Con estas estamos, de nuevo

En un decrépito mundo decadente, donde la esperanza es el último rescoldo de una sociedad caída, la noche es oscura, y alberga horrores. No es de extrañar que en un contexto tan nefasto como el actual en todos los ámbitos, desde el social hasta el económico pasando por el laboral, estemos ante un momento donde impera la tristeza, donde salen a flote lo peor de nosotros mismos, incluso en las cosas más banales; la picaresca se presenta en su estado más puro. Esto se extiende poco a poco, creando entresijos con intereses cuanto menos nefastos, y crece de tal manera que llega a la industria del videojuego, como no, y es ahí donde encontramos problemas con los que los estudios independientes tienen que lidiar casi diariamente. Así es, por si no fuese poco intentar empezar de cero o con pocos recursos para contar al mundo tu idea en una situación como la actual, encima se le ponen impedimentos insalvables, desde publishers abusivas a gente que, haciéndose pasar por críticos o webs, intentar sacar keys que vender en los famosos mercados grises, una prácticas que afecta directamente a los desarrolladores, y cuyos testimonios encontramos de allá para cuando, como es el caso sobre lo ocurrido con BROK the InvestiGator, título independiente lanzado el pasado 26 de agosto y cuyo desarrollador ha puesto la voz en el cielo sobre un problema del que no se habla todo lo que se debería.

No es la primera vez que surge el tema sobre los mercados grises de claves, y sobre lo increíblemente negativos que son para los desarrolladores más pequeños, quienes ven como las keys que mandaron para los análisis se acaban convirtiendo en productos que se venden más baratos que el precio original y que no solo sirven para que un tercero se lucre a tu costa, sino que provoca que posibles ventas que se habrían realizado antes o después acaben realizándose en estos lugares al ofrecer un descuento mayor. Desde COWCAT Games han explicado lo sucedido con BROK the InvestiGator, y que se remonta al momento de lanzamiento, en el cual una avalancha de correos aterrizó en la bandeja del estudio solicitando keys para el análisis, el cual se publicaría en Steam Curator, incluido en la plataforma de Steam, algo sospechoso desde el comienzo. Para comprobar cuántos de ellos eran personas verdaderamente interesadas, mandó códigos del prólogo, provocando que aquellos que lo completaban se diesen cuenta de que algo iba mal, y poniéndose en contacto directo con los desarrolladores que, encantados, les facilitaban claves del juego completo. Sin embargo, aquellos que no dijeron nada se presuponía que iban a vender las claves en estos mercados, y casualmente, pasado el tiempo, estas reviews publicadas como positivas en Steam Curator pasaron a ser directamente negativas, algo que contrastaba con la crítica del juego por parte de los compradores. Esto tiene una razón de ser, y es que aquellos que se aprovecharon del estudio y vendieron las claves luego sufrieron devoluciones y malas reviews por parte de aquellos que les compraron las keys, y decidieron actualizar su review. El principal problema con todo esto es que Steam facilita que se realicen estas prácticas, permitiendo publicar estos análisis cuando siquiera se posee el juego completo, solo el prólogo.

Nos sobra picardía

Por si no tuviesen poco con intentar sacar adelante un estudio independiente en 2022 y un juego como BROK the InvestiGator (el cual podéis comprar en el siguiente enlace), también tienen que seguir aguantando que existan estas prácticas denigrantes, seguimos viendo como los más débiles de esta industria son los más afectados por lo peor que puede brindar este lugar. Claro que tenemos poder para combatir estas prácticas como usuarios, empezando por no comprar en dichos mercados grises, donde la procedencia de las keys es cuanto menos dudosa, y que muchas se proveerán a través de estas prácticas u otras cien mil veces peores. El primer paso lo debemos de dar nosotros, pues en nuestras manos y en nuestras decisiones está el crear un espacio seguro sin preocupaciones para que aquellos a los que les interese puedan lanzar proyectos a salvo, permitiendo que el mercado indie siga existiendo en un entorno sano.