Abordar problemáticas desde otros prismas

Son densos los debates que surgen a día de hoy en el entorno de la industria del videojuego, cada uno radicalmente diferente al anterior, con más o menos repercusión mediática, pero podemos llegar a sacar algún que otro apunte de dichos “enfrentamientos”. Con la ingente cantidad de títulos que salen ya no solo mensualmente, sino que incluso en el día a día, no es extraño que puedan surgir conversaciones más habitualmente que con anterioridad, lo cual ha provocado cierto desgaste en las personas que interactuamos con esta industria, y que principalmente nos movemos por las redes sociales. No es extraño el día que, de la nada, vuelve el debate de la dificultad de la palestra, o tal vez el invitado del día sean los gráficos, quién sabe, nada nos prepara para la decimocuarta vez que volvemos a leer los mismos argumentos con sus correspondientes respuestas, o tal vez es nuestro problema por no esperarlo y evitarlo a tiempo.

Esto desemboca en graves problemas, pues debido a unos debates cíclicos, que vuelven cada X tiempo y acaparan todo el entorno, provoca que otros que pueden ser más pequeños pero no por ello menos interesantes, queden relegados al abandono, pues nadie se fija y conversa sobre ellos, quedando relegados a pequeños círculos que logran nutrirse del debate cercano. El tema que me trae hoy a estas líneas nació mientras jugaba a Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread, título lanzado el día 13 del mes pasado, y que tras un gameplay disfrutable y un tono cómico por doquier esconde un trasfondo que siempre solemos encontrar pero pocas veces nos paramos a hablar sobre ello, y es el cómo se abordan las inspiraciones y lugares donde se basan las obras en el contexto social e histórico, cómo asociamos la inspiración latinoamericana a la visión colonialista.

Blast Brigade

De primeras puede sonar lioso, y esto será algo que desarrollaré más adelante, pues antes que nada quiero hablar sobre el título que ha provocado esta inspiración Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread, un juego de corte metroidvania donde, aunque resulte raro, se abandona el corte medieval con sus arcos y espadas para llevarnos a una época algo más moderna, pues las armas de fuego serán nuestra herramienta para acabar con el malvado doctor que habita en la isla donde hemos aterrizado, liberando al mundo de un adepto del mal, todo muy maloso. Aunque parezca que no, intentar analizar y consensuar las aspiraciones de un título no es tan difícil como cabría esperar, y no es algo malo aspirar a lo más alto o directamente renunciar a ello, pues un exceso de aspiraciones puede provocar desencantos peligrosos para la continuidad del estudio. En este contexto Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread sabe qué es lo que quiere hacer, más o menos, no se nota que pequen de soberbia y deciden quedarse en un juego gracioso y que podemos disfrutar fácilmente, aunque luego nos plante delante un mapa excesivamente grande que da la sensación de que busca contradecirme. La sensación a los mandos es muy buena, y jugando con las palancas, pues debemos de apuntar con el arma, se logra una capa de profundidad que en títulos de este rollo suele quedar descartada, principalmente debido a que las armas cuerpo a cuerpo pueblan los títulos metroidvania al ser estos mayoritariamente de corte medieval. Gracias a esto nos encontramos con un apartado fresco del cual cuesta cansarse, pues de que sintamos que es así, un nuevo personaje jugable se plantará a nosotros y nos dará una nueva visión sobre cómo afrontar los escenarios, ya que en cualquier momento podremos cambiar entre el plantel que tengamos disponible.

