¿Buenas noticias o pérdida de autonomía?
Ya queda menos de un mes para la gala de The Game Awards 2025, y aunque todavía no conocemos a los nominados, la expectación por el evento y la genuina curiosidad sobre quién se llevará el premio a lo mejor del año no hacen más que crecer. Recientemente, Geoff Keighley ha aprovechado este contexto para dar una nueva noticia sobre el evento que cierra el año en la industria del videojuego: The Game Awards también se retransmitirán en Amazon Prime Video. En una entrevista con Variety, Keighley insiste en que nada va a cambiar, y que lo único que se consigue es que la gala le llegue a más personas todavía.

Junto a la retransmisión del evento en su plataforma de streaming, Amazon también lanzará una tienda exclusiva dedicada a los juegos y hardware presentes en la gala, con descuentos en tiempo real según vaya avanzando la noche. Es cierto que la retransmisión en Amazon Prime y el concepto de la tienda exclusiva no distan de lo que se lleva haciendo con los Twitch Drops desde hace años, pero el hecho de que Geoff mencione a Amazon como “socios” y de que ahora sean dos plataformas diferentes de la multinacional estadounidense las que retransmiten los Game Awards es… preocupante.
¿Qué quiere Amazon de los Game Awards?
En primer lugar, Amazon no va a hacer esto por caridad ni tampoco con el único propósito de la tienda exclusiva: aquí hay un interés por ser parte de la gala de premios. Esto es especialmente llamativo si consideramos que Amazon cada vez se interesa menos por la industria del videojuego, por lo que este interés repentino tampoco nace del amor a los videojuegos. Obviamente todo esto es por dinero, y las empresas que invierten en un proyecto suelen querer controlar mínimamente lo que ocurre en él, lo cual puede llevar a una pérdida de autonomía.
Si ya fue un milagro que se mencionasen brevemente los despidos en la industria en la edición del año pasado, dudo que con el aliento de Bezos en la nuca Keighley vaya a darle visibilidad a este tema o a ninguno que se le parezca. Sumando a todo esto el hecho de que existe una página de apuestas sobre el ganador al GOTY en Polymarket, un gigantesco mercado estadounidense de predicciones basado en criptomonedas, me preocupa lo que nos pueda esperar tanto el 11 de diciembre como en los próximos años. Esta página de apuestas no es oficial, pero la organización de los Game Awards tampoco se ha posicionado en contra. Y, recientemente, hemos tenido noticias sobre el fiasco de su iniciativa Future Class, que en lugar de apoyar a futuros desarrolladores solo los ha utilizado para buen marketing.
Un año en el que las expectativas no se cumplen
Más allá del posible declive del evento por culpa de una avaricia insaciable, los eventos de videojuegos de este año ya han sido más flojos de lo esperado, como ya comentamos mi compañero Julio y yo durante el Summer Game Fest y la Gamescom, y no nos olvidemos de que esta gala de premios también es una gala de anuncios sobre el futuro próximo de la industria. Dudo que hayan demasiadas quejas respecto a los nominados y premiados en comparación con años anteriores, pero sí que podríamos estar ante una lista de anuncios que, por tercera vez en el año, nos dejen un poco fríos.
Siempre he defendido que The Game Awards es un buen resumen del año y una buena celebración de lo que se viene en el futuro, por mucho que no esté de acuerdo con todas las decisiones del jurado y que hayan cosas que pulir (como considerar a los indie como un género y que no haya nunca más de uno nominado a lo mejor del año, o los anuncios de gachas y multijugadores genéricos). Al fin y al cabo, llevamos poco más de una década con estos premios, es normal que poco a poco vayan mejorando, y hay que darles un mínimo de margen para que lo hagan y celebrar las cosas que hacen bien.
Lamentablemente, la posible influencia de Amazon en el transcurso y enfoque de la edición de este año junto a las apuestas y la calidad de los eventos de videojuegos recientes me hacen preguntarme si tal vez mi esperanza de que los Game Awards sean cada vez mejores era demasiado optimista, habiendo dinero de por medio. Ojalá me equivoque, pero por el momento la gala de premios parece haber escogido jugar a la cuerda floja.

