Tal vez sea el momento de cambiar de enfoque

Como ya comentaba la semana pasada cuando hablé sobre la subida de precio de la primera Nintendo Switch en el mercado estadounidense, Nintendo se encuentra en uno de sus mejores momentos a nivel histórico, sino en el mejor. Desde el lanzamiento de la Nintendo Switch 2 no han parado de acumular ventas, y tanto Mario Kart World como Donkey Kong Bananza han sido un éxito en todos los sentidos. Sin embargo, La Gran N tenía otro exclusivo preparado que finalmente no ha salido tan bueno como cabría esperar, a pesar de tener una gimmick bastante creativa con los Joy-Con 2 y su modo ratón: Drag x Drive.

La palabra gimmick es difícil de traducir. En el mundo de los videojuegos hace referencia a una mecánica específica del mando, consola o juego que se utiliza como foco principal del título o de una sección concreta. Nintendo no es ajena a esta idea, ya que juegos como Wii Sports Resort o Zombie U son juegos que salieron con el único objetivo de resaltar el accesorio Wii Motion Plus o las ventajas del mando de Wii U como segunda pantalla. La diferencia entre obras como estas y el reciente Drag x Drive se encuentra en que ninguna de ellas basaba toda su experiencia en esa gimmick específica, sino que la utilizaban como complemento.

En cambio, el nuevo exclusivo de Switch 2 enfoca toda la experiencia en el hecho de que puedas utilizar los Joy-Con 2 como ratones de un ordenador para mover tu silla de ruedas; olvidándose de que ese aspecto, aunque creativo e interesante, no es suficiente para justificar la existencia de un juego que no tiene mucho más a su favor. Aunque es probable que acabe teniendo un número de ventas decente, va a ser mucho menos de lo que se espera de un juego de Switch, algo que ya ocurrió con 1-2-Switch (aunque a este le fue ligeramente mejor en crítica y opinión general del público); y podría ser una muestra de que las cosas han cambiado en este aspecto.

Nintendo Wii Sports Resort + Wii Motion Plus

No quiero decir que las gimmicks de un mando o consola ya no sean atractivas para el público general, ya que eso sería una mentira si tenemos en cuenta el éxito de ambas Nintendo Switch y de consolas anteriores de Nintendo en base a esto mismo; cuando en hardware y software siempre han sido muy inferiores a las consolas y periféricos de la competencia. No obstante, Drag x Drive nos demuestra que las gimmicks ya no venden por sí solas, y que ahora hasta el público más casual espera encontrar un mínimo de calidad en el resto de aspectos que no sean la mecánica divertida que puedes hacer con el mando de la que te cansas en dos horas.

A diferencia de lo que muchas personas que están crónicamente online puedan decir, los estándares y exigencias del público general en el mundo de los videojuegos no hacen más que subir cada año que pasa. Este caso es una muestra de ello, al dejar en evidencia el hecho de que las estrategias que funcionaban hace 10 o 15 años ya no tienen cabida en la industria del videojuego actual, como también ha ocurrido con cosas como los títulos tie-in de películas o series que fueran mínimamente populares o de secuelas de obras exitosas que salían un año o dos más tarde hechas con el mínimo esfuerzo.

De hecho, nunca he visto a tantas personas denunciar los juegos que salen a medias o que solo existen para sacar un poco más de dinero como ahora (aunque obviamente siempre hay gente que cae en estas cosas y que las disfruta, pero no son mayoría). Nintendo se ha confiado, pensando que la estrategia de vender un juego solo por una gimmick sin importar la calidad del resto de aspectos iba a funcionar otra vez, pero no ha sido así. Aún así, aprecio la creatividad de la mecánica principal de Drag x Drive, y espero que su caso les sirva como lección para pulir mejor todo lo demás la próxima vez.