Clases virtuales por todos lados

Mi época de estudiante de instituto la suelo recordar con un sabor amargo. Sé que es una etapa de la vida bastante difícil por la edad y demás, pero no era ni “popular” ni se me daba mínimamente bien estudiar. Se podría decir que era eso que llaman el graciosillo de la clase, al que siempre regañaban los profesores por hacer tonterías que ahora pienso lleno de vergüenza. Además, no hacía nada, ni en clase ni en casa estudiando. Aprobaba -no siempre- porque me regía por la ley del mínimo esfuerzo. ¿Dedicándole un par de horas antes del examen apruebo raspado? Pues eso me parecía más que suficiente. ¿Deberes?¿Qué es eso? Prefería dedicar el poco tiempo que tenía por las tardes a jugar con la consola, o a hacer deporte con mis amigos. Era un desastre, algo que he arrastrado ahora a mi época adulta en la universidad, en la que noto de vez en cuando esos pequeños vicios que tenía por aquel entonces. Me suele costar mucho concentrarme, organizar mi tiempo de forma óptima para obtener los mejores resultados sin agobiarme y, en definitiva, estudiar. Lo curioso es que ahora estoy jugando de nuevo a Persona 5, con la nueva versión Royal, y me asombra ver que todo lo que no soy capaz de hacer en la realidad lo puedo hacer en un videojuego.

Para todo aquel ajeno a la franquicia Persona, son unos JRPG donde llevamos la vida de un estudiante de instituto, donde priman mucho las relaciones con el resto de personajes, así como la vida que llevas en esta versión distópica de Japón. Como digo, eres un estudiante, así que tienes que ir a clase, estudiar, hacer exámenes y organizar el tiempo que te pone por delante el juego para mejorar los diferentes aspectos de tu personalidad. Y esto último es muy importante, porque durante un día puedes hacer un número muy limitado de acciones, ya sea combatir o estudiar, así que debes ser tú mismo como jugador el que decida qué es lo que mejor te viene hacer en cada determinado momento. ¿Tienes exámenes pronto? Lo mismo te vendría bien hincar el codo para aumentar tu conocimiento. ¿Quieres mejorar la relación con “x” personaje? Quizás deberías pasar tiempo con él durante tu tiempo libre. Son videojuegos donde prima mucho la fantasía pero que plasman como ninguno cómo es la vida de un estudiante.

La cosa está en que el otro día en una de mis sesiones de juego a Persona 5 Royal, me encuentro en la situación de que tengo toda una semana prácticamente organizada. Lunes por la mañana leer un libro y después de clase estudiar. Martes ir a Mementos -las mazmorras del juego- para subir algunos niveles. Miércoles quedar con Ann para mejorar mi Confidente con ella. Y así hasta llegar al domingo. Incluso he llegado a tomar nota de las preguntas que me hacían los profesores en clase para contestar bien luego en los exámenes. Acto seguido apago la PS4 y me encuentro con que tengo mil cosas pendientes que hacer tanto para clase como para el trabajo, sin saber ni por dónde empezar. En un simple videojuego soy capaz de organizarme sin ningún tipo de problema, pero en la vida real me cuesta horrores. ¿Por qué?

La verdad es que no lo sé, pero lo único que se me ocurre es que uno me da una motivación y un fin a mis actividades y el otro no, o no tanto como me gustaría. La motivación es clave en cualquier tipo de situación a la que nos enfrentamos, y si algo no nos pone una meta que nos apetezca alcanzar, no vamos a llegar en la vida. Obviamente acabar Bachillerato, o una carrera, tiene un fin, importante además, pero quizás un videojuego te regala algo más inmediato en un periodo de tiempo corto. Ves las mejoras en tu personaje al instante, y sabes que todo lo que hagas, lo que decidas, servirá para algo dentro de su mundo, sin que tu esfuerzo se vaya sin pena ni gloria. Quizás por eso, en una versión digital de un instituto japonés, soy capaz de poner en práctica las responsabilidades que no consigo en la vida real, porque al final no somos más que eso, personas que necesitamos ver nuestro esfuerzo recompensado.

Que Persona 5 Royal me ha convertido en un mejor estudiante es cierto, aunque me dure poco el efecto. Durante estos días de cuarentena estoy intentando transportar toda la organización que tengo en el juego a mi escritorio lleno de tares pendientes, algo que me hacía bastante falta desde hace mucho tiempo. Seguramente, y conociéndome, tenga esta nueva actitud durante el mismo tiempo que necesite para pasarme el juego, pero creo que es importante que un videojuego consiga introducirte una serie de valores que creías perdidos. Aunque también estaría genial que me hiciera aprobar los exámenes que me quedan este curso, puestos a pedir.