¡Hora de los trucos!

El verano no suele ser una temporada para ponerse en plan spooky, pero las historias de fantasmas molan todo el año. Más aún si tenemos que resolver misterios, asesinatos, y lo que es mejor: impedir que ocurran. Lo cierto es que con el calorazo que está haciendo puede que no llegue a terminar estas líneas con vida, pero por lo visto puedo resurgir como espíritu y empezar a toquetear objetos para explicarle al editor cómo quiero que quede el texto definitivo (algo de morse controlo y todo el mundo tiene una linterna lista para ser poseída). Y es que esta es una crítica importante, pues hace ya 3 años decidí escribir acerca de uno de esos juegos que se quedan en la retina durante años y recordamos con cariño. Ahora, he podido completar (sí, otra vez; nunca son suficientes) Ghost Trick: Phantom Detective, esta vez en su versión remasterizada.

Vivimos tiempos convulsos. Por un lado, la accesibilidad es cada vez mayor y las posibilidades aumentan de forma exponencial. Por otro lado, seguimos evolucionando hacia consolas más modernas y, además, hacia sistemas de juego cada vez más alejados del coleccionismo tradicional. En estos tiempos, acceder a obras descatalogadas se antoja, cuanto menos, complicado, si no imposible económicamente. Por ello, jugar a Ghost Trick: Phantom Detective a día de hoy solo era posible con una Nintendo DS o (por suerte) con un dispositivo iOS. Ahora, 13 años después de su primera aparición en Japón allá por 2010, Capcom vuelve a traernos la historia de nuestro querido Sissel y su afán por resolver el mayor misterio de su vida: cómo y por qué murió.

Esta versión remasterizada aterriza en Steam, Nintendo Switch, PS4 y Xbox One manteniendo prácticamente íntegros los elementos que hacían único al original de Nintendo DS. Eso sí, frente a la resolución de la portátil de Nintendo, ahora tenemos personajes y fondos en HD, además de una tasa de frames más fluida, aprovechando los 60 fps para hacer gala de animaciones con mucha personalidad que ahora destacan más que nunca. Mantiene el formato en 4:3, algo que también utiliza inteligentemente para colocar el temporizador en forma de reloj de arena en el marco de la imagen. Este marco, además, podemos ir personalizándolo con imágenes que desbloqueamos a lo largo de la aventura, como podéis apreciar en algunos ejemplos que acompañan estos párrafos.

Si tenéis la suerte de mantener el desconocimiento sobre los giros de guion que presenciamos en Ghost Trick, intentad jugar sin saber nada más allá de lo que os transmito a través de estos párrafos. De todas formas, por si no recordáis nada del juego original, sabed que la trama es la misma: Sissel comienza la noche más complicada de su vida tan confuso como nosotros. Tras su reciente fallecimiento se ve obligado a vagar como espíritu por el mundo fantasmal poseyendo objetos inanimados en busca de pistas con las que esclarecer su muerte. Su amnesia encaja a la perfección en la trama y es uno de esos juegos donde narración y jugabilidad van de la mano a niveles extremos. Los poderes de los muertos, como la capacidad que tiene Sissel de activar objetos o viajar a través de líneas de teléfono, son el eje de los acontecimientos, más allá de ser la mecánica principal.

Además de condensar todo en una única pantalla, el control original con lápiz táctil requiere modificaciones para poder desplazarnos como fantasma. En la versión de PC (la utilizada para esta crítica) podemos combinar las opciones a placer, teniendo en cuenta la sencillez del movimiento. Podemos usar un mando o recurrir al teclado para desplazarnos y pulsar las teclas correspondientes para los trucos de fantasma. Pero, como es lógico (teniendo en cuenta el original táctil), utilizar el ratón es una gran opción, haciendo click en los botones digitales cuando sea necesario. ¿La mejor forma? A mi juicio, la combinación de ratón para el movimiento y teclado para las acciones en sí mismas. Así iremos sobradamente rápido a la hora de navegar por cada escena y aprovecharemos dos sistemas de control como uno solo.

Sigue siendo un juego donde controlar los objetos inanimados es ciertamente simple y las acciones no tienen mucho misterio. Pero es la combinación de todo lo que complica el asunto sobremanera, llegando a ser tan retorcido como recordaba en algunas pantallas. La gracia no es lo que podemos hacer, sino la coordinación de los tiempos entre acción y acción, realizando algunas en momentos clave para resolver el puzle. Por ejemplo, colocando elementos en puntos concretos para luego golpearlos con otros objetos que caen o salen despedidos aquí y allá. Por suerte, los checkpoints son suficientemente numerosos y cada vez que queramos podemos regresar rápidamente. Así podemos ir probando sin parar hasta que veamos qué hace cada objeto.

El regreso en HD de Missile, el mejor pomerania de la industria del videojuego.

Poder ver los modelos de los personajes en buena resolución es algo de agradecer para tan excéntricas personalidades. La creatividad de Shu Takumi ya nos asombró en su momento, tanto con Ghost Trick como con Ace Attorney, pero volver a disfrutar del emblemático Missile en alta calidad es algo digno de disfrutarse. Si no pudiste jugar al original, la simbiosis de seriedad y humor te sorprenderá por lo bien que funciona. Varios individuos poseen ese aura grisácea que intriga constantemente y en la que no conseguimos penetrar para descubrir sus verdaderas intenciones, complicando el valorar el bien y el mal. Pero, aunque los asuntos a tratar son bastante dramáticos y la premura de la temporalidad nos mantiene en cierta tensión, los momentos de humor están ahí para salvar la noche. 

Si bien una de las mayores críticas en su momento fue que el título transcurre de forma lineal y solo hay una forma de resolver los problemas, ahora recibimos ciertas “recompensas” en forma de logros de Steam (algunos de ellos requieren hacer las cosas de una determinada forma). Además, iremos adquiriendo temas musicales (que ahora han recibido arreglos para una mejor experiencia) y podemos acceder también a multitud de ilustraciones que vamos desbloqueando. Regresar 4 minutos antes de la muerte de cualquier individuo para intentar revertir los acontecimientos es, sin duda, un poder envidiable. Pero que en 2023 podamos disfrutar de tan entrañable aventura, es todo un deleite que solo alimenta las ganas de poder disfrutar de otros tantos juegos descatalogados y de verlos tratados con igual mimo.


Este análisis ha sido realizado con una copia digital para PC facilitada por Plaion.