Nuevos jefes y nuevas mentiras
Lies of P es, desde su lanzamiento en 2023, el único soulslike de todos los que he jugado que me ha llegado a gustar tanto como Bloodborne, Sekiro, Elden Ring o Dark Souls y Dark Souls III. Siendo todos estos juegos obras maestras que se posicionan entre mis favoritas en un medio artístico en el que no me es difícil señalar un título que adore, puesto que está lleno de ejemplos que me han marcado para siempre. Es por ello que Lies of P: Overture, su esperadísimo prólogo en forma de DLC que nos sorprendió con un shadow drop hace apenas un par de semanas, estaba entre las cosas que más esperaba en un 2025 cargado de grandes lanzamientos.
Habiendo completado tanto el recorrido principal como todo el contenido secundario que ofrece. al igual que con todos los souls de Miyazaki y su equipo y con el propio juego base, me alegra decir que Lies of P: Overture demuestra, una vez más, que la creación del estudio surcoreano Round8 es mucho más que un clon de Bloodborne. Opino que el juego base ya lo dejaba claro, con sus mecánicas de parry nacidas de una simbiosis entre Bloodborne y Sekiro con el que podríamos romper las armas de los enemigos y con su filosofía sobre lo que realmente significa ser humano que era tan palpable tanto en su jugabilidad como en la historia que rodeaba a la ciudad de Krat, a sus personajes y al propio Pinocho.
Una inevitable tragedia
Este DLC mantiene esa filosofía, con nuevas decisiones que nos plantean si queremos ser una fría marioneta que muestra la cruda realidad o si somos más humanos, sabiendo que, con lo horrendo que es el mundo de Krat, es mejor vivir en una feliz ignorancia. He leído a algunas personas interpretar que Lies of P nos quiere dar a entender que las personas son mentirosas, pero realmente la idea detrás del hecho de que mentir nos haga más humanos es que requiere un esfuerzo consciente de parte de Pinocho decir algo que sabe que no es cierto en lugar de simplemente exponer los datos objetivos, lo cual nace de un sentimiento de empatía con quien esté hablando.
Más allá de estas decisiones y situaciones verdaderamente difíciles con varios NPCs y sus historias, el recorrido principal de esta obertura nos cuenta la historia de un personaje muy ligado a Pinocho y a su pasado. No quiero spoilear ni siquiera el nombre de dicho personaje, ya que la historia es de las cosas más destacables de esta experiencia, perpetuando ese tono tan trágico pero a la vez lleno de esperanza por mejorar las cosas que tanto me gustó del juego base. Además, en este caso la tragedia nace de la ironía dramática, puesto que, al ser una precuela, ya sabemos lo mal que van a acabar las cosas, similar al planteamiento de la trama de Red Dead Redemption II.
Tras haber acabado el DLC, podremos volver a ciertos NPCs o momentos de la historia de Lies of P para encontrarnos nuevos diálogos o documentos del recorrido principal que ahora tienen una página extra. Personalmente me han encantado estos detalles, que no solo te dan un motivo para volver a pasarte los últimos capítulos de la historia principal, sino que también le quitan a Overture esa sensación de aventura completamente aislada, elevando más aún la recta final de la historia al añadir contexto (y en el proceso un par de puñaladas emocionales) para todos los personajes principales.
El desastre de los alquimistas
Al igual que Shadow of the Erdtree era aproximadamente la mitad de largo que el juego base, las nuevas zonas componen un total de cinco capítulos frente a los once del juego base. Por supuesto, todas ellas tienen un muy buen diseño de nivel, con un posicionamiento muy inteligente de los enemigos, Stargazers (las “hogueras”, para quien no lo recuerde por nombre), atajos y caminos opcionales o secretos. Mantiene el equilibrio perfecto entre ser desafiante pero sin llegar a injusto, dándonos ese atajo o siguiente Stargazer justo cuando nos estamos quedando sin curativos, y también nos recompensa con creces por explorar todos los rincones.
