¿Dos besos, no?

Kirby y la tierra olvidada tiene tantas cosas buenas (y yo llego tan tarde al debate) que no sé ni por dónde empezar. Bueno, sí, me permito un pequeño paréntesis al comienzo para reivindicar que no hay que analizar con prisas ni sumarse al sol que más cobija para seguir las tendencias. O, en otras palabras, «las cosas de palacio van despacio». Guerras estúpidas aclaradas, ya que vivimos en la era del consumo rápido y esta rueda nunca dejará de girar, vayamos con algo que sí me hace mantener la fe en la humanidad: Kirby y la tierra olvidada.

Amor a primera vista

Hace tanto que no analizo bajo los términos de HyperHype que me gustaría disculparme de antemano. Lo más seguro, y lo aventuro antes de meterme en faena, es que esta crítica sea una amalgama de ideas inconexas que danzan juntas porque es lo que toca. La primera sensación que te crea la última aventura de Kirby es tan placentera como pura. En un mundo corrompido y lleno de tristeza y desolación, la bolita rosa nos recuerda que los videojuegos también pueden ser divertidos. No obstante, si queréis ahondar más en esa reflexión ya tenemos otro texto que lo abarca. Casualidad o no, está escrito por la misma persona que ahora os está juntando letras. Los destinos del SEO son inescrutables.

Como decía, por empezar a darle cierta coherencia narrativa a esto, Kirby pone una sonrisa instantánea en tu cara. Tras la espectacular cinemática de apertura, esa en la que te presentan el conflicto del juego, llegas a un páramo desolado en el que puedes transformarte en un coche. Ojo, demos valor a esto, con mucho menos Overwatch se llevó el juego del año. En ese preciso instante, en el momento en el que recorres el escenario como Carby (nombre acuñado por la comunidad), ya estás tan metido en la propuesta que no hay vuelta atrás. Y sí, hablo de «estás» porque, aunque una crítica sea la visión personal del autor, dudo mucho que no sea un sentimiento generalizado. De hecho, si no es tu caso, creo que deberías replantearte si los videojuegos realmente te gustan (disclaimer que para nada me han obligado a poner: estas bromas no representan la opinión de HyperHype ni de sus directores).

El Dark Souls de Kirby… o el Kirby de los Dark Souls. Algo así

Tras el «momento Carby» llega «el show del alumno aventajado de la clase». Durante años, la bola rosa se ha caracterizado por protagonizar títulos que buscan única y exclusivamente «diversión». Sin más, esa siempre ha sido la premisa principal de Kirby. Fiel a esa idea, Nintendo rescata con la tierra olvidada la esencia más pura del personaje y, después de varios juegos con importantes «peros», nos entrega una aventura ambiciosa en la que es imposible no disfrutar. De hecho, cumple con creces hasta retomando viejas prácticas del género. Sí, hablo de subdividir niveles en fases, algo tan añejo que muchos de nosotros no estábamos en el mundo cuando se planteó por primera vez.

El impacto inicial del mundo desolado da paso a escenarios llenos de vida, color y diversión. Los lugares bañados por el mar, la gelidez de las cuevas o un parque de atracciones abandonado son algunos ejemplos de la calidez de los entornos de Kirby y la tierra olvidada. Además, la poca presencia de enemigos en estos, lejos de sumar puntos negativos, va acorde a la idea que rodea al personaje. Para los desarrolladores, aunque Kirby sea una criatura todopoderosa, es un mal trago ver cómo alguien le daña. Por eso, incluso en el nivel de dificultad más alto (que podría ser perfectamente «fácil», siendo el otro «muy fácil») será habitual que prime la exploración por encima del combate. A fin de cuentas, una de las salsas de los juegos de Kirby es descubrir los múltiples secretos de cada escenario.

Fuera de los niveles, Kirby y la tierra olvidada también tiene su «toque Souls». Lo siento, hoy en día si no nombras a esta saga en cualquier crítica no eres un buen redactor. Yo no escribo las normas. Igual que en Demon’s Souls (ejemplo forzadísimo porque podría citar otros cientos), esta propuesta de Kirby tiene un escenario central que conecta con el resto de niveles. En él, nuestra misión principal será reconstruir un pueblo para que los Waddle Dee puedan labrarse un futuro. Para ello, tendremos que encontrar a todas las criaturas de esta especie perdidas en los diferentes niveles del juego. Una vez lo consigamos, irán habitando la nueva ciudad y creando sus tiendas, cines, cafeterías y otros establecimientos para cobrarnos por servicios. Sí, así nos pagan, no son capaces ni de hacernos un descuento.

