Fury of the Storm

La saga Sid Meier’s Civilization es a todas luces una franquicia extremadamente veterana en la industria, y que a cada nueva iteración de la saga añade o modifica pequeños valores de una fórmula que, cuanto menos, tiene garantizado el éxito siempre y cuando cumpla unos mínimos. Por desgracia, las comparaciones son odiosas, y cada vez que se apuesta por cerrar el ciclo de una entrega y dar el salto a una nueva base sobre la que construir las novedades, la incorporación siempre saldrá perdiendo a nivel de contenidos frente a su predecesora, con años y años de expansiones recibidas. Aunque Sid Meier’s Civilization VI fue un gran punto de partida y la anterior expansión, Rise and Fall, añadió cosas muy interesantes, con la llegada de Gathering Storm no solo se mantiene esa pregunta, si no que también se abre otra, si merece la pena centrarse en un único aspecto a la hora de añadir contenido, o caer en el dicho “quien mucho abarca poco aprieta“.

Gathering Storm, a grandes rasgos, centra sus añadidos en tres vertientes diferentes (al margen de corregir y actualizar algunos sistemas con cambios menores para adaptarlos y balancear la experiencia), como son los desastres naturales (que afectan tanto a la generación del mapa, como a momentos circunstanciales de la partida), el sistema de diplomacia (con favor diplomático y un congreso mundial, que regresa tras no haber aparecido en esta nueva entrega hasta ahora ) y las nuevas civilizaciones y líderes, que se suman al plantel aportando variedad, pero que en general, y volviendo a la idea del final del primer párrafo, me parece que intenta tocar varios palos sin llegar a profundizar del todo en ellos.

Para empezar, la novedad de los desastres naturales, como pueden ser inundaciones, sequías, tornados, volcanes… es una buena idea, que no llega a tener una implementación lo suficientemente sólida como para justificar ser uno de los reclamos de la expansión. Sí, altera la generación del mundo haciendo que buscar un asentamiento no gire únicamente en torno al acceso al mar y los recursos cercanos, pero una vez establecidos, no deja de ser un hecho aleatorio que puede perjudicar o beneficiar, de la misma manera que los bárbaros pueden afectar al transcurso de una partida. Por más que sea una adición interesante, y como concepto puede aportar mucho con más contenidos desarrollados con este aspecto en mente, puede dar mucho juego.

De igual manera, el “nuevo sistema sistema diplomático”, con la incorporación del Favor Diplomático como otra divisa más el Congreso Mundial, aporta más desde mi punto de vista al desarrollo de una partida, pero precisamente por no ser uno de los aspectos centrales de la expansión, tal vez no se le ha dado suficiente importancia y lo mejor está por llegar. A falta de balanceo (porque es absurdo que en cualquier trato comercial en los primeros turnos puedas conseguir Favor sin problemas, y a partir de la Edad Media se vuelve misión imposible), y de añadir más opciones al Congreso Mundial, algo de lo que seguro se encargarán los Mods, las novedades a nivel mecánico de Gathering Storm siguen el camino de Civilization VI, son una buena base para construir, y por más que no se pueda decir que es un título malo, da la sensación de que lo mejor está por llegar. Y la pregunta ya no es si ese contenido llegará, que se da por hecho (después de todo, las cancelaciones de DLCs ya anunciados no dejan de ser algo extraño), si no cuando lo hará.

Para tratar de compensar ese aspecto, con esta nueva expansión se suman 8 nuevas civilizaciones a las opciones, y si bien no es algo que reste al conjunto, me da la sensación de que de nuevo es algo que intenta paliar las carencias de los otros sistemas, más que como reclamo principal. Tal vez en este análisis no haya profundizado en exceso en las novedades que implementa la expansión, pero no creo que sea necesario tampoco hacerlo, sino dar peso a la sensación que transmite. En un juego de estrategia por turnos, muchas veces con un vídeo, o incluso lápiz y papel, la jugabilidad puede transmitirse de manera muy fiel, pero como fan de la saga, es más complejo expresar que se siente ante una nueva expansión que, recordemos, no es precisamente barata.

Sabe a poco, y eso no tiene porque ser malo

Y esto es algo que, en todo momento es algo me viene a la cabeza. Que no se me malinterprete, Gathering Storm es una buena expansión, tal vez no imprescindible pero sí recomendable, que deja con ganas de más en todos los sentidos. Saber cual es el siguiente paso por parte de Firaxis, que detalles cambiarán en la siguiente actualización, y que podría haber sido de esta en otras situaciones. Estoy seguro de que Sid Meier’s Civilization VI, y como en todo título de la franquicia, habrá expansiones mejores y peores, y sin ser mala como tal, podría haber sido más, o podría haber sido peor. Los fans de la saga la disfrutarán, estoy seguro, pero tal vez no convenza a los menos habituales.