Un paso atrás para saber qué camino tomar

Apenas veo la totalidad del campo de batalla, el sudor y la tierra se reúnen en torno a mi visión, y la sangre sirve de argamasa para sostener el mejunje y mantenerme alejado de esta masacre. Demasiados han caído ya, héroes sin nombres, cobardes reconocidos, todos ellos en el mismo foso, todos ellos con el mismo destino, excepto yo. Cuánto habría querido que estas muertes no pesasen sobre mí como la más poderosa de las cargas, como la razón por la que cada golpe que asesto se clava en mi carne de la misma manera que lo hace en la suya, y que aun estando más cerca del objetivo que nos unió, sigue existiendo, cada vez más dolorosa. Mi penitencia es llevar vuestra muerte conmigo, el recuerdo que formasteis en mi corazón, los buenos momentos que compartimos juntos, e incluso el amor que llegó a existir y que fue críticamente arrebatado, dejándome aquí, solo, de nuevo. Todos estáis conmigo, y aunque mis brazos pesen más que cuando empecemos, lucharé hasta el final, y daré muerte a aquel que entre oscuras tinieblas ha orquestado todo, pues este es nuestro destino, mi misión, esto es Fire Emblem Engage.

Fire Emblem Engage

Siento auténtica alegría con mi situación actual, y no hay ironía alguna en mis palabras. Desde que empecé a escribir en este pequeño reducto de internet, poco a poco, he ido descubriendo nuevos juegos, sagas e incluso géneros, algunos que, a pesar de tener a mi alcance, nunca terminé de darles la oportunidad. Uno de los ejemplos, por ejemplo, serían los JRPG, que de no ser por HyperHype, jamás me habría aventurado a adentrarme en ese mundo, y aunque aún estoy en pañales, he dado mis primeros pasos, y no serán los últimos. Hoy es otro día de esos, pues dentro de los JRPG tenemos aquellos con gran componente táctico, como vimos en Tactis Ogre: Reborn, mas hoy nos adentramos en otra de esas sagas icónicas que los acérrimos seguidores de este género recomiendan hasta la saciedad, y es ni más ni menos que Fire Emblem. Su última entrega, Fire Emblem Engage, ha aterrizado como el segundo título de la saga en la Nintendo Switch, tras la sombra del aclamado Fire Emble: Three Houses, que muchos consideran de los mejores lanzamientos para la consola. Malas son las comparaciones, pero para bien, o para mal, mi viaje por este juego se quedó parado de manera indefinida en los primeros compases del título, por lo que apenas tengo conocimiento para plantear una comparación decente, aunque si me habéis leído alguna vez, sabréis que este tipo de acciones no son de mi agrado. Es por ello que desde el comienzo quiero dejar estas aclaraciones hechas, y que mi aproximación a Fire Emblem Engage es completamente a ciegas y con pocas o nulas influencias, así que vamos a ello.

Como he mencionado, esta crítica viene de alguien bastante novato en el género, y a pesar de la pesadez que podría suponer saber su duración e incluso sistema de combate, decidí abrazarlo y ponerme , aunque obviamente facilitándome de una manera u otra mi acercamiento, por lo que tanto la dificultad como la posibilidad de que mis personajes muriesen de manera indefinida se adaptaban a ello, pero esto no es lo que venía a comentar, pues lo que de verdad me ha llamado la atención es la aparente facilidad y accesibilidad existente para aquellas personas que van tan o más perdidas que yo. Lejos de sentirme aburrido durante el tiempo jugándolo, he llegado a sentir el gusanillo de “una partida más” o “vamos a ver a dónde no lleva esto”. ¿Y por qué esta sensación? Tan sencillo como que los combates no se me hacían bola. En más de una ocasión me he topado de frente con algunos impedimentos que esta clase de juegos poseen, como son el grindeo y la necesidad de farmear exhaustivamente, y aunque efectivamente en este juego están presentes, sobre todo si queremos conservar a los personajes que se unen a nuestro plantel al comienzo de la historia, no he sentido la extrema necesidad de lanzarme a combates sin sentido para subir un par de niveles a mis personajes, y eso es algo que considero fundamental. Si nos introducimos más en las mecánicas observamos algo nuevo para la saga, los emblemas (lo ha dicho), los cuales nos traen a héroes de otros juegos para luchar tanto al lado de nuestro personaje como al del resto de nuestros compañeros, permitiendo la fusión de los mismos para conseguir nuevos atributos, ataques e incluso armas. Esto otorga al combate un aire mucho más versátil, dándonos las herramientas necesarias para acabar el combate mucho más rápido que antes, dejando de lado lo obvio, pues dichas fusiones aparte de prácticas tienen unas capas de personalización endemoniadas.

