¿El principio del fin?

Ante la confirmada ausencia por segundo año consecutivo de Sony al E3, considerado mayor evento de videojuegos a nivel mundial, y en el que ha habido anuncios de todo tipo y condición, la ESA, organizadora del evento, ha publicado un comunicado (el cual podéis leer al completo aquí), en el que anuncian varios cambios para el evento, los cuales se irán anunciando en las próximas semanas, y que se pueden resumir en el siguiente fragmento.

Mostraremos el E3 al mundo a través de una nueva programación de streaming y digital, al tiempo que crearemos reuniones en la sala de exposiciones que permitan a la gente hacer lo que más les gusta… jugar y celebrar juegos. Tendremos invitados sorpresa, experiencias escénicas increíbles, acceso a personas de dentro y zonas de experiencia que deleitarán los sentidos. Será increíblemente inclusivo, celebrando todos los aspectos de nuestra industria.

En las próximas semanas – y continuando todo el camino hacia el E3 – revelaremos más detalles y seguiremos escuchando y aprendiendo.

Además de comunicar que van a dar mayor peso a los medios de comunicación, así como detallar diferentes cambios en lo referente al registro de los mismos, lo realmente importante está en el extracto citado. ¿Más puestos de juego? ¿Enfocarse aún más al streaming? ¿Copiar el modelo de Gamescom y masificarlo aún más, si cabe? Precisamente el principio del fin del E3 (al menos hasta ahora) se dio con la apertura de este mismo al público general, y por lo tanto haciendo del evento algo menos exclusivo. Esto, con el aspecto positivo que supone implicar a los usuarios en la experiencia y todo lo que ello supone, no dejar de ser la causa de que cada vez haya menos interés en estar pendiente de las novedades al instante, pues ahora mismo ya es algo a lo que cualquiera (bien residente en Los Ángeles o con capacidad económica para hacer una visita) puede optar.

E3-Microsoft

¿Una de las últimas esperanzas para el evento?

Tocará esperar hasta las fechas próximas al E3 (que este año se celebra del 9 al 11 de junio) para ver que grado de novedad incluyen las propuestas, pero lo que está claro es que muy buenas tienen que ser para evitar que esta edición sea un tanto descafeinada. Con Sony presentando PlayStation 5 por su lado en un State of Play o equivalente, junto al Nintendo Direct de turno, los grandes platos de la feria se resumen en Microsoft (con Xbox One Series X a la cabeza), Ubisoft (gracias a la nueva entrega de Assassin’s Creed y tal vez Beyond Good & Evil 2) y tal vez Electronic Arts (con Dragon Age y alguna sorpresa). Al margen de esto, Bethesda no tiene mi confianza, y Devolver Digital probablemente vuelva a ser la mejor conferencia, pero no por su relevancia.

Que el E3 año a año va perdiendo interés tanto para desarrolladores como para la comunidad de usuarios es algo que no puede negarse. Y que estas medidas por parte de la ESA, aunque sean bienvenidas y algo más que necesarias, llegan tarde a todos los niveles. Sí, Nintendo sigue atendiendo presencialmente el E3 con actividades como TreeHouse Live, pero a nivel de conferencias, tanto su ausencia como la Sony (en este caso por completo) son un lastre demasiado grande como para reponerse con experimentos.

Por más que el E3 se siga planteando como un evento eminentemente presencial, lo cierto es que prácticamente la totalidad de la atención que atrae es de personas que no pueden asistir a la feria. Y si el principal aliciente para aquellos dispuestos a pasar un par de noches en vela a cambio de ser los primeros en conocer las novedades (filtraciones al margen) desaparecen, poco o nada importan estos intentos de reflotar un evento que conceptualmente se desangra poco a poco por los cambios en la forma de comunicar en la industria. ¿Adaptarse o morir, o más bien, renovarse o morir?