La era de Switch 2
A pesar de haber jugado ya a más de 1000 videojuegos en toda mi vida, la saga The Legend of Zelda nunca ha dejado de ser mi favorita. La descubrí de pequeño, con el, por aquel entonces, recién salido Twilight Princess, aunque mi versión favorita de este mundo y sus personajes no llegaría hasta 2017. Con lo que adoro la historia, los personajes y el reino de Hyrule en las últimas dos entregas de la saga, no sorprendo a nadie al decir que Hyrule Warriors: La era del cataclismo me gustó mucho. Como consecuencia, Hyrule Warriors: La era del destierro, aún sin ser de lo más esperado del año, ha estado en mi punto de mira desde su anuncio.
Estas ganas solamente aumentaron al saber que la historia de este nuevo musou de Zelda no pertenecería a un universo alternativo como la de su antecesor, sino que se trataba de una precuela oficial y canónica de Tears of the Kingdom. Tras haberle dedicado una modesta cantidad de horas y de haber visto toda su historia, debo decir que este nuevo Hyrule Warriors no es exactamente lo que mucha gente esperaría de él. Por supuesto que, respecto al combate y la estructura de cada misión principal, es un musou de los pies a la cabeza, pero tiene un mayor enfoque narrativo que cualquier otro título dentro de este género.
La era de Zelda
La primera vez que se anunció Tears of the Kingdom, algunos nos ilusionamos con la posibilidad de, por fin, poder tener a la princesa Zelda como personaje jugable en una entrega principal de la saga. La secuela de Breath of the Wild superó todas mis expectativas y es de mis videojuegos favoritos, pero lamentablemente no cumplió en este aspecto. Desde entonces, Echoes of Wisdom nos ha dado una aventura con la princesa como protagonista, pero La era del destierro es lo más cerca que hemos estado nunca de una entrega principal en 3D en la que Zelda sea el personaje principal. Y debo decir que lo agradezco mucho.
Para quien no esté al corriente, en este Hyrule Warriors vivimos de primera mano la guerra entre Ganondorf y el antiguo rey de Hyrule, Rauru, tras el viaje al pasado que experimenta Zelda al principio de Tears of the Kingdom. La era del destierro, por tanto, muestra con mucho detalle todos los sucesos relacionados con este conflicto, al igual que los antecedentes que lo acaban desencadenando. Para ser un musou, hay una enorme cantidad de escenas en las misiones principales, las cuales hacen mucho más que simplemente rellenar huecos entre un flashback de Tears of the Kingdom y otro.
Lo que empieza como una aventura de Zelda acaba siendo una historia bélica coral compuesta por personajes a los que apenas conocíamos antes de este juego, aunque jamás le quitan el protagonismo a la princesa. Personalmente, he disfrutado mucho de todas las escenas y de la historia que nos cuenta La era del destierro, aunque debo admitir que el world-building, la versión de los personajes principales y la historia de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom son mis favoritas de toda la saga; por lo que, si no te gustan tanto como a mí, puede ser que todos estos momentos históricos y pedacitos de lore te dejen indiferente.
La era de los musou
Eso sí, que nadie se confunda con todas estas escenas y con su mayor enfoque narrativo: aquí se viene a pelear, y en La era del destierro tenemos más pelea que nunca. Junto a unas misiones principales estándar de un musou, tendremos los “retos”, que sirven como misiones y combates secundarios con los que conseguir recursos para algunas mejoras o subir de nivel a los personajes. Aunque esta vez funcionan de manera diferente, puesto que, aparte de los retos típicos, habrá un reto especial para cada una de las zonas en las que se divide el mapa de Hyrule que consistirá en la captura de ese territorio.
