Diario personal, no leer

Año 84, 4º día del mes XXXX

Por fin, aquí estamos, nuestro carromato se lanza a la aventura y nosotros con él, pues sobre estas tierras baldías caminaremos hasta donde nuestros pies nos lleven, el lugar donde reposarán nuestras almas y descansarán nuestros huesos. Y con la firme intención de cumplir nuestros destinos, zarpamos rumbo a nuestro largo viaje, y sin permitir que nadie nos disuada de nuestra hazaña, partimos en busca de nuestro sueño. La montaña de destino es el mañana, cada día más incierto, encontraremos el camino, cumpliremos nuestro sueño. Estamos todos en el mismo carromato y nuestra bandera es la libertad. Oh, parece que se ha roto una rueda.


Año 84, 18º día del mes XXXX

Desde nuestro, digamos, desafortunado accidente nos hemos visto obligados a investigar estas tierras yermas, desprovistas de los grandes árboles a los que estamos acostumbrado en nuestra tierra natal, sustituidos, como si fuese una broma del destino, por pequeños arbustos y de vez en cuando uno más crecido que nos aporte algo de madera. Sin embargo, hemos tenido la suerte de pararnos cerca de un pequeño río por el que no para de bajar el agua de las montañas que nos rodean como si del más helado abrazo se tratase, porque me estoy helando carajo. No es el lugar que esperábamos encontrar, para nada, deseábamos explanadas indómitas con especies exóticas que nos maravillen la vista desde una montaña solitaria a la que llamar hogar, y hemos acabado en un valle cualquiera donde, por suerte o por desgracia, la carne que llevamos no se nos pudre.


Año 84, 28º día del mes XXXX

He de decir que nos hemos acostumbrado mucho mejor a la situación de lo que esperaba, ninguno queríamos acabar aquí, pero le hemos encontrado el punto, y todo sea dicho, entre las piedras de estas montañas puede nacer un sitio al que llamemos hogar, pero todavía es muy pronto para eso, solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, estamos preparando todas nuestras herramientas, pues toca empezar a trabajar, y las tareas diarias ya están repartidas, así que tendré menos tiempo para ir actualizando nuestra situación, pero no te preocupes diario, que por muy mecánico que pueda parecer nuestra vida, seguiré teniendo espacio para los sentimientos, continuaré viviendo mi vida al máximo, pues es lo que habrían deseado mis padres, y seguiré conociendo poco a poco a mis compañeros, todos igual o más aventureros que yo, y sin duda disfrutaré de lo que nos une. Es prioritario que vayamos creando una comunidad, que en un futuro se nos conozca como los pioneros que, mano con mano, construimos una gran ciudad en un lugar donde solo existía la nada, cooperativismo, unión y fuerza, es lo que somos, es lo que seremos.


Año 84, 30º día del mes XXXX

Dwarf Fortress

Voy a matar a XXXXXXXX. No puede ser que ande pasando a mi habitación con toda la confianza del mundo una y otra vez, y por si fuese poco, mi puerta da de lleno con la taberna, lo cual tiene sus indudables ventajas, pero no compensa si tengo que escuchar noche tras noche sus continuos berridos que provocan que cualquier alma a 15 km a la redonda sea incapaz siquiera de echarse una cabezadita. Por si fuese poco, todos los días me toca bajar a la mina. Entiendo que mi constitución puede dar una idea equivocada, pues a pesar de contar con unas espaldas anchas y algo de fuerza, no disfruto ni de lejos la vida de minero, encerrado continuamente entre paredes que cada vez son más estrechas, más agobiantes, donde el polvo de la roca triturada se incrusta en mis pulmones como el más doloroso de los venenos. ¿Es este mi destino? ¿Creceré en la oscuridad del martilleo, entre picos mellados que continúan impasibles con su trabajo? ¿Me acabaré convirtiendo en uno?


Año 84, 16º día del mes XXXX-2

He…..decidido tomarme un respiro. Lo hablé con mi jefe, era de imperiosa necesidad que saliera un tiempo de las minas, que me replanteara qué quiero hacer y cuál es mi lugar en esta comunidad subterránea que está naciendo con una velocidad pasmosa. El agotamiento que venía arrastrando me impidió ver cómo todo ha avanzado estas últimas semanas. Mis hermanos y hermanas han construido una auténtica ciudad en apenas segundos para lo que es una vida enana. Los puestos de trabajo han aparecido como setas, ya contamos con pescadería, carnicería, telares, carpinteros, de hecho, me ha parecido ver una orfebrería al final del pasillo central, lugar al que imagino que irán todos los minerales raros que he ido encontrando en mi día a día. Yo he formado parte de todo esto, a pesar de estar obcecado en los porvenires de mi trabajo, de verdad ha importado lo que he hecho, un granito de arena de todo esto viene de mis manos, es una sensación agradable. Pero no, mi vida no está ahí, ya he mostrado mi descontento con el puesto de trabajo actual, y definitivamente lo voy a dejar, no me sentaba bien, y el estado psicológico de un enano es algo a tener MUY en cuenta, no sé de qué sería capaz si en algún momento perdiese la cabeza. Y para evitarles ese disgusto a mis compañeros, voy a salir afuera, y voy a empezar a recoger hierbas con las que alimentarnos y poder hacer, quién sabe, tal vez unas cervezas, que nunca vienen mal. Comienza una nueva etapa de mi vida, y no podía estar más ilusionado, estas manos heridas y callosas van a conocer la tranquilidad, se lo merecen.


