Habrá que esperar un poco más para regresar a 2003

2020 ha sido un año especialmente difícil y tortuoso, en muchos sentidos, y el mundo del videojuego no se libra de dicha problemática. Incluso con la llegada de una nueva generación de consolas o el lanzamiento de títulos esperadísimos como The Last of Us Parte II o Cyberpunk 2077 ha sido un año empañado por los efectos de la COVID-19, y los retrasos originados, además de las polémicas relativas al crunch que ya hemos mencionado por aquí.

El último en unirse a lista de retrasos es el remake de Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo Remake. El título anunciado durante el último Ubisoft Forward, y que fue recibido por el público con un sabor agridulce (aunque más agrio que dulce), se esperaba para el 21 de enero de 2021. Sin embargo, Ubisoft ha publicado el pasado 8 de diciembre un comunicado en el que explican que el juego se ha retrasado para el 18 de marzo del mismo año. En dicho comunicado argumentan que las dificultades que ha presentado este año han afectado a todos los planes y trabajos que se han llevado a cabo, y además añaden que buscan ofrecer un juego que cumpla las expectativas de los jugadores. No fueron casos aislados los que mostraron descontento cuando se anunció el juego, los jugadores reaccionaron como cabía esperar ante el aspecto que lucía el remake de un título tan querido y carismático, y la reacción generalizada fue la decepción. A nivel visual nos encontramos unas texturas y animaciones bastante pobres y deslucidas, y teniendo en cuenta lo que significa el nombre de Prince of Persia para muchísimos jugadores, es lógico que la desarrolladora francesa quiera dar marcha atrás y buscar un trabajo que de mejores resultados.

Tras el recibimiento que tuvo el juego en su presentación, me atrevo a pensar que la decisión de Ubisoft obedece más a la búsqueda de la aceptación del público, y el consiguiente éxito comercial, que a los retrasos originados por la pandemia. O que al menos ambos motivos hayan llevado a posponer el lanzamiento. Sinceramente, es lo que me gusta pensar, que la compañía haya decidido reaccionar ante el descontento generalizado del público para ofrecer un producto que conquiste a los jugadores y que haga justicia al juego original. Además, las recientes polémicas en las que se ha visto envuelta la desarrolladora francesa, relativas a los ambientes laborales tóxicos y casos como el de Ashraf Ismail, me llevan a pensar que la compañía busca ganarse de nuevo el respaldo del público y dar una buena imagen en todos los sentidos. Aunque Assassin’s Creed es la franquicia más popular de Ubisoft, Prince of Persia fue en su momento una de las joyas de la corona, y la trilogía que vimos en PlayStation 2 siempre ha gozado de popularidad entre los jugadores, que esperan que se la siga tratando con mimo.

Creo que este el principal motivo por el cual la respuesta generalizada del público en redes sociales ha sido positiva y comprensiva, para mi sorpresa. La mayoría de los usuarios respaldan la decisión del estudio de retrasar el lanzamiento, aludiendo, en la mayoría de los casos a sus deseos de recibir un juego que se ajuste a sus expectativas y que deje un buen sabor de boca entre los jugadores. Muchos usuarios han respondido al mensaje argumentado que “es la decisión correcta” para ofrecernos un buen juego. Aunque estos movimientos en las compañías estén a menudo impulsados por errores previos o por crisis de imagen ante el público, es positivo ver esa intención de cambio, sin importar a que interés obedezcan, porque los usuarios saldremos beneficiados de un tiempo de desarrollo más amplio. Además de eso, y a riesgo de pecar de optimismo excesivo, espero que dicho retraso rebaje las cargas de trabajo de los empleados y ayude a combatir el crunch.