Eso sí, lo que más me ha gustado de estas nuevas localizaciones es que se sienten como un descenso a los infiernos, en el que vemos más y más atrocidades llevadas a cabo por los alquimistas, cada cual peor que la anterior. Esta idea también se ve reflejada en enemigos nuevos que, a excepción de una o dos zonas pequeñas, cambian a las marionetas enloquecidas que ya son el enemigo por excelencia de Lies of P por distintos seres vivos en los que los alquimistas han llevado a cabo experimentaciones. Además, la mayoría de las marionetas de Overture pertenecen a los propios alquimistas, por lo que tampoco están fuera de lugar junto a sus experimentos fallidos.
Algo que siento que debo mencionar respecto a los enemigos es lo divertidos que se sienten sus ataques. En la mayoría de los casos, al ver a uno de los enemigos nuevos que plantea esta experiencia no me esperaba para nada la manera en la que iba a atacarme. Por ejemplo, en la primera zona hay un enemigo que es un canguro mutado. Nada más verlo, esperaba que diese algunos saltitos hasta acercarse los suficiente para intentar pegarme puñetazos. En cambio, en cuanto te ve este tipo de enemigo, se hace una bola en el suelo para ir rodando a toda velocidad a por ti a velocidad de proyectil como Sonic. Estas son el tipo de ideas que agradezco para que los enemigos no se sientan monótonos o predecibles.
La atracción principal
Aunque no puedo hablar de los nuevos enemigos sin profundizar en los nuevos jefes. Hay un total de 8 combates nuevos, siendo uno de ellos completamente opcional. Estos enfrentamientos siguen con la temática que he mencionado, al ser solamente dos de ellos marionetas, variando en los otros seis casos entre monstruos, experimentos y NPCs convertidos en jefes (como ya ocurría en el juego base). Cada jefe es muy diferente, tanto en comparación con los de Lies of P como respecto a sus iguales en Overture, por lo que necesitaremos un nivel elevado de habilidad y adaptabilidad a diferentes estilos de lucha. Para mí, han sido tan exigentes como divertidos: son los típicos jefes con los que sientes que poco a poco te vas acercando a la victoria, con la satisfacción que conlleva tanto ese proceso como tu eventual triunfo.
Lies of P ya tenía una alineación de jefes muy memorables, y con este nuevo capítulo de la historia se añaden al menos dos o tres a la lista de mis favoritos, tanto por su diseño como por lo diferente que es la estrategia y la forma en la que nos movemos dependiendo de cada combate. Podría considerar como punto en contra para Overture a uno de estos jefes, que me costó muchísimos más intentos que el resto, pero realmente con la opción de cambiar de dificultad o con lo cómodo que se vuelve cuando conoces bien sus ataques, creo que este sentimiento nace únicamente de la frustración que me provocaron algunos intentos, y no de un punto negativo real.
Una marioneta de armas tomar
Para combatir contra estas nuevas amenazas tendremos armas, objetos y mejoras nuevas de este DLC (que también podremos utilizar en el juego base). Hay una muy buena variedad de armas, por lo que solamente mencionaré las dos que más me han llamado la atención. Por un lado, he utilizado durante prácticamente toda mi partida las nuevas garras que parecen de Lobezno que duplican la velocidad y movilidad que tendremos en combate, en un juego que ya es bastante rápido, además de hacer una buena cantidad de daño. Ahora bien, el arma que más me ha llamado la atención ha sido el arco, ya que nunca había visto un arma a distancia en un soulslike que, en lugar de ser un extra con su sistema de apuntado, tenga combos, ataques especiales, remates y la habilidad de bloquear.
Podemos llevar el arco como arma principal sin ningún problema, e incluso con algunos enemigos o jefes puede ser la opción que más nos convenga, más aún si tenemos en cuenta su devastador arte de fábula, que podremos cargar para lanzar lo que probablemente sea el ataque más fuerte del juego. También se añaden dos brazos de legión nuevos: una cuchilla giratoria que podremos lanzar a los enemigos y una escopeta de doble cañón, concepto que me ha encantado y hecho gracia a partes iguales. Además, podremos mejorar más allá del máximo del juego base el Órgano P y conseguir más unidades de materiales raros o la versión mejorada de varios amuletos, junto a algunos nuevos.
