Que nuestra alegría no dependa de un puñado de tráilers
El mayor evento de videojuegos del año está a la vuelta de la esquina: mañana mismo tendremos un directo que servirá como pistoletazo de salida de una Gamescom que durará hasta el domingo 24 de agosto, tanto para los que estamos en casa como para quienes tengan la suerte de asistir en persona. Ya tenemos varios juegos confirmados para el evento, entre los cuales destacan entregas muy anticipadas como Resident Evil: Requiem, Ghost of Yotei, Ninja Gaiden 4, Silent Hill F o el próximo y (de momento) misterioso Call of Duty: Black Ops 7. También se podrán probar muchos juegos en el recinto.
Aunque todo esto suena genial, la comunidad de jugadores alrededor del mundo tiende a montarse sus propias películas en la cabeza para luego enfadarse si las cosas no salen exactamente de la manera que esperaban. Si a esto le sumamos la opción de probar muchos títulos en exclusiva dentro del propio evento (incluyendo al esperadísimo Hollow Knight: Silksong), cabe esperar que muchas personas se acaben decepcionando con la Gamescom por la ausencia de un anuncio que quisieran ver o que critiquen un juego que aún no ha salido en base a las opiniones de una persona que lo ha probado media hora sin poder grabarlo siquiera.
Es por este motivo por el que yo recomiendo siempre mantener unas expectativas realistas. Por supuesto que podemos teorizar sobre un posible tráiler de un juego que nos haga especial ilusión ver, pero siempre merece la pena tomárselo como una manera de divertirnos de cara al evento, no como lo mínimo que le exigimos a la Gamescom para no enfadarnos. Además, en este caso hay que tener en cuenta que solo han pasado dos meses desde el Summer Game Fest, por lo que tampoco vamos a ver muchísimos anuncios nuevos, aunque estoy seguro de que alguna sorpresa nos encontraremos.
Por otro lado, la Gamescom también basa una buena parte de su experiencia en lo presencial, a diferencia del Summer Game Fest o The Game Awards, algo que también merece la pena tener en cuenta. Habrá entregas de las que no tendremos nuevo tráiler pero que sí que podrán jugarse en alguno de los pabellones, siendo esta una parte del evento que lamentablemente siempre nos vamos a perder desde casa. Aún así, no pretendo ahogar la ilusión de nadie con estas palabras. De hecho, como ya dejé claro en mi previa del Summer Game Fest, yo soy de los que más ilusión tiene por estos eventos, y este no es la excepción.
“Pues me enfado y no respiro“
Lo que sí que no comparto con muchas personas es la necesidad de que todo salga como yo quiero. Gente que no solamente espera que muestren todos los títulos que le interesan, sino que además quieren que se muestren con gameplay, con fecha de lanzamiento confirmada y, ya que estamos, que se lance una demo jugable para todo el mundo después del evento. Obviamente, por muy genial que sería que esto ocurriese con todos los juegos, no va a ocurrir nunca y hay que mantener los pies en la tierra. Y con esto no sugiero que veamos el evento con desgana o predispuestos a decepcionarnos, más bien todo lo contrario.
Lo mejor que se puede hacer es ir con una mentalidad abierta, dispuestos a prestar atención a todos los anuncios que se muestren, en lugar de apartar la vista hacia el móvil en cuanto vemos que no es uno de los que más esperamos. Y, cuando de forma inevitable veamos algo que directamente nos genera rechazo o nos aburre, lo mejor es tomárselo con humor, en lugar de recurrir a esa mentalidad negativa que nos amarga parte del evento o nos hace ir corriendo a redes para reforzar esa manera de ser tan tóxica. Y no digo que criticar un anuncio o tráiler sea tóxico de por sí, pero tampoco está bien hacerlo desde la rabia.
Realista y optimista no son incompatibles
Como último apunte, también sugiero no tener muchas expectativas respecto a comentarios sobre el estado de la industria del videojuego con los despidos, cierres de estudios y cancelaciones más allá de una mención rápida. Por mucho que Geoff Keighley haya mencionado algo al respecto alguna que otra vez o que la propia Gamescom permita la entrada gratuita a los afectados por despidos no quita que los organizadores de estos eventos son parte de este sistema podrido, por lo que no van a ir en su contra ni criticarlo más de la cuenta. Ojalá me equivocase, pero ya sabemos como suelen funcionar estas cosas.
Con todo esto dicho, espero que todo el mundo pueda disfrutar de la Gamescom tanto como yo, y que quienes leáis estas palabras seáis capaces de mantener esa mentalidad abierta y actitud positiva frente a los anuncios de los próximos días, y tomaros con humor las inevitables ausencias o juegos que no os gusten. No lo digo por defender a un evento multimillonario, lo digo por nuestra propia salud mental, y por no dejar que algo tan puntual y breve como un evento anual de unos días nos amargue la semana o el mes entero.