Ni el primero ni el último

Febrero de 2021. Segundo mes de un año que se esperaba mejor que su precedente, el cual estuvo plagado por un sinfín de malas noticias que se dieron cita en todos y cada uno de los doce meses. Poner esperanzas de cara a este nuevo ciclo se antojaba difícil; nuestras metas – o por lo menos las de un servidor – se han tenido que reposar con menos esperanza y más realidad. Al fin y al cabo, “es lo que toca“, ¿no? Pues parece que, ni cuando de ocio se trata (mejor no hablar de cómo hemos abierto la década con una tercera ola devastadora de esta nuestra pandemia) la situación acompaña. Tan solo en le día de ayer, qué decir de la noticia sobre la separación de Daft Punk, titanes de la música y gran inspiración para las generaciones posteriores. Parece que la racha no podía ir a más, pero tan solo basta desear un futuro mejor para echarlo por tierra. Mundogamers, una de las principales webs de habla hispana sobre la industria del videojuego ha anunciado su cierre.

Dejar huella, por Carlos Sánchez

Decía Thomas Carlyle que “de nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos que vive“,  que “lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos“. Y aunque su cita aprieta y desgarra y asfixia hoy más que nunca, soy de los que creen en el lamento como una herramienta perceptiva; un instrumento que, bien utilizado, puede sernos de utilidad a la hora de recaer en lo que voluntariamente hemos perdido, lo que voluntariamente hemos decidido despriorizar y dejar atrás.

Tras salir tan magullados como desilusionados de nuestro particular periplo por la prensa más generalista, Mundogamers fue probablemente la mayor inspiración que Ignacio y servidor pudimos tener a la hora de decidir levantar esta web hace ya casi cuatro años. No es casualidad que uno de sus pilares y de sus más reconocibles figuras, el maestro Adrián Suárez, estrenase nuestro humilde portal aquel 1 de febrero de 2018 con su tribuna Construyendo balsas para narrar mejor en el videojuego (aún la recuerdo espectacular; qué sueño fue poder revisar y publicar esas líneas), al igual que tampoco lo es el hecho de que nuestra sección Actualidad [donde tratamos de desgranar la contemporaneidad del medio con una importante sazón de opinión] beba tanto de sus Noticias, siempre tan poco convencionales, siempre tan subjetivas, siempre tan poco noticias.

Me es imposible hacerle justicia en cuestión de un par de párrafos a lo mimado de sus textos, a su preciosa comunidad, a su redacción (antes referentes, y ahora, además, compañeros). Tan solo en las últimas horas, ya se ha escrito, en otros blogs y redes sociales, mucho sobre eso. Mucho, y también mejor. Algo que sí puedo tratar de hacer es manifestar mi profunda satisfacción y agradecimiento por estar viviendo en una época donde abunda el periodismo independiente de videojuegos, nunca suficiente, y portales como Mundogamers han guiado el camino de muchos para que ese periodismo, además de opulento, sea de calidad. En lo personal, Mundogamers me enseñó a estudiar el videojuego, me enseñó a escribir el videojuego, a desarrollar el videojuego, y a día de hoy también puedo decir que me enseñó a amar el videojuego. Con el corazón en un puño, espero que algún día podamos relegar su legado en nuevas generaciones transmitiéndoles sensaciones semejantes.

Mundogamers

Es una sensación agria, dolorosa y hasta cierto punto induce al miedo estar escribiendo esto desde otro medio. Mundogamers ha cerrado, y, aunque debí hacerlo, no lo esperaba. Ninguno queríamos esperarlo. Desde el punto de vista de alguien externo a la web, el Patreon alcanzaba a pagar los gastos de mantenimiento, y el ritmo de publicaciones era – y sigue siendo, en estos días previos al cierre – uno usual, bastante correcto. ¿Pero quién soy yo para dar lecciones? La decisión ha llegado desde dentro: la redacción/dirección de la página ha decidido no seguir adelante, y ese es un posicionamiento tan lícito como cualquier otro. En el propio comunicado que han hecho al respecto arrojan a la luz con contundencia un punto muy importante, y que no solemos tener en cuenta; como bien han recalcado, “vivir al filo es peligroso”. No estamos acostumbrados a hablar sobre esto, para nada, e incluso me atrevería a decir que en muchos sitios es tabú, pero la realidad de los medios más pequeños es dura – con pequeño, cabe recalcar, considero aquellos más alejados de lo mainstream; que no optan a abarcar círculos sociales tan grandes como los de Meristation o Eurogamer. La prensa y crítica de videojuegos no es un camino de rosas, menos aún en España, y si esta afirmación fuera cierta, no tendríamos flores, pero sí espinas. El esfuerzo que se hace día a día desde las redacciones de cada parcela que ocupamos los pequeños medios de esta vasta industria es titánico, muchas veces sin recompensa alguna, y otras tantas sin siquiera un feedback o respuesta. Ignorados por aquellos con los que supuestamente trabajamos, entrando en listas negras, recibiendo comentarios descorazonadores, y como han señalado en Mundogamers, viviendo al filo. Eso siempre.

Mundogamers

Teniendo todas estas problemáticas en la cara, recogidas de manera muy hábil por la gran Deborah L. Rivas en una tribuna para este mismo portal, cabe pensar que medios como este en el que me expreso tienen fecha de caducidad, marcada por los propios límites que estamos dispuestos a aguantar, y los que no. Quién sabe cuál será el siguiente en caer; si seremos nosotros, si serán otros. Lo que está claro es que por desgracia Mundogamers no será el último, como de manera tristemente acertada ha señalado Juan Tomás Salas. ¿Pero acaso tenemos algún tipo de salvación los medios pequeños o los que se alejan más de la escena mainstream? ¿Podemos desarrollarnos de manera plena como medio cultural en un sistema capitalista? A fecha de hoy yo digo no, que aquellos que no entren en los círculos comerciales, donde se respetan los intereses económicos, difícilmente podrán sobrevivir a los envites continuado de una industria mucho menos amigable de lo que se hace ver, que jamás podremos crecer como deberíamos mientras nos lastren la precariedad y la incertidumbre de un sistema que nos ahoga poco a poco, y que nos intenta hacer bailar a su ritmo. No podemos desarrollarnos como medio cultural si no tenemos una base que nos permita vivir, un mínimo de ingresos con los que poder separarnos de la publicidad, de las reviews engañosas y todo ese círculo nocivo. Solo queda aguantar, trabajar y resistir desde cada diminuta trinchera, luchar por aportar algo único y válido que de verdad traiga un mensaje tras de sí, la esperanza de que alguien lo lea y seamos capaces de hacernos llegar, nos queda luchar con esperanza, pero luchar.

Sin querer abarcar en el día de hoy más relevancia de la que nos corresponde como compañeros independientes, puedo deciros que en esta casa lucharemos. Por nosotros, por los que vendrán, pero también por los que dejamos atrás. Dispuesto a tocarlo, llegaremos al fondo de todo esto; nos documentaremos, experimentaremos, y pelearemos por cambiar nuestro futuro, o al menos, por saber cómo nuestros sucesores podrán hacerlo.

Nos leemos vemos en unos meses.