No estábamos preparados

Más de una vez en nuestra vida sentiremos que la monotonía, el estancamiento o el conformismo nos invade, la sensación de hartazgo tras la repetición continua de unas tareas que nos han desgastado demasiado. Este caso no solo es aplicable a nosotros como seres humanos sino también a nuestras creaciones y productos, al ser estos una extensión propia. La solución suele pasar por un cambio de aires, un descanso en nuestra rutina que nos permita descansar momentariamente y así evitar volver a caer en ese círculo vicioso. Si estos términos los extrapolamos a Hearthstone, el famoso juego de cartas de Blizzard enfocado en el mundo de World of Warcraft, estos oasis donde reiniciar serían los inicios de cada año dentro del propio juego. Ya han sido varios los que se han sucedido, y todos para simbolizar un mismo cambio, la rotación de cartas del modo de juego estándar al salvaje para lograr tener un equilibrio y cierta sensación de frescura en el meta. Sin embargo, este último año llegado en abril, el año del Fénix, ha traído mucho más que un simple cambio, pues sus novedades no han dejado indiferente a nadie.



Acostumbrado a recibir solo una nueva expansión tras el reinicio del año, esta vez Hearthstone ha venido cargado de nuevas características, donde debemos destacar la nueva clase jugable, cazador de demonios, capitaneada por el imparable Illidan Tempestira, hermano del druida Malfurion y el cual amaba, al igual que su hermano, a la sacerdotisa Tyrande. La clase de cazadores de demonios trae su propio set de cartas básicas, el cual se puede conseguir completamente gratis si completamos la aventura que se introdujo unos días antes que la clase, donde podemos conocer el origen y la motivación de Illidan. Tras realizarla recibiremos a nuestro héroe, el cual dispone de su propio poder de héroe, por 1 de maná obtiene 1 punto de ataque hasta el final del turno. También cuenta con una palabra clave propia, Proscrito, la cual consiste en que, cuando juguemos la carta con la palabra en cuestión desde cualquiera de los extremos de nuestra mano, nos otorgará una ventaja especial. Sumado a la gran cantidad de mecánicas de robo presente en el set junto a un también considerable número de posibilidades de crear combos agresivos nos encontramos ante una clase cuya funcionalidad principal (la cual ha quedado constatada desde que salió) es la agresividad en los primeros turnos de la partida para llegar a una posición favorable en la parte media de la misma, donde con el empujón final de cartas como la Sacerdotisa de furia terminar de dominar. Desde su llegada esta clase ha estado envuelta en la crítica, pues pasó a ser la más jugada con una cuestionable diferencia frente a sus rivales, lo que le ha costado varias oleadas de nerfeos, una tras otra, llegando a una situación en la que no solo no domina el meta como lo hacía anteriormente, sino que ahora es una clase más, eso sí, todavía presente en los estratos intermedios del meta.

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Sin dejar que los cazadores de demonios nos alejen de nuestro objetivo principal, volvemos para centrarnos en la nueva expansión para Hearthstone y la primera del año del fénix, y la cual recibe el nombre de Cenizas de Terrallende. Inspirada en las inhóspitas tierras de Terrallende, dominada por nuestro recién introducido Illidan Tempestira, esta expansión cumple ya con la antigua tradición de no solo incorporar nuevas cartas, sino que también mecánicas, siendo en este caso Letargo, que ha terminado por pasar sin pena ni gloria. Esta palabra clave se aplicará cuando juguemos un esbirro, el cual se quedará inaccesible y sin posibilidad de interacción durante un determinado número de turnos, los cuales, tras haber pasado, hará que se despierte nuestro esbirro con una potente ventaja para compensar los turnos anteriores. A pesar de lo llamativo de esta capacidad, no ha logrado calar en los mazos como se podría esperar. Sin embargo, la expansión nos ha dejado un gran número de cartas jugables para los diferentes mazos, abriendo un grandioso abanico de posibilidades a la hora de crearnos nuestros mazos como ha demostrado la variedad que el meta presenta.

murlocDesde el lanzamiento de la expansión hasta el momento actual podríamos hablar de diferentes mazos que han ido y viniendo, desde el cazador de demonios agresivo hasta druida tokens, nacido gracias a cartas como Enjambre de alebrillas, sobre las cuales giran las mecánicas principales de estos mazos. Gracias a los últimos nerfeos y buffs podemos encontrar nuevos mazos (y clases) que antes no tenían el protagonismo suficiente, como es el caso de paladín o chamán, unos campeones que han sido gracias a estas actualizaciones que hayan podido coger algo de fuerza frente a mazos que eran casi imposibles de derrotar.

Estas no han sido las únicas variaciones que llegaron para este nuevo curso, pues con anterioridad vimos el cambio de cartas en sacerdote, habiendo una vuelta de tuerca general en lo que respecta al enfoque de algunas de sus principales bazas, como la Nova Sagrada, que actualmente no hace daño al héroe. Otra de las principales características es el nuevo sistema de rangos y recompensas, haciendo mucho más factible el acceso a rangos más altos junto con una mayor cantidad de premios y sobres, una actualización que hace mucho más accesible al juego competitivo para los jugadores que llevan menos tiempo o no pueden costearse los sobres necesarios para construirse los mazos meta. De la misma manera, para quienes lleguen por primera vez a Hearthstone, cumpliendo ciertos requisitos, podrán elegir entre algunos de los mazos más importantes en la actualidad de forma permanente y totalmente gratuita.

El cambio prometido tiempo atrás

Tras varios años de sequía en lo que a contenido nuevo en Hearthstone se refiere, Cenizas de Terrallende viene para sentar un precedente, como el cambio prometido tiempo atrás y para el que, ni de lejos, estábamos preparados. La inserción de una clase nueva ha sentado cátedra en la historia de este juego, pero las primeras semanas sembró el meta de un mazo casi único, aunque por suerte se logró subsanar con relativa rapidez. Tras un tiempo de juego, y tras varios cambios después, el meta actual es uno de los más variados y frescos que hemos tenido en mucho tiempo. Se sigue pecando de ciertos mazos top, pero difícilmente se puede controlar esos aspectos, pero aún así, se les puede llegar a plantar cara. Hearthstone está viviendo una segunda época dorada, llena de contenido nuevo cada cierto tiempo, nuevos modos de juego que están gustando, como demuestra los Campos de batalla o la nueva campaña de historia que saldrá este mismo año, y quien sabe si en un futuro nos volvamos a encontrar a alguna figura icónica protagonizando una nueva clase. Tanto si eres nuevo como si pensabas volver en un futuro, todos estos añadidos y la gran cantidad de recompensas que ofrecen han reconvertido al propio juego, dando la mejor oportunidad para volver a juntarnos en la taberna.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga cedido por Blizzard.