Cambios en el consumo y creatividad del sector

Un año después he vuelto a jugar a The Last of Us Parte II. He introducido mi copia física en mi PlayStation 4 y me he vuelto a sorprender con el nivel gráfico de esta obra: la increíble definición de los rostros, sus animaciones al sufrir dolor y el realismo de sus escenarios. Tal es el grado de autenticidad que cuando me he inmiscuido en sus nevados y oscuros bosques he sentido otra vez respeto al observar los abandonados refugios; es que es normal, no parece un videojuego, ya que se asemeja mucho a la realidad. Sin duda, la mejora gráfica ha sido uno de los avances más destacados de esta pasada generación, aunque es una mejoría que se repite en cada nuevo ciclo de consolas. En realidad, la mayor potencia de PS4 y One no ha cambiado demasiado la relación que mantenemos con nuestro hobby. Lo que de verdad ha sido una transformación rompedora ha sido la explosión del mercado digital.

Xbox StoreTodos sabemos de las bondades que conlleva el formato digital. Podemos comprar nuestro próximo título sin salir de casa. La comodidad del sistema es total. No es solo que podamos adquirir cualquier juego sin movernos de nuestro hogar es que, además, contamos con distintos dispositivos para hacerlo. Que no queremos usar la store de la consola, perfecto, podemos acceder a ella mediante el ordenador; que nos da pereza encender el PC, pues usamos el móvil. El tiempo que transcurre entre que nos fijamos en un lanzamiento y cuando ya lo tenemos se ha reducido de forma considerable, siempre que dispongamos de dinero – eso sí que nunca ha cambiado –. Vamos, ¿Una excelente noticia no? A jugar y nada de preocupaciones ni pesadez por tener que andar unos minutos o tragarnos una cola en la tienda.

Asimismo, el formato digital ha enriquecido la creatividad en la industria. A la posibilidad de jugar al AAA de turno se le suma la oportunidad de degustar experiencias novedosas. No sé qué hubiera pasado sin lo digital, pero lo que tengo claro es que este procedimiento ha impulsado al sector independiente. Despojados de la obligatoriedad de lo físico, los estudios más humildes han podido lanzar sus obras, tal y como sugiere Américo Ferraiuolo para DeVuego. Crear y distribuir videojuegos sigue siendo caro, pero los desarrolladores ya no tienen afrontar lo costosa que resulta la apuesta por el juego físico, algo que señala el jefe de GamesIndustry.biz, Christopher Dring. Aparte de ser beneficioso para las pequeñas compañías, también lo ha sido para las grandes empresas, aunque en menor medida. Gracias a ello, firmas como Ubisoft, contagiadas de la explosión indie, han experimentado con propuestas como Valiant Hearts, una aventura más íntima y única que varias entregas de sus sagas más populares.

Más comodidad e impulso de los juegos independientes, dos cambios surgidos con el formato digital

Hablábamos de lo confortables que son los videojuegos digitales, pero es que ahí no se acaban sus puntos positivos. Además, quizás sean más fáciles de almacenar que los físicos. Si bien los discos duros de las consolas son limitados, no tenemos que afrontar el rompecabezas de ordenar las cajas de los títulos. De hecho, se podría decir que los productos digitales son invisibles al no ser tangibles. Sí que llenan espacio virtual y contienen sus propias fotos y descripciones. Sin embargo, hay un factor que difumina su presencia: las ofertas. Las tiendas presentan descuentos suculentos cada dos por tres, lo que nos incita a comprar de manera compulsiva. Me ha pasado que de tantos juegos que tengo – y eso que seguro que son pocos respecto a otros jugadores – me olvido de que tenía cierto lanzamiento en la biblioteca.  Incluso me doy cuenta de que ni lo había jugado y aun así he seguido comprando. Por supuesto, esta ansía se desarrolla igualmente con el formato físico, pero pienso que el digital la facilita todavía más. No nos tenemos que preocupar de poseer varias estanterías, tan solo de detentar un monedero lleno para engordar nuestras bibliotecas. Al final, el resultado son grandes listas de miniaturas de las cuales no conseguimos distinguir sus esencias debido al considerable tamaño de las series que forman.

Comodidad, originalidad y consumismo, tres características que acompañan a un formato digital que ha cambiado al completo nuestra comunidad.  Todos hemos abrazado lo digital.  Desde 2014, cuando One y PS4 cumplían un año, la facturación digital no ha dejado de crecer en España, según AEVI. Aquel curso, 241 millones colectados por lo digital y 755 millones por lo físico; en 2015, 382 y 781 millones; en 2018, 680 y 850 millones; este pasado año, 957 y 790 millones respectivamente. El formato digital ha acabado superando al físico conforme ha ido avanzando la finalizada generación, encandilando incluso a aquellos jugadores más reticentes. Entre estos me incluyo yo mismo: si en PlayStation 3 tenía Valiant Hearts y poco más, ahora encuentro por mi PlayStation 4 las versiones digitales de Persona 5, Metro Redux, Titanfall 2 o Little Nightmares, entre otros.

PS5 Digital

Con sus ventajas e inconvenientes el formato digital ha desbancado al físico. Tan notorio ha sido su auge que incluso las compañías han estrenado consolas sin lector de discos, siendo la más reciente la versión totalmente digital de PlayStation 5. Aun así no creo que los juegos en caja desaparezcan, al menos a corto-medio plazo. Los datos indican que todavía existe un mercado con su público determinado. Una audiencia que no prioriza tanto la comodidad y que le da más importancia al coleccionismo y a la sensación de ser poseedores de algo palpable. Ya de cara al futuro lejano no sé cómo evolucionará lo físico, lo que es seguro es que ahora mismo somos distintos a los de la generación de Xbox 360, PlayStation 3 y Wii. En línea con la digitalización que experimenta el mundo en su totalidad, hemos dejado de ser unos jugadores materiales para convertirnos en unos virtuales.