual es posible gracias a la mejora progresiva natural de tus habilidades para controlar los vehículos -.

Sin embargo, el quid de la cuestión no se encuentra en esta curva de dificultad, sino que está, cómo no, en nuestras queridas tablas de puntuación que tanta huella han dejado en los videojuegos y que nos empujan a jugar más para llegar a su ansiada cima. No obstante, si piensas que estas tablas no tienen influencia alguna sobre ti – pues, claramente, tú estás por encima del resto -, el juego también incluye un modo multijugador a pantalla partida que permite jugar hasta con tres amigos más. Un detonante que da lugar a partidas en familia para demostrar quién es el más hábil de la casa, incluyendo a los más pequeños, o la tan natural y “sana” competencia entre amigos que nos permite demostrar quien la tiene más… quiero decir, quién es el mejor de todos.

Toda la acción citada hasta el momento transcurre, cabe destacar, en un escenario perfecto para este tipo de partidas. Una isla paradisíaca con playas, bosques, altas montañas, un volcán y diferentes estructuras indígenas abandonadas, rodeada por un precioso mar azul, que nos deja claras reminiscencias a Wii Sports Resort. El mapa está dibujado de una forma amigable y atractiva tanto para los más pequeños como para los jugadores curtidos en mil batallas, y la vista aérea que nos ofrece el propio título nos permite disfrutar del viaje, siempre y cuando lleves bien eso de ir contrarreloj. Por otro lado la música es un conjunto de piezas tocadas a guitarra que permiten relajarse y disfrutar de unas cuantas horas de diversión con buena compañía, sin aspirar a nada más. Y, oye, al menos su función la cumple de lleno.

Un entretenimiento de altos vuelos

Pilot Sports, es una buena opción para pasar unos buenos ratos entre padres e hijos, e incluso entre amigos, ya que la competición está servida. Una aventura de claro target en la que podremos demostrar quién es el más “hábil” del lugar, mientras disfrutamos de unas buenas vistas y de melodías usualmente tranquilas que anteponen el buen rollo a todo lo demás.

Si buscáis un juego al que jugar un par de horitas en compañía y, mientras tanto, echar unas risas sin aspirar a nada más, Pilot Sports es para ti.


Este análisis se ha realizado con una clave cedida por Meridiem Games