Entre telarañas


La nueva generación ya está aquí. Con la promesa de uno de los saltos generacionales más importantes en la industria (ahí está Randy Pitchford, CEO de Gearbox, equiparándolo al salto del 2D al 3D), Sony y Microsoft ya se han lanzado al mercado con sus nuevas propuestas de cara a los próximos siete años: la empresa estadounidense ya se ha posicionado en las tiendas con su nueva gama Xbox Series X | S, mientras que el gigante japonés ha traído al mundo su anticipada PlayStation 5. Por supuesto, con la nueva generación ha llegado una oleada de títulos de lanzamiento que ponen a prueba las capacidades de las consolas y prometen a los jugadores sumergirse en los mundos más espectaculares jamás vistos. Y aunque Xbox Series X | S, muy apoyada en su retrocompatibilidad y en el siempre mediático Game Pass, ha sufrido una serie de retrasos en sus principales apuestas (siendo Halo Infinite la distensión más sonada), PlayStation 5 ha llegado a las estanterías acompañada de tres títulos de gran calibre: Sackboy: Una aventura a lo grandeDemon’s Souls y Marvel’s Spider-Man: Miles Morales. Y de Astro’s Playroom, claro; poca broma con ese.

Cuando Sony e Insomniac revelaron al mundo la existencia de Marvel’s Spider-Man: Miles Morales en el evento del pasado junio, como fan de su universo no pude evitar emocionarme de inmediato y sin reservas. El primer capítulo de esta nueva franquicia reboot había sido una de las mayores sorpresas que tuve la fortuna de jugar en el año 2018: no solo se trataba de un juego fantástico en prácticamente la plenitud de sus apartados, sino que contaba con una de las historias más ingeniosamente construidas, emocionales y precisas que el personaje había protagonizado en sus más de 50 años de historia. Por ello, el lanzamiento de este nuevo videojuego suponía el mayor de los motivos para estar entusiasmado. La historia del Spider-Man de Insomniac continuaba de la mano de uno de los personajes secundarios más jugosos del videojuego original, y, en un año en el que las películas de Marvel Studios han brillado por su ausencia, las historias superheróicas de la Casa de las Ideas son más que necesarias.

Las expectativas, eso sí, habían provocado hasta ahora un cierto temor alrededor de este Miles Morales, que en un inicio se postuló como un mero título transitorio hacia la nueva generación, con posibilidades de errar a la hora de plasmar la magia que impregnaba a la primera entrega. Varios meses después de su anuncio, el videojuego ha llegado a las tiendas en toda su gloria y explicitando con contundencia una declaración de intenciones: el Spider-Man de Insomniac no ha hecho más que empezar. 

Miles Morales arranca justo donde lo dejó el primero. Peter Parker viaja a Symkaria junto a MJ en una peligrosa misión de investigación, dejando la seguridad de Nueva York a manos del inexperto Morales, quien obtuvo poderes arácnidos durante los últimos acontecimientos narrados en la obra original. Con solo su ingenio y sentido de la justicia, Miles deberá enfrentarse a un inesperado enemigo que pondrá a prueba su valía como el nuevo Spider-Man.

Si bien Miles Morales es (tal y como se nos vendió) un videojuego mucho más reservado y escueto que su hermano mayor, el título no escatima a la hora de plasmar toda la espectacularidad del protagonista y aquello que lo hace tan grande.

Porque, si algo consigue este videojuego en sus ocho horas de campaña, es demostrar que las cabezas pensantes en el estudio desarrollador conocen al personaje y su mundo al dedillo. Todo en este spin-off se siente familiar, y permite al jugador moverse con una comodidad emocionante por las calles de una Nueva York que bien conocieron hace un par de años. La magia de Spider-Man y todo lo que lo rodea se mantienen intactos con respecto al primero, resultando en una continuación tan orgánica como necesitada, y que sirve de perfecto puente entre la primera entrega y la futura secuela que, esperemos, no tarde en llegar.

Pero la mayor fortaleza de Miles Morales está en su personaje principal: en este título, Miles demuestra que no necesita limitarse a ser un mero sidekick de Peter, sino que es un digno heredero del título y de todo lo que ello conlleva. En un alarde narrativo tan satisfactorio como el presentado en Marvel’s Spider-Man, el juego hace gala de otra historia que bien podría pasar al olimpo de las historias arácnidas.

No solo es maravilloso por méritos propios, sino que la historia de Miles Morales bebe de los mejores cómics, tanto de Miles como de Peter, para fabricar un delicioso cóctel hecho a medida para los fans del personaje. De nuevo, el eje central de la trama es el viaje de Miles para tomar el manto definitivo de Spider-Man, pero es más que evidente que esto no es sino el principio de una larga travesía que se seguirá desarrollando en futuras entregas, pero que ya ha prometido grandes cosas aquí, configurando una obra que nada tiene que envidiar a su predecesor en lo estrictamente narrativo, y que acaba ofreciendo una historia a la altura que no solo expande el Spiderverso de Insomniac, sino que también se relaciona con él a la perfección.


