Hacemos nuestra propia justicia. La hacemos aquí, en Arrakis, ganemos o perdamos

Reforzada la franquicia tras el estreno de la enésima adaptación cinematográfica, capitaneada en esta ocasión por Denis Villeneuve, Dune: Spice Wars llega para extender el universo creado originalmente por Frank Herbert, desarrollado por Shiro Games, que cuentan en su porftolio de proyectos obran tan alejadas de los 4X (Explore, Expand, Exploit, Exterminate) como son las aventuras de Evoland. Sin embargo, no haber estado históricamente ligados al género no penaliza en nuestro viaje a Arrakis. Después de todo, la especia Melange es la sustancia más valiosa del universo, no la experiencia en desarrollo de videojuegos en géneros de nicho con posibilidades absurdamente profundas para los más fanáticos, ¿verdad?

Desde el punto de vista personal, sinceramente estoy más acostumbrado a los títulos de estrategia por turnos (siendo Civilization mi mayor perdición en ese sentido), aunque también le haya dedicado sus buenas horas al tiempo real (Frostpunk es el primero que me viene a la cabeza) o a combinaciones del 4X con algunos de ellos (Master of Orion, en este caso, basado en turnos), por lo que estrictamente hablando, vengo con la tarea inicialmente hecha de casa. No es un gran esfuerzo adaptarse a conceptos habituales del género, y más allá de la interfaz y los elementos específicos para la ocasión, lo cierto es que el “tutorial” es intuitivo y hasta cierto punto prescindible, pero entiendo también que no todo el mundo cuenta con ese bagaje, además de que aprender a base de cabezazos contra la pared tampoco es recomendable ni satisfactorio para la gente normal. Para bien o para mal, no es mi caso, pero aunque sea el público objetivo del proyecto, una cosa no quita la otra.

“La prueba es simple: saca tu mano de la caja y morirás”

Aunque Funcom como distribuidora también tenga entre manos un juego de supervivencia basado en la franquicia, en esta ocasión al menos, las licencias que se han tomado respecto al material original (incluso teniendo en cuenta los cambios aportados en otros medios) son numerosas. Empezando, sin ir más lejos, por las casas disponibles para jugar. Las dos más clásicas y evidentes, Atreides y Harkonnen, están presentes, pero en vez de la Casa Corrino, o hermandades como la Bene Gesserit, los Mentat o la Cofradía Espacial, aparece la tribu de los Fremen (que era de esperar, dentro de lo que cabe) acompañada de los “Contrabandistas” (Smugglers). Aunque ya hay confirmada una adicional mientras se desarrolla el Early Access, muy probablemente lleguen aún más en futuros parches (además de que sería sencillo, por los rasgos que los definen, trasladarlos al plano jugable, además de poder diferenciarlos lo suficiente entre sí para evitar facciones clónicas), pero son elementos que chocan de primeras a cualquiera que haya leído los libros.

Sí aparecen, por otro lado, el Landsraad o la CHOAM, siendo puntos sobre los que orbita la mecánica principal de Dune: Spice Wars, que como no podía ser de otra manera, es la recolección de la especia Melange. Para ello deberemos controlar una de las aldeas repartidas a lo largo y ancho de Arrakis que tenga un depósito de la sustancia en el mismo cuadrante. Este requisito es esencial, puedes de todos los parámetros que tendremos que controlar, la especia afecta directamente al impuesto que tenemos que pagar cada 25 días al Imperio, como compensación por poder controlar Arrakis, además del comercio que podemos llevar a cabo con la CHOAM con el excedente de la misma, aumentando así nuestra producción de Solaris, la moneda de cambio empleada. De manera adicional, contamos con materiales de construcción, fuerza de trabajo, agua (como no podía ser de otra forma, por otro lado), influencia, conocimiento, fuentes de energía, etc… Cada elemento potenciado y/o recolectado por un edificio y que permite explotar diferentes áreas. La política, al igual que en las novelas, es el punto central, y en todo momento tendremos que desarrollarla, bien sea en su vertiente expansionista, comercial, militar… podremos adaptar nuestra estrategia a la condición de victoria que más se adapte a nuestras posibilidades.

Por ejemplo, los Atreides pueden optar por colonizar pacíficamente (aunque de forma lenta) invirtiendo estos recursos, por lo que deberemos adaptar nuestro estilo para acumularlos, en pro de aprovechar las ventajas de clase que nos aporta. Dicho lo cual, como es de esperar, podemos comerciar con las otras facciones presentes en la partida, además de llevar a cabo investigaciones, operaciones de espionaje y demás actividades habituales en el género. Dune: Spice Wars inventa poco, por no decir nada, pero las posibilidades de las que dispone por ambientación son muy superiores a sus homólogos, y a poco que desde Shiro Games se aprovechen (o se de facilidades a la comunidad para explotar su creatividad vía mods), podemos tener una obra de lo más completa, aunque de nuevo, con licencias respecto al material original, con los gusanos de arena siendo más bien testimoniales (por ahora, puede que en futuros balanceos sean más comunes) como mejor ejemplo de esos compromisos, también necesarios por otro lado, para que no resulte una tortura intentar sacar adelante a nuestra civilización.

“Mi planeta, Arrakis, es hermoso cuando baja el sol”

Sin embargo, es a la hora de hablar de lo artístico y técnico donde más puede pesar el hecho de que Dune: Spice Wars llega de momento como Early Access. La banda sonora, por ejemplo, podría pasar perfectamente al producto final sin ningún tipo de cambio. Nos traslada al planeta duna como si de la película se tratara, pero por otro lado, el apartado gráfico sí que tiene margen de mejora por ambas vertientes. En las diferentes sesiones de juego, las tormentas de arena (frecuentes en las novelas, no tanto en el juego para dar pie a que exista algo de diversión) no solo arrasan con todo lo que hay a su paso, sino que el rendimiento también se ve mermado a niveles alarmantes. De nuevo, es una versión preliminar y es algo que de cara al juego final se verá corregido, pero a día de hoy es lo que hay, y como tal, debe mencionarse.

Por otro lado, para poder ser considerado un buen 4X que se precie, falta algo de detalle a más bajo nivel. El juego se ve y se siente bien con el zoom alejado, pero sin embargo, si lo reducimos al mínimo (donde debería apreciarse mejor cada elemento por separado), la duna se deshace. Ya no es cuestión de animaciones, partículas o modelos, es realmente una mezcla de todo, pero si ya de por sí el escenario es relativamente repetitivo en lo visual, si además todo aquello que debería resaltar por encima no lo hace, crea una sensación rara. No negativa precisamente, pero sí algo que se puede mejorar (y que probablemente se de en el futuro, tal vez más a medio plazo que en parches prioritarios).

La prueba de un hombre no es lo que crees que hará. Es lo que realmente hace

Y es con esta última cita con la que corresponde cerrar este avance. Por más que las posibilidades estén ahí, y que el universo ya creado aporte oportunidades para hacerse un hueco entre los referentes del género, a día de hoy básicamente una buena metáfora de Arrakis. Una base rica en especia Melange, pero sobre la que hay que construir el Arrakis soñado por los Fremen, fértil y fructífero. Faltan muchos detalles, como los propios desarrolladores indican en su blog, siendo uno de dichos elementos el multijugador, pero su juicio llegará con su ascenso al trono de la casa Atreides (también conocido, dejando ya a un lado las referencias, como versión 1.0).


Este avance ha sido realizado en base a un código para la versión de Steam facilitado por Best Vision PR.