Dejar hueco para un plato que nunca llega
Rockstar lo ha vuelto a hacer. Esta es, probablemente, una de las frases del sector que más habrás leído o escuchado a lo largo de estas últimas décadas. Y no es para menos. Rockstar, con sus tan impresionantes como variados lanzamientos a lo largo de la historia, ha sido uno de los muchos pilares sobre los que se ha construido la industria del videojuego tal y como la conocemos, y consecuentemente, cada vez que realizan un movimiento, todo el mundo está atento. Sabiendo esto, no es ninguna sorpresa que Grand Theft Auto VI sea el juego más anticipado de la historia, y que cada pequeño tráiler, avance o mínima migaja de información que nos den sobre su desarrollo sea un evento del que se hable durante, al menos, el resto de la semana.
No obstante, lo que me parece sorprendente y preocupante a partes iguales en relación al lanzamiento de este juego es la actitud adoptada por el resto de desarrolladoras. Sabemos que la nueva obra de Rockstar ha tenido, desde que se anunció 2025 como año de lanzamiento, a toda la industria paralizada, a la espera de saber la fecha exacta para que sus lanzamientos más relevantes estuvieran lo más lejos posible, como intentando quedar fuera de la onda expansiva de una bomba atómica. Y esto es algo que, lógicamente, tiene sentido, pero también demuestra el estado actual de los videojuegos AAA.
Basar el calendario de lanzamientos fuertes de un año entero en base a no coincidir con un solo juego me parece una barbaridad. Esto ha ocasionado que muchos de los juegos más esperados del año salgan en la primera mitad del mismo, como DOOM: The Dark Ages o Death Stranding 2: On the Beach. Lo cual probablemente signifique que, en el panorama actual de despidos constantes e incertidumbre sobre si tu estudio se mantendrá abierto de aquí a la semana que viene, muchos de estos equipos hayan tenido que trabajar bastante más de lo que deberían estos últimos meses para que el juego saliese antes de lo previsto originalmente.
De hecho, sabemos que, en el caso de Death Stranding 2, esto no es una mera hipótesis: el juego originalmente iba a salir en septiembre, lo cual habría supuesto tres meses enteros más de desarrollo.
Sumado a todo esto, llega una noticia que cabía esperar, pero que no deja de escocer a cierto sector de la comunidad: GTA VI se retrasa oficialmente hasta el 26 de mayo de 2026, dentro de poco más de un año, dejando por el camino totalmente fuera de juegos a aquellos proyectos que hubiesen adelantado o postergado sus ventanas de lanzamiento en pro de no coincidir con el titán de Rockstar. Al margen de ello, resta destacar lo obvio: ahora todos los desarrolladores de cualquier título que estuviera planificado para mayo o junio de 2026 van a tener que poner el turbo (o apretarse un poco más el cinturón para poder alargar sus desarrollos). Siempre que los publishers estén dispuestos a ceder y a expandir los presupuestos, eso que se llevan, supongo.
Igual hay personas a las que les encanta ver cómo un juego tan exageradamente importante tiene a todo el mundo en vilo, pero a mí no. Tengo muchísimas ganas de GTA VI, y he disfrutado mucho de los juegos de Rockstar a lo largo de mi vida, pero me parece desproporcionada la cantidad de movimientos que se están haciendo solo por un juego, los cuales afectan a toda una industria.
No olvidemos que, actualmente, los tiempos de desarrollo de un juego AAA son muy largos, y mover la fecha de lanzamiento a varios meses antes o dejarla sin confirmar de manera indefinida acaba saliendo muy caro, tanto por costes monetarios de desarrollo como por la parte relacionada con la salud mental de los equipos trabajando en esas obras. No seré yo quien se preocupe por el dinero que ganen o pierdan estas empresas multimillonarias, pero hay que ser consciente de que, si los accionistas no ven que los numeritos imaginarios están subiendo como les gustaría, empezaremos a ver nuevos casos de explotación laboral, despidos masivos y, en el peor de los casos, cierres de estudios enteros.
En resumen, siento que nada de esto es culpa directa de Rockstar, ya que son las demás compañías las que deciden cómo reaccionar, pero sí creo que el privilegio que se le está dando a la hora de controlar el calendario de lanzamientos de un año entero como si fuera su marioneta es muy peligroso, y, desde luego, no me gustaría que sentase un precedente para todo lanzamiento gigantesco de ahora en adelante.