Más Borderlands que nunca, para bien y para mal
Borderlands es una de las sagas más populares y queridas dentro de los shooters en primera y tercera persona, siendo la responsable de dar a conocer y, posteriormente, popularizar el subgénero conocido como looter shooter con su primera entrega en 2009. Sin embargo, en los últimos años la franquicia se ha visto entre la espada y la pared, con un Borderlands 3 que tardó demasiado en llegar para acabar decepcionando a una buena parte de los fans, por mucho que en ventas y crítica no le fuera tan mal. Ahora, tras otros 6 años y con un segundo Tales from the Borderlands que también resultó decepcionante, Borderlands 4 ha llegado con el objetivo de devolver a la saga la popularidad y buena reputación de la que gozaba a mediados de los 2010.
Afortunadamente, esta cuarta entrega consigue capturar el espíritu de Borderlands de una manera que no veíamos desde 2012, con mejoras, cambios y evoluciones lógicas tanto en el aspecto narrativo como jugable (aunque seguimos sin tener un villano tan icónico como Jack El Guapo). Lamentablemente, muchos de sus aciertos se basan en la repetición de una fórmula que Gearbox lleva utilizando desde hace 16 años, dejándome con la sensación de que el motivo por el que he disfrutado de la experiencia ha sido porque no asume prácticamente ningún riesgo en lo que respecta a la evolución de la saga. Aunque antes de entrar en detalle respecto a este último punto, prefiero comentar todo lo que convierte a esta nueva entrega en un juego más que recomendable.
Totó, tengo la sensación de que ya no estamos en Pandora
Por primera vez en todas las entregas principales de Borderlands no estamos en Pandora, y cambiamos el icónico planeta imán de buscacámaras por Kairos, un planeta forzosamente aislado del resto por orden del Cronoguardián. El villano de esta historia es un dictador que mantiene a todos los habitantes de Kairos bajo control, con el uso de un bulón que le permite manipular mentalmente a cualquiera a voluntad y con La Orden, un ejército que cuenta con innumerables miembros. Nuestro objetivo inicialmente será abrir la cámara que esconde el Cronoguardián en lo más alto de su fortaleza, aunque por el camino acabaremos ayudando al planeta a deshacerse de su yugo.
Al centrarse en un solo planeta, siento que el mapa de Borderlands 4 está mucho mejor diseñado y planteado que el de la tercera entrega, con cuatro zonas claramente divididas tanto por biomas (bosque, desierto, nieve y una ciudad grande) como por el nivel de los enemigos. Cada una de ellas tendrá sus propias misiones secundarias, encuentros con enemigos y puntos que podremos explorar para desbloquear el viaje rápido o nuevas armas, actividades muy entretenidas y que hacen del proceso de conseguir experiencia y mejor equipo algo cómodo y accesible. Como alguien a quien las distintas áreas (y planetas) de Borderlands 3 le parecían demasiado inconexas y con poco atractivo para la exploración, puedo decir que Kairos se ha convertido en un lugar familiar en poco tiempo.
Junto a este mejor diseño del mapa también tendremos la mejor movilidad en un juego de Gearbox hasta la fecha: con un planeador, muros escalables, un gancho y una moto que podremos hacer aparecer y desaparecer en cualquier momento, aportando una mayor fluidez al movimiento tanto a la hora de explorar como en combate. Además, el world-building tiene un gran nivel de cuidado y detalles, con una explicación para la existencia de todos los puntos de interés en el planeta y de las diferentes facciones de enemigos.
Armas, armas y más armas
Para acabar con dichas facciones enemigas dispondremos del arsenal más amplio y variado de la saga. Desde escopetas, fusiles de asalto, francotiradores, pistolas y subfusiles hasta granadas de diferentes tipos o ametralladoras: cada arma con sus ventajas, efectos y estadísticas propias. Al igual que en las demás entregas, el cambio de un arma a otra con mejores estadísticas o la compra-venta de las mismas es muy cómodo, y registrar todos los contenedores o el loot que nos suelten los enemigos se convierte en algo que acabamos automatizando mucho antes de que llegue a sentirse monótono.
El gunplay también se siente más rápido y fluido que nunca, con unos buscacámaras tan diferentes en estilo jugable como de costumbre. En mi caso utilicé a la sirena Vex, cuyas invocaciones que pueden asistirnos en combate realmente ayudan, en lugar de ser el típico compañero que le quita entre nada y poco de salud a los enemigos y con el que no podemos contar para matar a nadie. Durante toda la partida me acompañó la invocación del Liante (un gato grande), un compañero cuyo árbol de habilidades y mejoras me ha ayudado mucho a adaptar la experiencia de Borderlands 4 a mi estilo de juego, el cual consiste en hacer mucho daño muy rápido e ir siempre de cara contra los enemigos.
