Marca de la casa
Separar el arte del artista siempre ha sido un ejercicio de moralidad sobre quién trata de hacer la separación y de qué artista se trata. Es un tema delicado al cual no creo que haya una respuesta clara para cada caso a pesar de lo que suele verse en internet, que —como suele ocurrir en esto pozo infesto— son ambos extremos de la discusión: siempre hay que separar al arte del artista o bien no se pueden separar. Y para más remate se suele confundir esta conversación con la muerte del autor, el cual es un tema completamente aparte. Queda, para mí al menos, en cada quien ver si son capaces de hacer la separación arte/artista o no. Por suerte en el caso de David Cage, me resulta facilísimo definir mi postura al respecto: tanto él como persona como su arte son una mierda, así que la distinción no es necesaria.
Y en el caso de Omikron: The Nomad Soul, el primer juego de Quantic Dream y el debut directoral del reconocidísimo pelado francés homofóbico y misógino, se me haría imposible tratar de hacer esta separación pues el juego desborda los ideales de Cage por cada polígono y por cada línea de diálogo.

Spoiler: No es un niño bueno
Antes, un poco de contexto: Omikron trata sobre nosotros (sí, ¡los jugadores!) y del cómo entramos en el cuerpo de un policía llamado Kay’l en un mundo futurista que había desaparecido hace relativamente poco tras estar a la siga de un caso cuyas implicaciones estaban mucho más arraigadas en la fuerza policial de lo que este pensaba antes de ser traicionados junto con su compañero Den y asesinados. Tras ocupar su cuerpo el jugador tendrá que aprender todo sobre quién es, donde vive, trabaja y la causa de su asesinato.
La primera bandera roja que levanta el juego ocurre más o menos en la primera media hora de juego, una vez lleguemos al departamento donde Kay’l vive con su esposa Telis, cuya primera aparición la presenta nada más ni nada menos que en paños menores y que, tras una breve conversación con nosotros, se recuesta en la cama que ambos comparten y —como ya imagino que todos adivinarán, sobre todo si ya han jugado a alguna de las obras de David Cage— si nos recostamos a su lado se reproduce una breve e incómoda cinemática en la que ambos, eh… ¿tienen sexo? ¿O, mejor dicho, hacen dry humping porque se quedan con la ropa puesta? Lo cual, dado que Telis no sabe que Kay’l no es realmente él sino el jugador lo convierte en una violación por engaño ¡y solo estamos comenzando!
La marca de David Cage
David Cage es todo un personaje y se pueden entrever sus… peculiaridades a través de todas sus obras; lo peor —o mejor si es que se quiere analizar sus juegos desde un punto de vista diferente al convencional— es revisitar sus obras ya sabiendo qué tipo de persona es. Diría que el caso de Omikron: The Nomad Soul es la mejor destilación de todo lo que es: los personajes femeninos más prominentes fallecen para desarrollar el arco narrativo del protagonista, los secundarios son trabajadoras sexuales o bien sirven para que el protagonista las mire y —básicamente— diga AWOOOGA. También hay un extra homosexual que se puede encontrar en una sex shop mirando consoladores, a lo que el protagonista describe como “alguien que está babeando y que es mejor alejarse de él”. Realmente todo esto refuerza sus dichos sobre que “no hace juegos para maricones y que todas las mujeres de sus juegos son putas”.
Me sorprende que —en el primer videojuego de su estudio recién fundado y habiendo trabajado solo en un par de proyectos con anterioridad en roles menores— haya sido capaz de convencer al legendario (y favorito personal) David Bowie de trabajar no solo en la banda sonora, sino también de hacer cameos en diferentes bares a través de los distintos distritos de la ciudad Omikron (¡oye, ese es el nombre del juego!) cantando diversas canciones; algo no muy diferente a lo que hace el estudio Remedy con Poets of the Fall/Old Gods of Asgard (otro favorito personal).
No me extrañaría que David Cage sea un nepobaby o bien venga de una familia adinerada (vamos, que viene a ser más o menos lo mismo). También puede ser que haya gastado todos sus puntos de estadísticas en persuasión (dejando el intelecto y la capacidad creativa en números rojos), porque más adelante fue capaz de convencer a nada más ni nada menos que a Elliot Page y a Willem Dafoe de aparecer en Beyond: Two Souls.