Blast Brigade 2

Con esto dicho tocaría pasar a la razón por la que el juego comienza, y es la repentina caída del vuelo donde va nuestro protagonista, un americano muy chulo, muy tonto y muy americano, quien busca acabar con el mal, aterrizando estrepitosamente en una isla dominada por un villano con planes malvados, que más se puede pedir. Obviamente no hay que darles muchas más vueltas a la cabeza, la historia de Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread solo es un apartado más, sin peso alguno, por la que enfundarnos en nuestro traje y preparar el arsenal, pues hay un objetivo con el que acabar, aunque sí que se agradece ese tono de humor que inunda a la obra, pues sustituye hasta cierto punto el peso carente de la trama, un punto que no es que sea negativo en este caso precisamente. Pero si entramos un poco más, no en la historia, pues solo afecta a una parte del mundo en el que nos moveremos, pero es una cuestión de representación que lleva ahí mucho tiempo, y de la cual parece que somos incapaces de desvincularnos, y es la representación que se le da no solo a Latinoamérica, sino a los países y regiones donde se ha vivido un imperialismo / colonialismo intransigente, quedando reducidos a meros clichés en los cuales jamás nos podremos internar para, por fin, vivir una historia en una zona del globo en concreto sin tener que vivir, por vigésimo novena vez, la invasión de nuestras tierras por fuerzas de ocupación.

Todo influye, y la representación que decidimos hacer sobre un lugar, una sociedad, la gente, sus realidades sociales y demás aspectos definen la visión, en este caso, de una obra. Uno de los casos más comunes que encontramos viene del cine, y concretamente de las representación que se le ha dado a los países de Oriente Medio en las películas o series. Estos lugares sufren de varios estigmas, empezando por los filtros cálidos y terminando por la representación misma de las gentes que pueblan dichos lugares, muchas veces ajenas, frías y hostiles hacia los protagonistas, dando así la imagen de que todo el terreno es enemigo y, por tanto, forman parte de los malos, aun siendo población civil que ve cómo fuerzas exteriores llegan a su país para acabar con supuestas amenazas y que, en muchos casos, no dudan sobre cometer crímenes de guerra hacia población civil. Este es solo uno de los ejemplos que se me vienen a la mente, pero de seguro que si pensamos en más casos, empezará a conformarse una larga lista, llevándonos al caso de hoy, que no es otro que la representación que se hace sobre territorios previamente colonizados, lugar donde podemos asumir que se desarrolla Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread.

No se especifica en qué territorio se desarrolla el juego, solo sabemos que una sociedad indígena que habitaba la isla se ha visto desplazada y secuestrada por el malvado doctor, otra más a una interminable lista de títulos cuyas sociedades indígenas han tenido destinos similares, siendo la mayoría de veces el protagonista, que curiosamente no pertenece a dicha sociedad y casualmente como un agente externo de rasgos y apariencia “occidental” como se diría, el que rescate y salve al pueblo. Otra vez más, no somos capaces de liberarnos de ese estigma. Cuando hablamos de representación normalmente nos acabamos olvidando de casos similares a estos, donde la sociedad indígena no es más que un grupo de gente atormentada cuyos territorios han sido colonizados por un ente ajeno, y que solo podrán ser salvados/liberados por otra persona externa. Sin embargo, aquí nos plantamos ante dos casuísticas que podrían valer como solución, siendo ambos recursos apenas utilizados por los estudios de desarrollo. La primera podría pasar por despojar al protagonista cliché del papel del salvador, siendo la propia comunidad indígena la que logre eliminar a todos los agentes externos. La segunda, terminar de una vez con la idea de que las ambientaciones colonialistas siempre deben de ser representadas cuando están siendo colonizadas.

Una experiencia fresca con un humor que, aunque simple, configura una experiencia muy disfrutable

Considero que hemos llegado a un punto donde podemos pensar y crear sobre, por decir algo, Latinoamérica sin relacionarlo con el colonialismo, de Oriente Medio sin volver a recaer en un imperialismo rancio que huele a viejo. Obviamente que es necesario crear conciencia sobre estos temas, y dar a luz a obras que muestren las crueldades de ambos sistemas, pero no bajo el molde que se ha impuesto y que todavía sigue vigente, donde el Europeo o estadounidense de turno viene a salvar a las colonias indígenas que se han visto subyugadas. Blast Brigade vs. the Evil Legion of Dr. Cread no es un mal juego por este aspecto, para nada, es una experiencia fresca con un humor que, aunque simple, alivia la posible carga que habría significado dotar al título de una historia ambiciosa. Pero es precisamente por eso, porque se siente fresco, que me rechina que se caigan en estereotipos que tienen demasiados usos ya, y posiblemente ninguno bueno. La representación es importante, pero más lo es el cómo lo hacemos.


Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Best Vision PR.