Volvamos a tirar los dados

Demasiadas veces nos olvidamos de las cosas más básicas, incluso aquella que forman parte de nuestro propio ser, lo que nos conforma en seres humanos y se supone que trasciende a las ideas individuales, pero en ciertas ocasiones da la sensación de que hay quienes inhiben la faceta humana. Está claro que como humanos, algunas de nuestras principales características pasan por el uso que le damos a nuestras manos (las que escriben este texto), a nuestras piernas, pues andamos con solo dos, a nuestro lenguaje, el cual crea sociedades enteras, e incluso a un sentimiento mucho más básico, pues como seres humanos que somos, a su vez somos entes sociales. Lejos de las ideas más individualistas, nuestra especie ha sobrevivido gracias exclusivamente a la colaboración y formación de grupos, tejidos por redes sociales mucho más fuertes que algunos lazos, y de estas relaciones por ejemplo nació el lenguaje como he mencionado antes. En este punto toca dar un salto para adquirir algo de perspectiva, uno que nos aleja de los pilares para poder ver la estructura completa, una conformada no por el grupo, sino por individuos, los más poderosos y acaudalados de entre todos nosotros, quienes a sabiendas de esto priman la individualidad frente a lo colectivo. Esto claramente se traduce en los videojuegos, pues desde hace años los títulos predominantes han sido casi exclusivamente aquellos donde hay enfrentamientos, donde la violencia entre los jugadores se premia, y donde solo se alza un grupo de ganadores o un individuo solitario quien ha acabado con todos los demás contendientes. ¿Dónde ha quedado lo colectivo? ¿Dónde se encuentran los juegos en familia o con amigos donde, simplemente, disfrutar de jugar juntos? En propuestas como Mario Party Superstars.

Mario Party Superstars

Quién me lo diría, que acabaría sacando un tema así de un juego de Nintendo, y posiblemente ande equivocado, pero viendo en el punto en el que estoy solo me queda justificarme. Obviamente Mario Party Superstars no es una alabanza a los sistemas socialistas, faltaría más, pues ni de lejos es lo que pretende, tampoco se esfuerza en construir juntos pues sigue siendo una competición, pero estando en los tiempos que estamos aquellos juegos que incentivan el juego en grupo son una rara avis que rescatar por todos los medios, y dado el caso, analizar debidamente. Esta nueva entrega de Mario Party no es un juego más de la saga principal, pues no continua la línea que venía trayendo, no trae el número correspondiente que por orden le tocaría. Esto es debido a que la base del juego está construida mediante los minijuegos de anteriores entregas y plataformas, contando con hasta 100 diferentes. Los 5 mapas con los que cuenta el juego añaden diversas dificultades, pues cada uno no solamente es diferente respectos a eventos dentro del mismo, que pueden cambiar de manera drástica la partida, sino que debido a estos y la colocación del mapa algunos se pueden considerar de mayor dificultad que otros, aportando diversas capas a un juego donde es difícil introducirlas. Tras estas especificaciones más técnicas, toca dar paso al juego en sí.

Mario Party Superstars

El juego es extremadamente disfrutable. Llevaba demasiados años sin jugar a un título de la saga, y por eso considero que Mario Party Superstars es tan buena puerta de entrada como cualquier otra, pues en ningún momento se hizo aburrido, y solo en contadas ocasiones se repitieron minijuegos que anteriormente ya había disfrutado. Para quienes tengan pensado echarle una gran cantidad de horas tal vez cambie la cosa, pues entonces podría pasar a ser repetitivo, pero para aquellas personas que lo compren pensando en fiestas puntuales o reuniones familiares es un bastante buen producto. Estos dos escenarios los he podido vivir de primera mano, tanto aprovechar alguna quedada con amigos para jugar un par de partidas como sentarme con mi familia una tarde y echar el rato buenamente, y en los dos tanto yo como mis allegados hemos acabado encantados, e incluso con ganas de más para futuras ocasiones, convirtiéndose así en uno de los imprescindibles en mi consola, la cual siempre intento tener lista para estas ocasiones donde poder brindar un juego del que disfrutar en compañía.