Impregnar de vida este pueblo es una de las mejores sensaciones de Kirby y la tierra olvidada. Con cada Waddle Dee desbloquearemos nuevas funciones a las que sacar partido o minijuegos de los que disfrutar durante horas. Aunque el de pesca es el más popular, personalmente soy un fan declarado del de servir comida. Supongo que será por el extinto Restaurant City de Facebook, un juego al que dediqué centenares de horas por puro amor al arte. Así, la idea del pueblo está tan bien integrada en el juego que explorar pasará de ser tedioso a divertido. Ahora, observar cada rincón y esquina conllevará más posibilidades de rescatar a los Waddle Dee. Y eso, a su vez, proporcionará más «vidilla» al pueblo.

Se ve bien, se oye bien y funciona bien

Toca ponerse técnico: hablemos del rendimiento y el apartado gráfico de Kirby y la tierra olvidada. Lo sé, a mí tampoco me gusta esta parte de los análisis, así que intentemos dejar las cosas claras con el mínimo número de palabras posibles. Además, así puedo disimular que no sé tecnicismos y que uso términos muy concretos para «ser divertido». Lo nuevo de Kirby se coloca de lleno entre los juegos que mejor se ven del sistema. Luigi’s Mansion 3, un título que podría ser sinónimo de «brujería», es quizás la propuesta más vistosa del catálogo de Switch. Con la tierra olvidada, aunque no consiguen acercarse a ese nivel, sí podemos empezar a hablar de otro contendiente que se suma a Breath of the Wild, Super Mario Odyssey o Metroid Dread.

Kirby y la tierra olvidada

En cuánto al rendimiento del juego, tanto en dock como en portátil, podemos resumirlo con una palabra: excelente. Al jugarlo en una Switch OLED, hasta ahora la versión más potente del sistema, esperaba un juego acorde a las características de su pantalla y características. De hecho, he de admitir que este es el primer título que disfruto en la revisión del sistema. Y, como era de esperar, Kirby y la tierra olvidada ha estado a la altura. Además de lucir increíble en ambas modalidades, no he sufrido un solo contratiempo técnico. En otras palabras, para que nos entendamos más fácil: no tiene caídas de fps. Si a eso lo sumas el depurado apartado artístico y la calidad de la ambientación sonora, tenemos un juego que se convierte ipso facto en un clásico del sistema.

Andando, que es gerundio

Poco queda que añadir a estas alturas. Además de por el contenido del juego base, la tierra olvidada es excelente por todos los extras que ofrece. Los niveles contrarreloj, por ejemplo, son una oportunidad perfecta para demostrar cómo sacamos el máximo partido a cada habilidad de Kirby. Además, completarlas dentro del tiempo fijado nos otorgará un premio. De hecho, lo que consigamos al superar estos niveles nos servirá para maximizar el poder de las habilidades del personaje. Aunque puede sonar a trámite tedioso, son tan variados y tan complejos (en algún caso concreto) que superarlos será un reto divertido para el que siempre tendremos tiempo.

Las figuras coleccionables son otro aliciente para dedicarle horas a la propuesta de la bola rosa. En los niveles encontraremos, si buscamos bien, figuritas relacionadas con la historia, personajes, transformaciones y enemigos. Además, en el pueblo central también podremos gastar nuestro dinero en máquinas que nos darán premios aleatorios. Aquí también encontraremos el Coliseo, un lugar en el que poner a prueba nuestra habilidad luchando con cadenas de enemigos o cumpliendo desafíos de combate para los más exigentes. De hecho, aquí nos esperará un personaje muy conocido que todos estarán contentos de ver.

Por último, no puedo terminar esta crítica sin mencionar las opciones multijugador. A parte de ser compatible con todos los minijuegos, Kirby y la tierra olvidada nos permite completar la aventura entre dos jugadores. Mientras uno será Kirby y se llevará toda la gloria, el otro será un Waddle Dee con una lanza que no tendrá nada que envidiar al protagonista en el combate. La opción más lógica, para que uno de los jugadores no se canse, es turnar el mando y disfrutar por igual de Kirby. Por suerte, hay Kirby de sobra para todos.

Sinónimo de felicidad

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Si quieres ser feliz, juega Kirby.

Ya está, sin más.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Switch cedido por Nintendo España.