Uno de los aspectos que más entusiasmaron a los jugadores de Marvel’s Spider-Man en 2018 fue el excelente mundo abierto presentado por el juego. Bajo la fórmula que ha venido marcando los mapas de los videojuegos de mundo abierto durante toda la generación, Insomniac construyó una impresionante recreación de Nueva York en todo su esplendor, y la dotó de una distribución exquisita de misiones secundarias, desafíos y paisajes que fueron algunos de los puntos más comentados del título. Miles Morales es un heredero directo de este modelo, replicando el mapa casi en su totalidad pero dotándolo de un ambiente navideño muy apropiado para la época que se aproxima. Haciendo un inteligente uso de su dirección artística y ajustando las misiones y recados de formas ingeniosas, Insomniac ha logrado que Nueva York se sienta, una vez más, fresco y novedoso, y logra evitar ser percibido como un copia y pega barato del mapa del primer juego (aunque en gran parte lo sea).

Sin embargo, y si hay algo que reprocharle a este Miles Morales, es su falta de variedad en cuanto a lo jugable. Pese a no caer en la repetitividad – ni por asomo -, y aunque consigue resultar interesante en muchos de sus planteamientos, las mecánicas que configuran el núcleo del título no logran alcanzar la majestuosidad presentada por su predecesor. Aquí las posibilidades jugables se ven notablemente reducidas en cuanto a la utilización de gadgets y demás elementos de combate, aunque es algo que puede justificarse por la amplitud de miras mucho más reducida con respecto al original. Aun así, cabe destacar que la implementación de nuevas mecánicas, como el uso del veneno o la invisibilidad del personaje, dotan a Miles Morales de una novedad muy agradecida para diferenciarse lo suficiente del primer juego y encontrar una voz propia – algo que, de hecho, casa a la perfección con la temática narrativa del título; a tope con la concordancia ludonarrativa -.

Spider-Man Miles Morales review 3

Si hay algo que Insomniac ha entendido a la perfección con respecto a Miles Morales es que este Spider-Man no es Peter Parker. Es un personaje totalmente distinto, con motivaciones diferentes y una forma igualmente distinta de ver el mundo. Esto es algo que, parece, ni el propio creador del personaje (Brian Michael Bendis) logró representar a la perfección, pues su Miles Morales era una especie de “Peter Parker 2.0” que, aunque triunfó, no logró escapar de la sombra del portador original de la máscara. Sin embargo, Insomniac ha tomado las mejores referencias de todos los medios para desarrollar la representación perfecta del personaje: este Miles Morales encuentra un equilibrio ideal entre los cómics originales de Ultimate Spider-Man y la versión de la película animada Spider-Man: Un nuevo universo, dotando al personaje de rasgos especialmente distintivos que convierten a Miles en un Spider-Man por derecho propio.

Esto no solo se consigue mediante los elementos de la historia, sino también mediante el tono y atmósfera conseguidos por las representaciones visuales y musicales en el juego. Mientras que en Marvel’s Spider-Man el primer balanceo del juego se producía a ritmo de una canción indie rock de la banda Warbly Jets (algo muy propio de Peter), Miles pasa de red en red al ritmo de la música urbana del mainstream. Así, las canciones que componen la banda sonora del juego representan de una forma espectacular la personalidad de un Miles maravillosamente construido, que escucha a Jaden Smith en sus auriculares mientras combate el crimen en Nueva York. Además, Miles no solo lucha por la justicia bajo la máscara, sino que la personalidad del joven de Brooklyn denota unos fuertes intereses sociales, explícitos en todo el juego de mil y una maneras. Miles Morales es un Spider-Man que, igual que lo hiciese Peter Parker en los 60, conecta de manera directa con la juventud actual y comparte sus mismos miedos, preocupaciones y búsquedas (futuro, identidad, justicia social…), convirtiéndole en uno de los superhéroes más humanos de los últimos años. Un personaje que Insomniac ha llevado a su máximo exponente con este videojuego.

Un héroe de nueva generación

Marvel’s Spider-Man: Miles Morales es una pequeña joya que no solo puede dar horas y horas de diversión a los jugadores y fans del personaje (más de quince fácilmente, por si os lo preguntáis), sino que demuestra, una vez más, que Miles Morales es tan Spider-Man como Peter Parker y que, por tanto, sus aventuras e historias pueden alcanzar una grandeza igual. Una forma excelente de rendir homenaje al personaje concebido por Bendis décadas atrás, y por supuesto, una forma excelente de abrir una generación que, gracias a lanzamientos como este, ya nos tiene en sus redes.


Este análisis ha sido realizado con una copia para PS5 cedida por PlayStation.