Desde el boom de Netflix con su servicio de series y películas bajo demanda, muchas compañías han intentado imitar su propuesta en el mundo de los videojuegos, con diferentes ideas y posibilidades ofertas. Si bien ayer os contábamos que Microsoft iba a dar más peso a su servicio Game Pass, hoy en este artículo vamos a evaluar la necesidad real de este tipo de servicios.

Muchas alternativas pero, ¿alguna se impone?

Nvidia, con Shield y GeForce Now, Sony, con PlayStation Now, Microsoft, con Xbox Game Pass, Movistar, con OnLife, Utomik o Jump son algunas de las posibilidades que hay disponibles en la actualidad, cada uno con sus exclusividades (al igual que ocurre con Netflix y su competencia, como por ejemplo puede ser HBO) y diferencias, pero, una vez más, el mundo de los videojuegos no puede equipararse con la televisión o el cine, y en este aspecto ocurre lo mismo.

Para empezar, los videojuegos son una experiencia interactiva, lo cual complica mucho el juego a través de streaming, ya que, por muy buena conexión a internet que tengamos, siempre habrá un retardo entre nuestra acción con el mando o teclado respecto a lo que veamos en pantalla. Esta opción sería la más parecida a Netflix como tal, sin necesidad de descargar los contenidos para poder utilizarlos. PlayStation Now sería una de las opciones de este tipo, y pese a que Sony la sigue apoyando, no termina de despegar, ya que no incluye los últimos títulos lanzados en PlayStation 4 (movimiento que recientemente a realizado Microsoft, y que es de esperar que sea próximamente imitado por Sony) y requiere al menos un mando de PlayStation 4 (si jugamos en PC) o la consola completa, además del pago de la suscripción pertienente.

psnow-netflix

Por otro lado, tenemos los servicios de suscripción que dan acceso a una biblioteca de juegos de manera “tradicional”, dentro de la distribución digital, en la que tenemos a nuestra disposición una serie de títulos para descargar y jugar, y aquí entran en juego otras limitaciones, como el hardware necesario para hacer funcionar los juegos (una Nvidia Shield en el caso más barato, pasando por una Xbox One o un PC de gama media, o alta) y la necesidad de una buena conexión a internet (no solo rápida, sino que además no sufra caídas, ya que podría implicar tener que comenzar el proceso desde el principio) para tener en nuestro disco duro títulos que cada vez requieren más capacidad, llegando ya al centenar de gigabytes.

Además de todas estas limitaciones técnicas, que a día de hoy hacen que el espectro de potenciales clientes de estos servicios sea relativamente pequeño, queda por comentar otro punto importante, la propia naturaleza del medio.

Las suscripciones al estilo Netflix son poco compatibles con grandes juegos

El modelo actual de la industria del videojuego, pese a la cada vez mayor relevancia de juegos independientes, sigue nutrido de juegos AAA enfocados al gran público. Muchos de estos títulos, que cuentan con un precio de salida cercano a los 70€, no se encuentran disponibles en los servicios antes mencionados, ya que, por un lado, saldría caro para la compañía tener dicho título en el catálogo,y por otro, la editora o la distribuidora podría perder muchas ventas con dicho movimiento. Teniendo en cuenta que buena parte del mercado no sale de un número muy pequeño de juegos como vimos ayer, pagar un servicio por un título o dos no sale a cuenta a largo plazo, y por lo tanto podemos descartar a ese grupo de usuarios como interesantes para estos servicios.

Y, por último, están los propios juegos AAA, que habitualmente consumen muchas más horas de lo deseado, y hacen inviable dedicar tiempo a otros, por lo que de nuevo, volvemos al punto en el que no tiene sentido pagar una suscripción mensual pudiendo simplemente adquirir ese título que queremos jugar (además, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, puede ser fácil verlo rebajado o de oferta y que su coste no suba demasiado). ¿Entonces, para quien pueden ser estos servicios al estilo de Netflix?

Podríamos decir, a modo de conclusión, que por el momento ninguno es lo suficientemente bueno, salvo que tengamos todo el día disponible para jugar. En cualquier otro caso, tendrán que mejorar sus propuestas para que pueda plantearse su consumo a nivel masivo, pero por el momento, estas ideas, no son necesarias en absoluto.