Mario Party Superstars

Si por algún casual no pudiéramos replicar estas situaciones por razones de la vida no debemos de preocuparnos, pues, aunque la experiencia puede ser bastante distinta, ya que considero que este tipo de juegos se crean pensando para momentos como los que he mencionado anteriormente, Mario Party Superstars brinda un modo multijugador que sirve como sustituto. Este modo de juego no es diferente a la experiencia original, concretamente es exactamente igual, pero en vez de contar con jugadores en modo local o jugando todos en la misma Nintendo Switch, estos llegan de manera online, buscando y encontrando jugadores de todo el mundo dispuestos a echar unas partidas. He estado probando la modalidad y, efectivamente, decae respecto a las otras opciones, de manera bastante estrépita de hecho, pues se pierde el disfrute conjunto por pasar a ser una competición más, aunque he de decir que esto depende mayoritariamente de los rivales que nos toquen y su actitud. En una de las ocasiones donde me lancé a jugar una partida en multijugador los componentes de la misma no solo iban reaccionando a lo que pasaba con stickers, sino que también se entabló una especie de conversación que derivó en piques sanos, como los que tenemos entre hermanos por ver quién llega antes al objetivo, una conversación a través de stickers al más puro estilo de Meadow  o Book of Travels, y que funciona igual de bien que en los títulos mencionados, pues logra transportarte a un salón virtual donde jugamos con amigos temporales.

Mario Party Superstars

Al final de cada partida, el mismísimo Toad dedicará un par de minutos a hacer un breve repaso a nuestra sesión de juego, ubicando en el mapa los puntos fuertes de cada jugador, señalando los grandes golpes de suerte que hayan tenido lugar y dando paso a la tabla de clasificación final.

Es curiosa la poca relevancia que aparentemente tienen este tipo de juegos, pues desconozco los números que se manejen, pero a nivel comunicación no suelo verlos comentados en redes y normalmente quedan sepultados entre las miles de propuestas semanales. Sin embargo, en contadas ocasiones la tendencia da un vuelco, y juegos de este estilo salen de la muchedumbre para llegar al público general, pues contamos con varios ejemplos, pero creo que una buena manera de condensar todos estos es señalando a la gente de Hazelight Studios, creadores de obras como Brothers – A tale of two sons, A way out o del candidato a GOTY It takes two. El estudio en cuestión se ha dedicado desde 2013 a realizar juegos cooperativos con opción local, un caso particular en una industria donde estas experiencias quedan casi relegadas al nicho, pero a pesar de ello no solo han logrado sobrevivir, sino que lo han hecho de la mejor manera y con una curva ascendente, pues poco a poco se han ido ganando la simpatía de más y más seguidores. Con estos datos quiero de nuevo rescatar mi mensaje anterior, sobre la importancia de este tipo de juegos donde no prima la competición directa, la guerra entre bandos o individuos, sino que lo verdaderamente valioso tras la experiencia es el buen rato o experiencia que compartimos con la gente que es cercana a nuestros corazones.

Carta de amor

Mario Party Superstar no es un juego perfecto de la manera en la que ningún juego lo es ni lo será, pero en su imperfección no se convierte en mediocre, se convierte en una carta de amor a los minijuegos que han acompañado a la saga durante tanto tanto tiempo, a los ratos que hemos pasado delante de una televisión, pero ante todo, se convierte en la excusa perfecta para juntarse una vez más, en una de las opciones a tener en cuenta cuando hagamos una fiesta con amigos o la razón por la que nos sentamos en el sofá con nuestros familiares y repartimos como si fuese el pan los mandos entre los participantes, un buen juego para construir relaciones de la mejor y más divertida forma posible.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Switch cedido por Nintendo España.