Fire Emblem Engage

Fire Emblem EngageOw shit, here we go again, creía que me había escapado, que en esta entrega iban a facilitar mucho la entrada de nuevos jugadores, y aunque en parte así ha sido, nos topamos de cara con la realidad de un género que todavía resiste en su pequeño nicho, aunque este, definitivamente, está aumentando. Lo que se siente a los mandos de Fire Emblem Engage no es lo que nos podríamos esperar de un JRPG clasicote, ni mucho menos, pero sí que invita y premia a aquellos que, con el chip que solo otorga la experiencia, se conocen todos los trucos y lo que pueden ofrecer este tipo de entregas. Hay una buena cantidad de “pasatiempos” que precisamente no hace que pase el tiempo en vano, qué va, todo lo contrario, pues a cambio de ir entablando conversaciones, entrenando, comiendo mismamente, vemos como nuestros personajes y sus estadísticas van aumentando de manera más veloz, algo que no pasa si vamos solo a los combates y nada más, pues al fin y al cabo este es el núcleo de dichos juegos, pero ¿esto está mal? ¿Hasta qué punto sería perder la esencia si deciden, en pos de hacer todo más sencillo y sin dolores de cabeza, abandonar todas estas submecánicas?

Al final no estamos hablando de algo como la dificultad, que ya tuvo su debate una y otra vez, y con lo que me quedo es que, según un grupo de gente, sin la dificultad, estos juegos no serían lo mismo, pues es la parte más principal. Pero debemos de entender que la accesibilidad a este tipo de entregas se ve limitada precisamente por eso, yendo desde problemas con los controles por simple inexperiencia hasta situaciones más graves y complejas. En esta ocasión, estas mecánicas no son algo imprescindible y se podría llegar a pensar que son innecesarias, pues perfectamente podemos terminar Fire Emblem Engage sin hacer apenas uso de estas, yo mismo no me enteré de la mecánica de la limpieza de los anillos emblema hasta haber pasado unas buenas horas jugando. Pero quitarlas, sin duda alguna, sería arrancar una buena parte de lo que significan no solo estos juegos, sino todo el género. Ya sé que ir a pescar no es plato de gusto para todo el mundo, o preparar la comida y zampar con nuestros personajes favoritos, pero son cosas que están ahí, y en cualquier momento podemos recurrir a ellas para romper con la rutina, alejándonos por un momento de los combates si nos resultan cansinos, o si por ejemplo queremos explorar otra vía para mejorar a nuestros compañeros sin tener que repetir cincuenta veces la misma batalla.

Celebremos el placer culpable

Fire Emblem Engage es una continuación sin más en algunos apartados, no podemos esperar una historia que nos arranque muchas sorpresas, de la misma manera en la que los personajes sin más vienen y van. Pero no podemos esperar que siempre, absolutamente todo, tenga que llegar a las cotas de calidad que nosotros personalmente esperamos. He visto a más de uno descontento con el último Nintendo Direct, comprensible, pero no es sano esperar, cada vez que se hace un, un nuevo Mario, por decir un ejemplo. Lo mismo ocurre con esta entrega, para quienes esperaban algo tan bueno como Fire Emblem: Three Houses, posiblemente se sientan algo desganados, pero para aquellos que hemos empezado nuestra andadura, estas nuevas mecánicas y decisiones han permitido que me reenganche, y quién sabe, tal vez me lance a darle otra oportunidad al anterior título, y yo creo que eso ya es algo a valorar, que una entrega “mediocre” por lo que he leído a más de uno haya hecho que me pique la curiosidad tiene un mérito que, en muchas ocasiones, no reconocemos, y está ahí.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Nintendo España.