Lovecraft está dando saltos de alegría

Godly Corp nos viene del tentáculo de TR8 Torus Studios, siendo presentado como un simulador de oficina. Ya desde su descripción nos están avisando de que este juego no se va a tomar en serio y tampoco debemos nosotros. Es un juego cuya única finalidad es divertirnos durante las escasas horas que dura, y en gran parte lo consigue. Me explico: este juego recuerda mucho a Surgeon Simulator; y sí, las comparaciones son odiosas, pero es casi imposible no relacionar ambos juegos. En ambos títulos nos manejamos solo con una extremidad, en ambos encontramos momentos imprevisibles como consecuencia de los controles tan toscos y ambos son breves para no acabar saturando al jugador. Sin embargo, encuentro un reto adicional en este juego. En Godly Corp manejamos un tentáculo, y eso provoca un problema: nunca sabes qué vas a golpear. El tentáculo es muy sensible y todo acaba saliendo por los aires o moviendo piezas clave que te pueden hundir la partida. Es realmente difícil manejar y dominar el tentáculo, y seguramente nunca termines un nivel a la primera. En lo que respecta a jugabilidad, lo único que vamos a necesitar es nuestro tentáculo, algunas teclas para niveles concretos y mucha, mucha paciencia.

Un día normal en la oficina. Los guionistas de The Office deben de estar tirándose de los pelos.

Respecto a los niveles, todos suelen basarse en lo mismo: proteger un planeta, construirlo, iluminarlo, etc. Para ello, haremos uso de diversas herramientas como pistolas laser, sprays, maracas y martillos. El objetivo de cada nivel se verá expuesto en una pantalla en la pared, junto con algunas instrucciones para los distintos utensilios. Por desgracia, la mayoría de las veces suelen confundir más que ayudar. Durante la partida un robot con voz femenina irá comentando los objetivos, soltará algún chascarrillo o nos dará información casi siempre inútil sobre el planeta en cuestión.  Las pantallas son cortas, de un par de minutos cada una, pero introducen una temática variada sobre la que nos tendremos que readaptar.

Pero no todo se trata de cuidar el planeta que nos han encargado, ya que a su vez las cosas se irán complicando: pueden aparecer platillos volantes a los que tener que disparar, que flotemos en gravedad cero, estar atento a cámaras de seguridad… Todo esto va añadiendo más y más capas de dificultad, hasta el punto de que en nivel fácil me ha costado horrores superar algunas pantallas. A medida que vayamos avanzando, nos iremos dando cuenta de diversos detallitos que nos darán un poco de contexto a lo que estamos haciendo y para quién trabajamos, todo desde un tono humorístico y jugando con la seriedad que debería tener documentos de oficina sobre seguridad. Es ese tira y afloja el que te puede sacar una carcajada sin que te lo esperes en ningún momento, y eso vale oro.

Junto al curioso sistema de puntuación tendremos un documento sobre la oficina, que nos dará más contexto sobre lo que hacemos.

El apartado grafico es bastante modesto, y tampoco creo que se fuera a beneficiar mucho de algo más pulido. El motor gráfico elegido ha sido Unity, y funciona de sobra. No necesitas gráficos portentosos para este tipo de juegos, sino que el uso de algo más cartoon quita peso a esa seriedad que intentamos evadir a toda costa. Todo es tosco y cutre, pero en el buen sentido, y le da cierta belleza extraña a todo el conjunto. Cabe destacar que el rendimiento a veces es un poco irregular, y puede darte un tirón tonto de vez en cuando. Me ha pasado únicamente dos veces, pero aun así lo comento.

Esta pantalla me costó la vida y me mantuvo más tenso de lo que me gustaría admitir.

Mi experiencia personal ha sido breve e intensa. Al principio me costaba muchísimo adecuarme a los controles y no me estaba divirtiendo en absoluto; me parecía mucho más frustrante que cómico. He tenido que parar algunas veces a tomar aire y seguir por golpear algo que no quería por culpa del tentáculo y que una pieza clave se saliera de la mesa y, al no reaparecer instantáneamente, tener que repetir el nivel entero. Y fue entonces cuando le di sentido: no es el juego, soy yo. No estoy acostumbrado a este tipo de juegos, y me lo suelo tomar todo demasiado en serio, y este juego te pide todo lo contrario. Quiere que te relajes, te eches unas risas y listo, y si tienes que repetir que lo hagas, pero habiendo aprendido alguna lección en el intento anterior. Suelo ser muy quisquilloso con los controles, pero que sea tan difícil es parte de la experiencia: no tendría sentido que pudiéramos mover el brazo perfectamente, y se perdería un elemento que al final ha acabado siendo clave. Junto a esto, me he visto experimentando con los controles, y en vez de usar las teclas utilizar el tentáculo para mover los planetas, y lo que podría parecer un fallo de diseño al final ha acabado siendo satisfactorio, ya que no esperas poder manejarlo de esa forma, y menos como tú quieres.

Entretenido de jugar, difícil de dominar

Poco más puedo añadir; puede que no sea un juego perfecto y que igual es demasiado difícil de entrar (sigo hablando desde mi experiencia), pero ha terminado siendo un momento bastante agradable y ha conseguido que me interese por cuál sería la siguiente locura a la que me tendría que enfrentar. El juego está en Steam a 9 euros, y para echar un par de tardes divertidas con tus amigos viendo quien consigue mayor puntuación está bastante bien. Por desgracia, no le veo mucho valor rejugable (tengo entendido de que van a añadir más niveles y un modo Endless, habrá que ver entonces cómo varía el asunto). Sin duda, este no es mi tipo de juegos, pero admiro a lo que aspira y puede que me aventure a las siguientes dificultades. Espero con curiosidad el siguiente juego de este estudio polaco.


Este análisis ha sido realizado con una clave para Steam proporcionada por Ultimate Games S.A