Vuela rápido el dragón, pero puede caer todavía más rápido

Hace cosa de dos meses se presentó la nueva expansión de World of Warcraft, Dragonflight, que sucederá la saga tras Shadowlands. Ya desde un primer momento, una gran porción de los seguidores del título notó que el contenido presentado no parecía demasiado amplio. Nuevas zonas, nuevo límite de nivel, la adición de alguna que otra mecánica y cambios en los sistemas base son algunas de las características básicas de este nuevo contenido, similares a las introducidas en el resto en su momento.

Frente a una muestra tan breve del contenido, era difícil llegar a una conclusión realista, más allá de jugar a especular en base a los sucesos del pasado. Pero hace unas horas, el inicio de la campaña de precompra de Dragonflight se ha visto dispuesta a poner las cartas sobre la mesa, con la confirmación de que esta nueva aventura verá la luz antes de que acabe 2022. Para ponernos en la situación de forma más precisa, aproximadamente cada dos años y medio se lanza una nueva expansión en World of Warcraft. Ese periodo temporal es el planteado para que los jugadores puedan avanzar por todo el contenido ofrecido, que se va desbloqueando conforme se aplican nuevos parches.

De esta manera, haciendo cálculos rápidos, a finales de 2022 habrán pasado unos dos años desde el lanzamiento de la (hasta ahora) última expansión, pero si estás ligeramente dentro del mundillo del MMO, posiblemente te habrás encontrado con una ristra de opiniones acerca de lo “prematuro” de este lanzamiento. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Vaya, me alegra que me lo preguntes, porque me pillas poniéndome mis mejores ropas de cuñado para soltar una verdad absolutamente contrastada por mi lógica interna y con altas posibilidades de cambio en los futuros meses.

Aunque parece que ya nos encontramos en una mejor situación, no podemos olvidar la pandemia que poco a poco vamos dejando atrás, situación que ha afectado sobremanera a toda la población y en todos los ámbitos. En el mundo de los videojuegos, la imposibilidad de trabajar de forma presencial y las continuas bajas por enfermedad han ralentizado sobremanera el desarrollo de gran cantidad de títulos, cuyo resultado todavía estamos contemplando en forma de retrasos. Es por ello que estos dos últimos años no terminan de contar con el mismo valor en el cómputo del volumen de trabajo.

Más allá de la posibilidad de que esta expansión sea una demasiado prematura aplicando el cuento de la vieja a las condiciones laborales de una compañía, habitualmente el lanzamiento de cada expansión ha ido precedido de una versión beta donde una porción de los jugadores y creadores de contenido dedican incontables horas a encontrar problemas y conocer el contenido de primera mano. Actualmente, no hay noticias acerca de la fecha de lanzamiento de la beta de Dragonflight, y hace ya unos cuantos días que nos encontramos más cerca del final del año que del principio. (El tiempo pasa demasiado rápido, casi noto cómo me estoy haciendo viejo mientras escribo estas líneas).

Además, no podemos olvidar que World of Warcraft es propiedad de Activision Blizzard, conglomerado que se está preparando para ser absorbido por Microsoft cuando finalice el proceso de compra. Posiblemente, esta sea la última expansión del título antes de la entrada de Microsoft, y tampoco sería descabellado que hubieran seguido las ideas del viejo refrán que sostiene que “para lo que me queda en el convento, me cago dentro”. De esta forma, nos encontraríamos ante una “expansión de paso”, diseñada con el fin de mantener a una cierta porción de la comunidad mientras se trabaja en la siguiente. Esta no es una situación única, ya que más o menos ese fue el caso con el lanzamiento de Warlords of Draenor, considerada uno de los fracasos del MMO.

De momento, todo son conjeturas, pero los patrones están ahí, no demasiado difíciles de leer, y todo parece indicar que el vuelo del dragón será breve y poco llamativo. Toca quedar a la espera de nuevas noticias y presentaciones. Tampoco sería descabellado que el lanzamiento se retrasase a última hora, como sucedió con Shadowlands. Lo cierto es, que por ahora, las miradas se encuentran más enfocadas en la llegada en algún momento próximo de la segunda expansión del título, Wrath of the Litch King, a la versión Classic, considerada por muchos como la mejor de todas las presentadas.

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