El mejor juego de David Cage… sí, en serio
A pesar de todo lo dicho anteriormente, no puedo sentir que Omikron: The Nomad Soul no sea el mejor juego de David Cage. Por una parte la premisa es interesante, aunque después la arruine siendo demasiado auto-referencial; el mundo es divertido de explorar; la estética del juego es atractiva (aunque quizás sea mi lado nostálgico por los juegos del Y2K hablando) y, lo más importante de todo, que es la única obra del homofóbico francés que no se siente avergonzada de ser un videojuego.
Es sabido que David Cage quiere desesperadamente que sus obras no se asocien al resto de la industria y que preferiría más ser cineasta que tener pelo, por eso las suele llamar “experiencias interactivas” y no por lo que son: videojuegos. Por lo menos en el caso de Omikron: The Nomad Soul se puede entrever un gusto por el medio y una utilización del potencial narrativo del gameplay para contar su historia. Incluso el juego rompe la cuarta pared en unas cuantas ocasiones de formas no del todo insulsas.
El gameplay en sí se basa principalmente en explorar los distintos distritos de Omikron en formato de mundo abierto separado por secciones que se van desbloqueando a medida que se progresa en la historia. Tendremos que ir a distintos puntos de cada locación para ir encontrando pistas sobre el caso por el cual tanto Kay’l como Den fueron asesinados e incluso cuenta con el plus nada desdeñable de que el juego tiene cierta flexibilidad si es que descubrimos una pista antes de pasar por algún personaje que nos dé información al respecto sin bloquear innecesariamente el progreso.
El juego divide su jugabilidad en tres partes bien demarcadas entre sí: la exploración previamente mencionada, combate a melee 2.5D similar al de juegos de pelea propios de la época (aunque muy básico y fácilmente explotable) y secciones de disparos en primera persona que hoy en día pasarían por el género boomer shooter (que también es algo básico, pero es cumplidor).
Pero creo que la mejor característica de Omikron es su historia. No porque sea buena, todo lo contario. Es de esas pocas ocasiones en las que sinceramente puedo disfrutar de una obra que es tan mala que es buena y el tiempo solo ha exacerbado este hecho por lo mal que ha envejecido. Tenemos personajes edgy que producen grima pura y dura, algo que es potenciado por las exageradas animaciones faciales, sobre todo de la boca en cuanto al lip sync refiere; la historia se toma demasiado en serio a sí misma, algo que siempre ayuda al factor humorístico cuando esta es tan mala; algunas escenas que son como jumpscares pero del humor y —bueno, que es fácil para mí decirlo como hombre cis-hétero— el tratamiento de algunos personajes sabiendo la clase de persona que es David Cage, el auteur, produce cuanto menos un par de risitas tontas.
…I’m still David Cage
Nuevamente no me he encontrado con el peor videojuego de la historia. Todavía es pronto para desvelar mis cartas (porque sí, pretendo seguir con mi travesía por un buen tiempo más, que ya tengo varios juegos bajo la mira), pero si ni siquiera puedo decir que este es el peor juego de David Cage —de hecho, y como dije antes, sostengo que es el mejor juego del misógino francés—.
Es el único título en su catálogo que no se siente avergonzado de ser un videojuego y al menos se puede disfrutar de manera irónica —aunque debo admitir que no fui capaz de terminármelo porque solo puedo jugarlo en un monitor específico de mi hogar para que las texturas no se vayan a la mierda (¡salvemos a Omikron de la obsolescencia, modders!) y porque septiembre se viene cargadísimo (silson esiste), pero dudo mucho que mi parecer cambie demasiado si me lo llego a terminar dado que el resto de sus juegos —los cuales también se pueden disfrutar de manera irónica, he de admitir— son tan fomes.
Como referencia, les dejo mi ranking de los juegos de El Cajas (ninguno está sobre un 5/10):
- Omikron: The Nomad Soul
- Fahrenheit: Indigo Prophecy
- Heavy Rain
- Detroit: Become Human
- Beyond: Two Souls
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Serie ‘En búsqueda del peor videojuego’