Primera victoria para un equipo chino

Tras algo más de un mes de competición (si contamos el Play-In, que hacía las veces de previa a la fase de grupos), ayer finalmente terminó la octava edición de Worlds, el campeonato mundial de League of Legends, y que por primera vez desde 2013 no ha sido ganado por un equipo de Corea del Sur, país en el que se ha celebrado esta edición. Con el show previo comenzando a las 8:30 (hora española), muchos madrugamos para ver esta final que por primera vez incluía un equipo europeo desde aquella primera edición de Worlds, en la que no participaron los que más tarde serían los reyes absolutos de la escena, Fnatic, ante Invictus Gaming, el segundo clasificado desde China. Como ya es costumbre antes del comienzo de las partidas, tuvo lugar la actuación musical con Rise y Pop/Stars, las canciones elegidas para este año, siendo la segunda la más destacada gracias al uso de realidad aumentada para integrar personajes del juego en la actuación.

Una vez terminada esta ceremonia, se dio paso al auténtico espectáculo. Y sí, hubo espectáculo, aunque solo fuera para el sector del público que apoyaba a Invictus Gaming, que arrasó a Fnatic para hacerse con el título de campeón mundial en la final más rápida hasta la fecha. Ya desde el primer mapa se pudo ver una superioridad muy clara para el equipo chino, contra una composición más que cuestionable por parte del equipo europeo, que optó por elegir únicamente campeones con daño físico (AD) en esta primera partida, con Urgot, Lee Sin, Irelia y Jhin. Aunque el comienzo de la partida fue algo pausado (hasta el minuto 10 no hubo acción real), a partir de ese momento Invictus Gaming fue aumentando su ventaja cada vez en diversas peleas (que no sólo se resumieron en asesinatos a su favor, si no también en control de objetivos) y pudieron acabar la partida antes del minuto 30, dejando a Fnatic no solo por detrás en el marcador, si no hundidos moralmente. Hay que recordar que esta era la primera temporada de Bwipo como profesional, y que para Caps y Broxah es la segunda, y esa posible falta de experiencia en situaciones de tanta tensión pasó factura, como se pudo ver en la conclusión de esta primera partida, con el Midlaner de Fnatic a punto de echarse a llorar.

En la segunda partida, sin cambios en los quintetos, hubo un cambio radical en ambas selecciones. Fnatic mantuvo a Urgot, Lee Sin y Braum, pero cambio a Irelia por Azir y a Jhin por Ezreal, mientras que Invictus recogió a Irelia y la acompañó de Gragas, Syndra y Lucian, manteniendo al Alistar de la primera partida, y el plan de partida cambió para los chinos. Por su lado, Fnatic lleva todo el torneo jugando alrededor de la calle central, haciendo habituales los 3 vs. 1 durante la fase de líneas, y en esta ocasión esta estrategia no solo falló, sino que fue contestada a la perfección por parte de Invictus, que cambió el foco a la línea superior, dejando que Bwipo adelantara la línea de presión una y otra vez para castigar a continuación, mientras Rookie salía prácticamente ileso del asedio a su línea. En este sentido se hizo notar aún más la falta de experiencia del Toplaner de Fnatic, que puede ser mejor mecánicamente que el veterano sOAZ, pero que peca de novato en estas situaciones. A partir de dicha ventaja inicial, la extendieron al resto del mapa y a pesar de que la duración de la partida fue algo superior a los 30 minutos, la sensación de superioridad de Invictus Gaming fue aún mayor.

La tercera partida, por otro lado, vio el cambio de sOAZ por Bwipo, y aunque el jugador francés no desentonó, la composición de Fnatic volvió a carecer de sentido, con Viktor en la calle central (cuando actualmente es más viable en la superior), y un Jax jungla que prolongó la agonía del equipo europeo llegando a robar un Barón Nashor que alargaría la partida hasta los 25 minutos. Esta partida es algo más difícil de comentar, pero podría resumirse como una partida clásica de la LPL (Lol Pro League, la liga profesional de China), caracterizada por un juego extremadamente agresivo y que deja marcadores de asesinatos muy abultados.

Con esto acabó la final más desigualada de la historia, y que deja varios puntos para reflexionar, como el formato de las fases finales de Worlds (con la posibilidad de asemejarlo algo más al The International de DotA 2, de manera que una derrota no elimina automáticamente a cada equipo) así como la superioridad teórica con la que mucha gente veía a Fnatic, primer representante europeo en una final desde hace 7 años y que esperanzó a numerosos fans, pero que tuvo el lado más sencillo del cuadro así como un grupo muy asequible, lo cual permitió ocultar las debilidades que Invictus Gaming supo hacer ver en esta final. Y por último, y para aquellos escépticos que afirman que el MOBA de Riot Games está de capa caída, solo ayer en China hubo 200 millones de espectadores en la final, y habiendo ganado un equipo de dicha región, esto solo puede implicar más crecimiento allí, potenciado además por los ambiciosos planes del franquiciado allí. La Temporada 9 se acerca poco a poco, y parece que será la más emocionante hasta la fecha, con una Corea derrotada (y que querrá levantarse), una China campeona, y con Europa y Norteamérica conscientes de que se puede vencer a cualquier equipo. Lo mejor, sin duda alguna, lo vamos a tener los espectadores. Tiempo al tiempo.