Año 84, 19º día del mes XXXX-2

No puedo con mi alma. En cuanto asomé la cabeza por la puerta del refugio lo vi, lo sentí en los huesos, el aliento helado de un otoño que muere, y eso solo puede significar una cosa. Apenas me duró un par de días antes de que todo aquello que estuviese fuera de la cueva muriese por el frío. Todas las plantas, toda la vegetación que iba a recoger han caído por la helada, y no me queda nada por hacer. Por si fuese poco, en cuanto estuve un par de días vagando, intentando descubrir qué es lo que debía de hacer estos meses de duro invierno, se me acercó el encargado de las minas, y con una amplia sonrisa oculta por su adusta barba, me colocó de nuevo un pico en las manos, y como si de la broma más macabra se tratase, me mandó de nuevo a los túneles desde los que escribo esto. El azar es algo que me puede, jamás he querido dejar cabos sueltos, suelo ser bastante resolutivo y tengo las ideas claras, principalmente para evitar sustos, y aún así, aquí estoy, basando mi entera existencia en no saber qué me va a deparar el mañana, en si me volveré a despertar cada hora por los ronquidos de mi vecino o por las notas desafinadas de un borracho cualquiera. Quisiera encontrar el disfrute, quisiera tener algo de control sobre mi mismo, pero temo que no es así. Por lo que, a marchas forzadas y en contra de lo que ha sido mi vida, debo de dejar toda la rigidez que siempre ha habitado en mi si quiero tener algo a lo que pueda llamar existencia digna. Tantas horas en estos huecos da para pensar, y tengo que empezar a fluir con la vida, a fluir con cada cosa que no puedo controlar y disfrutar del trayecto, para bien o para mal porque no me queda otra. Tal vez no está tan mal dejarse llevar.

Dwarf Fortress


Año 84, 14º día del mes XXXX-4

No te creas que me olvidé de ti. Hace mucho que no me paso por tus páginas, no me lo tengas en cuenta por favor, pues sigues siendo un bien preciado para mi. Has estado en todo momento conmigo, sintiendo mis palabras y acompañándome en mis momentos más duros, y es por ello que me alegra enormemente contarte que ya no me siento así. Como he dicho llevo un par de meses en los que todo ha ido mejor, al final he logrado desconectar el cerebro cuando trabajo, y más allá de ser repetitivo, lo puedo tolerar. El paso del tiempo me ha acercado a la que hoy en día es mi mujer, con una barba mucho más poblada que la mía, que envidia. También es la madre de mis dos hijos, quienes rápidamente han dejado de ser unos retoños para pasar a ser miembros jóvenes de esta comunidad, echando el rato con las nuevas generaciones y jugando juntos. Me llena de orgullo formar parte de este pequeño trozo de mundo, un lugar al que llegamos por accidente, pero que hemos aprendido a amar y respetar, siendo cuidadosos tanto en nuestra relación con el lugar como con dónde clavamos nuestros picos, ya hemos vivido alguna que otra inundación y nunca son agradables. Pero siempre avanzamos, año tras año, paso tras paso, creando un lugar único en el que mucha gente se ha formado un hogar o ha pasado a disfrutar de nuestra hospitalidad. Este es el proyecto que hemos creado, y orgullosos lo decimos, construimos una ciudad de la nada, y gracias a los callos de todo el mundo, aquí estamos, perduraremos.


Año 84, 15º día del mes XXXX-4

No debería de haber dicho nada, no debería de haber pensado nada, escrito nada, es culpa mía, y prueba de ello son mis últimas palabras, aquí escritas. No sé qué ha pasado, no sé dónde está la gente, solo oigo los gritos desesperados de las plantas superiores, los golpes blandos de la espada contra la piedra, y sobre todo los últimos alientos de mis hermanos y hermanas, solo espero que ellos sean capaces de aguantar. Estamos en la planta más profunda, hemos intentado sellar tanto desde dentro como por fuera todas las escaleras para que lo que sea que ha entrado por la fuerza a la fortaleza no llegue aquí, donde hemos traído tanto a nuestros descendientes como a las generaciones más mayores.

Oigo algo golpear, ya no resuena el idioma enano en las plantas superiores, un traqueteo se acerca, y parece que el acceso a las escaleras se ha limpiado, el enemigo está aquí. Un paso, otro, resuena con un eco peculiar, no son pisadas humanoides, ni de zapatos, dos superficies duras chocando como dos placas tectónicas que avisan del peligro que se cierne. Una alargada sombra se acerca, está aquí, está aquí, escucho su bufido acercarse poco a poco a nuestra puerta, que cede ante la fuerza ejercida, todo para poner cara a aquel que nos trae la muerte….una ¿jirafa?


Morir es divertido.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para PC cedido por Popagenda PR