Los españoles nunca liberaron a nadie

Hace unos días el estudio polaco Ecumene Games -antes conocidos como Giantscraft, teniendo sólo un proyecto abandonado a sus espaldas- anunció su nuevo juego Ecumene Aztec, el cual estaría ambientado entre los siglos XV y XVI, en plena invasión española al reino Azteca. Teniendo elementos de combate, sigilo y exploración similares a los encontrados en la saga Assassin’s Creed, junto con los elementos fantásticos que han tenido sus últimos lanzamientos, llamó la atención por su (relativamente) trabajado aspecto visual, las mecánicas de combate, la posibilidad de armar y preparar trampas y cosas tan originales como lo son la recolección de objetos y crafteo. Rápidamente este nuevo proyecto -cuyo lanzamiento está planeado para 2025- se llenó de críticas por su pésima representación de los nativos americanos. Por ejemplo, la capital del Imperio Azteca Tenochtitlán se encuentra en la jungla, lejos del terreno elevado donde se ubica realmente la ciudad y sus edificaciones se presentan arruinadas y descoloridas como las podríamos encontrar en la actualidad, no como la civilización avanzada de grandes y coloridas construcciones que fue realmente el Imperio en su apogeo.

 

 

 

 

Ecumene Games salió a responder a las críticas, pero escuchando al público erróneo. Una parte de la comunidad, una minoría muy bocal como suelen ser los fascistas, criticó que el juego representara a los conquistadores españoles como cualquier cosa menos que libertadores que salvaron a Latino América de la barbarie de nuestras costumbres y nos hallan brindado la bendición de la civilización. Claro está, que olvidaron mencionar que también nos trajeron enfermedades que acabaron con miles de personas, además de robar las riquezas de los pueblos nativos de América, a asesinar,a esclavizar y a violar; a liberar, jamás.

ecumeneCon todo esto, Ecumene Games hizo una recogida de cable, cediendo a las quejas de los discriminadores y los ignorantes, cambiando la descripción de Ecumene Aztec en Steam, incluyendo la opción para que el jugador pueda decidir a defender a su pueblo o bien a, lean esto, aliarse con los conquistadores que vienen a liberarlos de los crueles sacerdotes que realizan los sacrificios.

Es cierto que los aztecas fueron una de las civilizaciones nativas ubicadas en lo que ahora es México más inclinadas a los sacrificios humanos y, más allá de la cultura y las creencias de estos, no hay nada que justifique este tipo de barbaridades. Pero nada se aleja más de la realidad que retratar a los españoles como libertadores. Hicieron desaparecer civilizaciones enteras sobre el papel, las más sumisas pasaron a ser esclavas y las más guerreras a sufrir terribles atrocidades, como lo sufrió el pueblo Mapuche aquí en Chile -es cosa de ver lo que le hicieron al cacique Caupolicán– y estos estuvieron lejos de ser la excepción.

La importancia de la buena representación

Los medios de entretenimiento no tienen el deber de enseñar la realidad ni del pasado ni del presente, tienen derecho a no ser educativos. Pero es innegable que hay un daño real a la imagen de una cultura que se mal representa a través de estos. Y los nativo americanos han sufrido durante decenas de años de mala representación: desde los “indios” salvajes del viejo oeste hasta las civilizaciones retrógradas y caníbales vistas en diversos medios, siendo uno de los peores casos la película Cannibal Holocaust. Por eso ya es momento de tomar consciencia a la hora de retratar a diversas culturas y minorías de manera apropiada, educándose e idealmente teniendo en los equipos de desarrollo a gente de dicho nicho cultural que pueda dar su punto de vista e informar a las personas más ajenas a éste dentro del proyecto para que tengan una visión general educada y desde ahí construyan algo que represente debidamente a culturas que no sólo sufrieron genocidios e invasiones, sino también un legado de discriminación producto de estas mismas miradas dañinas que los han retratado por tantos años. Y Ecumene Games está todavía a tiempo de corregirlo.