En este aspecto solamente quiero mencionar algo que me ocurrió con mi copia para esta crítica, y que, probablemente, se solucione en una futura actualización. Por algún motivo (supongo que por un bug), a partir de la mitad del juego en adelante todos los enemigos que no se encontrasen dentro de las mazmorras que componen la historia principal (incluyendo los enemigos en los alrededores de las mismas) me sacaban 5 o más niveles. Sin importar cuantos niveles subiera haciendo secundarias, los enemigos del mundo abierto subían la misma cantidad, mientras que dentro de esas mazmorras/zonas principales nunca me superaban en más de 2 niveles, por lo que tengo claro que no es algo intencionado. Por suerte, después de la última actualización ya puedo volver a las primeras zonas del juego y encontrarme con enemigos de mi nivel, pero este fallo no está arreglado del todo y limita bastante la cantidad de misiones y zonas secundarias que puedo hacer en mi partida (aunque aún así creo que he completado más que suficientes como para opinar al respecto).
Lilith, Amara, Zane y los demás
Algo que siempre ha sido muy importante en cualquier juego principal o spin-off de la absurda y caótica saga de Gearbox son los personajes. La manera en la que está escrito el juego, y como consecuencia sus personajes principales y secundarios, es muy importante a la hora de mantenernos interesados en un gameplay loop que, por muy divertido que sea, es esencialmente el mismo durante unas 25 horas o más. En Borderlands 3, para mí, el guion fallaba mucho, con un humor que en muchas ocasiones me daba un poco de vergüenza, cameos de la saga por doquier sin que realmente sirviesen para nada y unos villanos que no me pude tomar en serio en ningún momento.
Borderlands 4 limita sus personajes recurrentes a 5 personas: Amara, Zane, Moxxi, Claptrap y, como no, Lilith. Lo que me encanta de esto es que deja mucho espacio a los personajes originales de esta aventura para brillar, y la verdad es que la mayoría de ellos me han parecido muy interesantes, carismáticos y memorables (no los spoilearé). Además, no tener a Claptrap, Moxxi o Lilith sería raro a estas alturas (y aún así solamente están en una o dos misiones de la historia cada uno), mientras que darles una segunda oportunidad a Zane y Amara como personajes centrales tras el tercer juego me parece un acierto. Junto al world-building tan cuidado que he mencionado antes, este aspecto del juego te motiva a hacer más secundarias y a saber más sobre el arco de cada personaje.
¿Viviendo de las rentas?
A pesar de lo mucho que me han gustado todos y cada uno de los aspectos que componen al mejor Borderlands que hemos tenido desde la segunda entrega, siento que Borderlands 4 se parece demasiado a ese pico de calidad que alcanzó Gearbox en 2012, y que la saga en general lleva viviendo de las rentas de Borderlands 2 desde entonces. Más allá del excelente primer Tales from the Borderlands, todos las entregas principales han repetido el mismo formato, añadiendo solamente alguna que otra mecánica nueva, mejores gráficos y cambiando de ambientación y protagonistas. Que nadie me malinterprete, este juego se ve precioso (también tiene una banda sonora resultona) y es muy divertido de jugar, pero honestamente esperaba mucho más.
Soy alguien a quien le encanta cuando una saga se atreve a meter cambios radicales después de cierto tiempo haciendo “lo mismo”, como ocurrió con el God of War de 2018 o con Assassin’s Creed Origins en 2017. Tras la decepción que supuso Borderlands 3 para muchos fans pensaba que Gearbox iba a aprovechar la oportunidad para darle una vuelta de tuerca a la saga sin que pierda su calidad o esencia, pero dotándola de frescura, como ocurrió con Assassin’s Creed tras la recepción de Unity y Syndicate. Más motivo tenía para pensarlo si tenemos en cuenta que ahora un nuevo Borderlands tarda entre 5 y 7 años en llegar. Sin embargo, todo lo que hace Borderlands 4 está bien hecho porque es literalmente todo lo que ya hacía bien Borderlands 2.
Esta situación me hace preguntarme si, tal vez, la franquicia debería haberse acabado en 2014, contando en ese momento con las dos primeras entregas, Tales from the Borderlands y The Pre-Sequel. Ojalá me equivoque, pero me temo que el futuro de la saga consista en seguir haciendo lo mismo, con mejores o peores resultados dependiendo de la entrega, al ver que con Borderlands 4 ha funcionado la jugada de regresar a la misma fórmula por quinta vez pero un poco mejor hecha. Me alegra que esta entrega haya sido buena, pero me preocupa que en Gearbox no aprendan de sus errores y piensen que lo único que tienen que hacer es esto mismo pero con un par de cosas nuevas y mejores gráficos.
Siempre nos quedará Kairos
Aún con este conflicto entre la dirección que esperaba que tomase Borderlands y por la que finalmente se ha decantado Gearbox, Borderlands 4 es un muy buen juego, del cual he disfrutado de principio a fin y al que no me molestaría volver para pasar un rato haciendo secundarias, conociendo mejor a sus personajes o mejorando mi equipo y buscacámaras hasta tocar techo. Para quienes disfrutasen de la tercera entrega, creo que aquí pueden encontrar una versión mejorada de todo lo que ofrecía.
Por otro lado, para quienes se sintieran decepcionados e incluso un poco desconectados de la franquicia desde hace una década (como es mi caso), debo advertir de que no se arriesga en nada y juega a lo seguro, pero como consecuencia sirve como punto de regreso perfecto a este universo de pirados y violencia. Si después de esto Borderlands se convierte en un copia y pega hasta el aburrimiento, al menos siempre podremos volver a esta satisfactoria secuela.
Esta crítica ha sido realizada con una clave digital para PS5 cedida por 2K España.