El descubrimiento del fuego
Finalmente, Lies of P: Overture se atreve a ser aún más único como soulslike de lo que ya era el juego base. Es cierto que no innovaba demasiado en varios aspectos, pero la manera en la que estaban diseñados sus niveles y los patrones de ataque de los enemigos y jefes, la dirección artística del estilo steampunk que tan poco se deja ver hoy en día y lo bien pensado que estaba el combate con su personalización de armas y animaciones y ataques satisfactorios eran un claro ejemplo de perfeccionar una fórmula en lugar de reinventarla. Sin embargo, este prólogo ha sido capaz de traer varios conceptos al género que se sienten como una evolución, una que por primera vez no llega de la mano de FromSoftware.
Y es que cosas como Nioh, Another’s Crab Treasure o Blasphemous y Nine Sols ya nos traen cosas diferentes que escapan de la sombra de Dark Souls, pero esta frescura nace de inyectar a otro género como pueden ser los plataformas o metroidvanias con elementos típicos de un soulslike. En cambio, Overture intenta cambiar las cosas desde dentro, una intención que ya se podía intuir con el propio Lies of P hace dos años, ya que quien diga que era otro clon más sin identidad y estilo propios claramente no sabe mucho del tema.
El primero y más importante de estos cambios es la inclusión de dificultades nuevas, algo que no habíamos visto todavía en el género soulslike por culpa de “puristas” del género que hacen un muy mal trabajo a la hora de no proyectar sus inseguridades en los demás o buscar validación del resto, Yo me considero una persona muy experimentada con de los juegos de FromSoftware, y también con prácticamente todas las propuestas destacables que han nacido a partir de ellos; y, honestamente, no veo nada de malo en permitir que más personas disfruten del juego. He probado estas dos nuevas dificultades en algún que otro intento contra un jefe o a la hora de explorar zonas, y me parecen muy bien equilibradas: en ningún momento arruinan la experiencia ni te permiten ganar siendo descuidado.
Peor solo que bien acompañado
El otro cambio que considero interesante es algo con lo que Nioh y Wukong ya habían jugado anteriormente, pero no se habían comprometido a ello como lo hace Lies of P con este DLC. Hay algunos momentos en el primer Nioh en el que un NPC nos acompaña durante una buena parte de una misión, ayudándonos contra los enemigos. El problema es que no te acompañaban realmente durante toda la zona y en la mayoría de los casos teníamos que enfrentarnos al jefe a solas. Por otro lado, Wukong tiene varios jefes en los que, la primera vez que nos enfrentemos a ellos, recibiremos ayuda de otros personajes en su primera fase. En este caso el problema surgía de que, o a partir del segundo intento ya no nos ayudan o nuestro aliado apenas daña al jefe.
Overture decide meter ambas cosas. Más o menos a mitad de DLC, habrá un jefe en el que podremos pedir ayuda de un personaje muy importante en el lore del juego, en lugar de conformarnos con que nos ayude el espectro que podemos invocar normalmente. Y lo veo como algo destacable porque se nota que la manera “canónica” en la que está pensada esta pelea es de esta forma, por lo que le quitaremos la gracia si decidimos completarla a solas. Es, en ese sentido, similar al ya mítico festival de Radahn en Elden Ring, aunque en este caso con un solo acompañante.
Más adelante, no diré exactamente dónde ni con quién, tendremos una zona entera en la que vamos acompañados, jefe incluido. Me ha encantado que Lies of P obligue al jugador a ir con este personaje, que no tenga miedo a que los pesados de siempre se quejen de no luchar 100% a solas porque la fuerza dramática y el dinamismo en combate que gana esta parte gracias a esta colaboración merece la pena. Es la primera vez que veo a un soulslike que se atreve a hacer esto como la única manera de completar una sección, en lugar de dejarlo como algo opcional para que nadie se queje, a pesar de que obviamente la intención es que vayas con compañía.
No es suerte, sino excelencia
En definitiva, Lies of P: Overture demuestra que lo que Round8 hizo en 2023 no fue pura suerte (hazaña que les han recompensado con creces), consiguiendo entregarnos una experiencia que se siente tan satisfactoria como desafiante; llena de momentos emotivos, combates exagerados y zonas con un diseño excelente a partes iguales. No contentos con eso, el estudio surcoreano también ha venido con la intención de cambiar varias cosas muy establecidas en el género soulslike, algo que veo tan valiente como necesario para que no llegue a estancarse por culpa de los de siempre.
Esta crítica ha sido realizada con una copia para PS5 adquirida por la propia redacción.