Adiós a lo nuevo, bienvenido lo viejo
2025 apunta a ser el mejor año para la saga Ninja Gaiden en sus más de 35 años de historia, con el lanzamiento de Ninja Gaiden Black II hace unos meses, la demo e inminente llegada del español Ninja Gaiden: Ragebound y la joya de la corona, Ninja Gaiden 4 codesarrollado junto a PlatinumGames. El buque insignia de Team Ninja ha vuelto por todo lo alto tras dos entregas anteriores que dejaron fríos incluso a los fans más acérrimos, y parece que, según comentó el productor de Ninja Gaiden 4 Masakuzu Hirayama en una entrevista durante el Summer Game Fest, va a volver con la misma esencia de juego de acción hack ‘n’ slash que sus predecesores.
En esta entrevista, Hirayama pone el foco en el acaparamiento del género de acción de parte de los soulslike, y cómo PlatinumGames y Team Ninja están yendo al contrario de esa moda para hacer algo que “se sienta como una evolución”, que se sienta como Ninja Gaiden. Estas declaraciones van muy en la línea con las de Yuji Nakao, el director de esta próxima aventura del ninja dragón, en las que comentaba que sentía un vacío de juegos hack ‘n’ slash y de acción frenética en los últimos años, mientras que los soulslike “se han vuelto muy populares”. Obviamente, ninguna de las dos entrevistas quiere decir que odien los juegos inspirados por FromSoftware, y el punto que hacen es muy interesante.
Como alguien que adora la “saga” de FromSoftware que ha inspirado todo un género, pero también como alguien que tiene entre sus juegos favoritos el Ninja Gaiden de 2004, Bayonetta 2 o Devil May Cry 5; entiendo perfectamente lo que Hirayama y Nakao quieren decir. Me alegra mucho ver propuestas como Nioh (también de Team Ninja) o Lies of P, que saben utilizar su inspiración para hacer algo nuevo y único, pero también hay muchísimos ejemplos de clones directos de Dark Souls, Bloodborne o Sekiro que llegan a tener un éxito moderado solamente por lo popular que es el género actualmente, independientemente de su calidad. Este es un lujo del que no gozan la mayoría de juegos de acción de otras vertientes.
Los soulslike han sido, desde finales de la década de los 2010 hasta ahora, lo mismo que fueron los hack ‘n’ slash durante toda la década de los 2000, irrumpiendo con muchas sagas nuevas exitosas gracias a que el género fuese puesto de moda por un juego estelar (Devil May Cry en 2001 y Dark Souls en 2011). En ese aspecto me parece genial: creo que a la industria del videojuego le viene muy bien tener nuevos géneros (o subgéneros) a lo largo de los años, pero no a coste de “secuestrar” el foco y que todo lo que no pertenezca a esa nueva moda parezca quedarse encerrado en un cajón. Con Bayonetta 3 siendo menos de lo esperado, Devil May Cry 5 cumpliendo ya 6 años y entregas como Ninja Gaiden y Onimusha criogenizadas durante más de una década, por momentos precía que la era de los hack’n’slash se había acabado para siempre.
Sin embargo, junto al anuncio de Ninja Gaiden 4 y de un nuevo Onimusha, estas declaraciones de Hirayama y Yuji Nakao e incluso las de Satori Nihei (director de Onimusha: Way of the Sword) de la misma índole, dejan claro que se acerca un resurgimiento de esos juegos de acción “clásicos” que tanto se echan de menos por gran parte de la comunidad. Creo que siempre debería existir la convivencia de todo tipo de géneros en el mundo de los videojuegos, incluso dentro de los AAA, por lo que este enfoque en traer de vuelta uno de los más relevantes de hace dos décadas me parece algo muy positivo para la diversidad de propuestas.
Los Ninja Gaiden modernos (es decir Ninja Gaiden 2004 y su secuela; el 3 y el Z no cuentan) son juegos muy exigentes y veloces, centrados en un combate difícil que te obliga a aprenderte estrategias para cada tipo de enemigo y a potenciar al máximo tu movilidad para sobrevivir. Y, aunque la propuesta suene parecida a un soulslike, no tiene nada que ver: son hack ‘n’ slash de pura cepa, y no se me ocurre un equipo mejor que PlatinumGames para traernos eso de vuelta.
Aunque me gustaría acabar con esa nota positiva, siento que debo evidenciar el hecho de que el regreso de Ninja Gaiden y Onimusha, e incluso si hubiera en el futuro cercano un anuncio de Devil May Cry 6, no son suficiente para revivir un género. Si los hack ‘n’ slash tuvieron esa edad dorada en los 2000, fue porque no paraban de aparecer nuevas propuestas, al igual que la oleada de soulslike con estética y mecánicas diferentes que hemos tenido en los últimos 10 años a partir del éxito de la saga Dark Souls y de Bloodborne. Para que un género crezca necesita nuevos exponentes, no las mismas tres o cuatro sagas dando vueltas mientras lo demás pasa a un segundo plano.
Cuando muchas personas comentan que echan de menos juegos como Ninja Gaiden o Devil May Cry, a menudo se refieren a que literalmente echan de menos esas dos sagas; no quieren el regreso de ese tipo de juegos, solo el de las IP que ya conocen. Es por ello que, si de verdad nos gusta este género y queremos que vuelva a tener la misma fuerza que antes, pedir que vuelva únicamente mediante secuelas de sagas que dábamos por muertas no es el camino a seguir. Sin embargo, rompo una lanza a favor de Ninja Gaiden 4 (y de Way of the Sword), con la esperanza de que, aunque no vaya a traer de vuelta a un género entero, al menos consiga inspirar una nueva hornada de IPs que sí que lo hagan.