Idealizar nunca sale bien

Por el propio desarrollo de la industria del videojuego, y que los estudios más grandes son donde tienden a acumularse todas las malas actitudes con sus consecuentes conductas reprobables, tendemos a pensar que los estudios independientes están libre de pecados. Esta romantización de los mismos, potenciada por el hecho de que tengan menos ataduras a nivel creativo, no deja de ser eso, una idealización de la realidad, como se ha encargado de recordarnos esta misma semana Moon Studios, creadores de Ori and the Blind Forest y Ori and the Will of the Wisps, con varios reportajes publicados sobre la (extremadamente tóxica) cultura interna del estudio, como ha sido el caso de Venture Beat o Windows Central.

A muchos nos sorprendió el anuncio de que el siguiente juego del estudio, que iba a alejarse de los plataformas para pasar a un RPG de acción (con una nueva IP, en otras palabras, lo más alejado posible de Ori y la fórmula que los ha aupado al éxito), pero con las informaciones que están saliendo ahora, que indican que Microsoft decidió no mantenerse como editor de los proyectos del estudio, motivo por el que ahora han pasado a ser socios de Private Division. En primer lugar, más allá de confirmar que en la industria se lleva a rajatabla la expresión “los trapos sucios se lavan en casa”, no se hasta qué punto beneficia a Microsoft no haber dicho nada de la situación de Moon Studios.

Supongo que, dentro de su plan para dominar la industria del videojuego a base de comprar al resto de estudios, cubrir un tupido velo se vería como una estrategia inteligente de cara a otros estudios que pudieran pasar a la cartera de Microsoft. Después de todo, ¿a quién le gustaría ver su nombre relacionado con el dueño que trató con un estudio con semejantes conductas? No hace falta revolcarse en el fango con los problemas que había en la compañía (se puede mencionar, pero están mucho mejor desarrollados en las fuentes originales que están enlazadas más arriba).


Moon Studios, conocido por ser un estudio prácticamente remoto, aparentemente fomenta una cultura “anti-corporativa”, lo que se traduce en que Mahler y Korol (cofundadores del estudio) hacían numerosos comentarios y bromas inapropiadas sobre el racismo, el sexismo, y más; proporcionando una dirección poco clara o confusa, mientras que rara vez proporciona una retroalimentación positiva; y de otra manera, utilizando los canales “abiertos y honestos” de comunicación para abusar y acosar.

No hay de momento procesos legales en marcha, pero lo que está claro es que situaciones como las que hemos visto en Activision Blizzard o similares a nivel de grandes estudios no son impensables en empresas más pequeñas. Más grave es aún el caso de Moon Studios, que de manera pública ha basado gran parte de su personal en autónomos y freelancers que no llegaban a formar parte “como tal” del estudio. Si se han llegado a dar este tipo de situaciones con ese modelo de contratación… mal asunto. Y Microsoft intentando pasar de puntillas con el cambio de publisher de Moon Studios… mal asunto también. No creo que llegue a afectar de manera significativa al proceso de absorción de Activision por parte de los de Redmond, pero si había alguna esperanza de que hubiera una limpieza a nivel de actitudes bajo el nuevo mando… la perspectiva no es favorecedora.