Un ataque más al legado de los videojuegos

Poseemos y deseamos tener, queremos tener aquello que llama nuestra atención o lo que pensamos que podemos necesitar. Nuestros deseos son diferentes en cada uno, pero parece algo innato el acaparar y conservar, cada vez más y más, hasta límites a veces insospechados. Así se nos enseña, que cuanto mayor valor se sume de las cosas que tenemos mayor será nuestro valor propio, una gran mentira cimentada sobre los pilares de una sociedad capitalista que se mantiene gracias, aparte de la plusvalía en el trabajo, del consumismo que nos intentan (y logran) inculcar. Yo no me escapo de esta definición, e imagino que muchos de nosotros, cada uno en su nivel económico, sufrimos del mismo mal, aquel que inculcan las propias empresas y que incluso ellas padecen, pues la competencia les obliga a tener los mejores productos para ser mejores en el cara a cara, como si de una reyerta callejera se tratara. Aquí no se salva nadie, ni tito Phil en Xbox ni Nicalis, pues ayer nos enteramos, a través de GitHub, de que han conseguido echar abajo aquellas páginas donde podíamos encontrar de manera gratuita los vestigios del antiguo Cave Story.

 

 

 

 

 

 

La historia detrás de la empresa estadounidense no da tregua a lo que parece un reguero de malas noticias dosificadas a lo largo del tiempo. Ya en su momento hablamos sobre las denuncias vertidas a través del medio Kotaku señalando no solo malas prácticas como explotación laboral o mala comunicación, sino también muestras de racismo por parte de su fundador, Tyrone Rodriguez. Aquí os dejamos el texto que habla sobre la situación. Sin embargo, y trasladado a un panorama más reciente, nos llegan noticias sobre Cave Story. Cave Story es un juego japonés lanzado en el ya lejano año 2004 desarrollado por una persona y distribuido gratuitamente. Debido al éxito alcanzado en su territorio, se decidió expandirlo a otras plataformas con el paso del tiempo, llegando hasta los tiempos actuales versión tras versión. En cierto momento aparecería Nicalis para realizar la compra de los derechos de distribución, para llevarlo a todas las plataformas.

Cave Story 2

La versión definitiva, y la que iría saliendo desde su concepción pasaría a llamarse Cave Story +, la cual estaba desarrollada por Nicalis y empezó a traer nuevas opciones, como el modo dos jugadores, nuevos gráficos, la traducción al inglés y demás extensiones, siendo la versión de Switch la última en lanzarse al mercado en 2017. Parece que no podemos tener cosas bonitas, pues tras todo este increíble apoyo recibido por un juego lanzado humildemente en 2004 y de manera gratuita, llega un lado algo más oscuro, protagonizado por la mano de Niantic. A través de un post en GitHub, y proclamándose como los poseedores del código original del juego, han cerrado una gran cantidad de páginas donde se conservaban versiones hechas por los fans durante todos estos años, señalando que lo que en realidad hacen es ilegal ya que reproducen el código hechos por ellos mismos en Cave Story +. Sin embargo, en la propia denuncia vemos cómo, a la hora de mostrar el código del juego que dice ser suyo (el de Cave Story), lo que en realidad muestran es el Cave Story +. De la misma manera, más abajo indican que el juego nunca fue open source. A continuación, adjunto las declaraciones de una desarrolladora de Cave Story Engine 2, el proyecto denunciado por Nicalis y, según cuenta, no posee nada del código que posee Nicalis, siendo solo una descompilación del proyecto original de Cave Story.

Parece que esta denuncia por los derechos ha sido efectiva a favor de Nicalis, pues han cerrado todas las webs que han señalado en su denuncia de DMCA, alcanzando así su objetivo. Esto no es sino un ataque no solo a lo que representa el título desde su lanzamiento, pues su gratuidad forma parte de su origen, y que ahora, una empresa de terceros no solo se crea la poseedora del código original, cuando han demostrado que no lo tienen, sino que busquen eliminar el rastro de esto por todo internet es una muestra más del empeño de los más grandes para absorber y hacer propio el trabajo y sudor de otros. Defendamos el legado y la historia de los videojuegos, defendamos a los desarrolladores frente a las empresas que hacen negocio con su trabajo, defendamos el medio antes de que caigamos junto al resto de industrias culturales.