La idea de ir ganándole terreno a las fuerzas enemigas me parece genial como planteamiento para misiones secundarias de un musou. Además, cada poco tiempo los enemigos tratarán de recuperar una zona que hayamos conquistado, y deberemos completar un reto en el que nos defenderemos, en lugar de pasar a la ofensiva. Aunque este planteamiento me gusta mucho, debo admitir que, algunas veces, el enemigo tardaba demasiado poco en intentar recuperar un territorio, y me merecía más la pena dejar que lo tomasen que distraerme durante horas en la recuperación de las mismas zonas constantemente sin avanzar en la historia.
Dentro de las propias misiones principales o retos, el combate y la jugabilidad son, en su base, exactamente iguales que en el Hyrule Warriors anterior. Lo mismo ocurre con la estructura de las misiones, que honestamente no creo que haya cambiado mucho desde que existe el musou como género. Esta vez todos los personajes excepto Zelda serán completamente nuevos (incluso a algunos como Rauru, Sonnia o Mineru no los conocemos mucho realmente), aunque eso tampoco quiere decir que sean buenos o divertidos jugablemente.
La era de la monotonía
Como se puede intuir por los últimos puntos que he expuesto, Hyrule Warriors: La era del destierro no innova mucho dentro del género ni tampoco mejora lo ya existente. Añade algunos objetos para utilizar como armas al igual que en Tears of the Kingdom, pero se sienten muy desaprovechados al no poder fusionarlos entre sí o con tus armas. El roster de personajes puede ser casi 100% nuevo, pero sus movimientos o ataques son iguales a los de otros personajes de La era del cataclismo. En general, se siente como un juego muy divertido con lore de The Legend of Zelda interesante, pero no parece poder (ni querer) aspirar a más.
Hasta cierto punto, no sé cuánta culpa de esta monotonía le podemos atribuir a este juego, y no al género musou como tal. La idea de enfrentarte con personajes poderosos a cientos de enemigos en un amplio campo de batalla es genial, pero no puede ser lo único que haga el género durante décadas. Creo que la razón por la que se libra de que señalen a sus exponentes como “clones” es que tenemos una menor cantidad de musous que de roguelikes, FPS o juegos de acción en tercera persona, por ejemplo.
Pero lo cierto es que lo parecidos que son estos títulos entre sí no ayuda a que haya una mayor cantidad o a que el género goce de mayor popularidad. Tampoco ayuda que, en casos como Hyrule Warriors o Pirate Warriors, les dejemos pasar que sean lo mismo que Dynasty Warriors por ser los únicos que lo hacen con personajes de Zelda o One Piece. Además, Koei Tecmo es la empresa detrás de prácticamente todos los juegos musou. Creo que es el momento de mezclar los musou con características de otros géneros de videojuego o de que empresas más allá de Koei Tecmo puedan hacer uno propio. Si no, esta divertida fórmula se desgasta cada vez más.
La era del conformismo
En resumen, Hyrule Warriors: La era del destierro me ha parecido una experiencia muy divertida, con escenas y personajes que enriquecen esa versión del mundo de Zelda en Breath of the Wild y Tears of the Kingdom que tanto me gusta. Lamentablemente, no parece interesarse en aspirar a más que “un musou de toda la vida pero con personajes de Zelda”…por tercera vez, si contamos el Hyrule Warriors de Wii U. Supongo que esperan que nos conformemos con lo mismo una y otra vez solo porque la historia está bien y los personajes nos gustan.

Por todo esto recomiendo el juego, pero sugiero mantener las expectativas realistas y de ninguna manera creo que merezca pagar 70 u 80 euros. Espero que en algún momento Koei Tecmo se plantee revolucionar la fórmula que llevan utilizando en decenas de juegos, porque si no, eventualmente, este género no será muy diferente de la franquicia Call of Duty o de un FIFA (o EA Sports FC, disculpen). Y mientras tanto, propuestas con la misma base pero que se atreven a innovar más, como Tears of Metal, poco a poco le acabarán comiendo la tostada.
Esta crítica se ha realizado con una copia digital para Nintendo Switch 2 cedida por Nintendo España.





