Sus servidores cerrarán a principios de octubre

Desde el anuncio de su secuela, todo el camino recorrido por el que ha pasado Overwatch de liso ha tenido poco. Mostrado prematuramente, para después dejar a los seguidores en ayuno de información durante un periodo bastante largo, volvió finalmente a los medios anunciado el paso a Free-to-play. Este salto convertía el modelo de negocio original en otro totalmente diferente. Sorprendentemente, dentro de las estrategias típicas de los juegos gratuitos, el pase de batalla llegará suplantando el lugar de las difuntas lootboxes, retiradas de la primera entrega este agosto.

Las estrategias del nuevo modelo también afectan a las promesas iniciales llegadas con el lanzamiento de Overwatch donde se aseguraba que todos los héroes estarían disponibles y al alcance de todos los jugadores desde el momento de su llegada al juego. Para desbloquear nuevos personajes en Overwatch 2, tendremos que avanzar en el pase de batalla, que si bien (según comentan) es accesible sin necesidad de gastar dinero, posiblemente “obligue” a los jugadores gratuitos a dedicar una gran cantidad de horas para subir de nivel y acceder al héroe que desean. Por no hablar de la caducidad de cada pase, que podría incluso dejar fuera de acceso a los jugadores que no puedan completarlo a tiempo a algún personaje.

Hasta ahora, todos estos cambios no presentaban tanto riesgo ya que se pensaba que se introducirían como tal en el segundo juego exclusivamente. Pero la realidad es que las puertas de Overwatch 2 se abrirán construidas con los restos del juego original. Poco tiempo antes del lanzamiento oficial de la secuela, los servidores de Overwatch cerrarán, para siempre. Todo el progreso del juego base se traslada a esta segunda parte, pero el resto del contenido original desaparece sin dejar rastro. Es un caso más de las inevitables muertes de los juegos online, pero se trata de uno extremadamente prematuro. Son ya más de seis años desde su llegada inicial, pero no son tantos comparados con los ciclos de vida de otros parecidos.

Además, este plan difiere de lo visto por parte de Blizzard en los últimos tiempos, donde los servidores de WoW clásicos están a la orden del día acaparando actualmente tres expansiones distintas. Quizás en un futuro se recupere el servicio original pero las posibilidades son mucho menores que las existentes para uno de los juegos más importantes de la historia del gaming como es el MMO.

Los juegos online son actualmente los que cuentan con la mayor tasa de caducidad del medio. Es cierto que incluso los productos de un solo jugador, almacenados en discos duros también están condenados a degradarse en algún momento, pero es mucho más sencillo tratar de mantenerlos. Entrar al mundo de los juegos online es llevar al límite la expresión carpe díem, donde cada momento puede ser el último, donde los jugadores disfrutan obligados del ahora porque es lo único a lo que pueden aferrarse. Mejorar, cambiar, innovar, son movimientos necesarios, pero a veces el precio a pagar es demasiado alto. El tiempo pasa amigos, y no perdona.