En una situación como esta, desaparecen los culpables

Recientemente Sony ha comenzado a realizar una serie de baneos masivos en PlayStation 4 a multitud de cuentas por utilizar códigos y claves en la PlayStation Store de “forma fraudulenta”. La noticia se ha hecho eco en los foros de reddit y en diferentes medios ya que estaría afectando a miles de usuarios en todo el mundo. La gravedad de esta situación es bastante seria ya que los baneos son permanentes y en las cuentas se puede haber invertido cientos o miles de dólares en contenido online.

¿Sientes el miedo?

Al parecer, el baneo tiene relación con el canjeo masivo de códigos provenientes de sorteos realizados por YouTubers, empresas o influencers que de buena fe ofrecen estos códigos de manera promocional. Esto por sí solo, no supone ninguna ilegalidad, ya que estos códigos puede haberse dado en directos o en redes sociales donde haya miles de personas conectadas al mismo tiempo. Sony no es que haya tomado una decisión al respecto sino que muy posiblemente haya sucedido de forma automática. El sistema de PlayStation 4 haya detectado esa entrada masiva de un mismo código como un ataque hacia la plataforma. Dejando a un lado la confrontación directa, está claro que la noticia no conlleva ningún beneficio a la imagen de PlayStation. En mi opinión, el principal problema radica en dos factores determinantes.

Primero, si nos ceñimos a las normas y condiciones de PlayStation 4, veremos que el uso de códigos fraudulentos no está permitido. No conocer la norma, no nos exime de ella lo que conlleva una infracción grave y por tanto el baneo permanente sin advertencia, ni alegación posible. Esto es hasta cierto punto entendible ya que pretende escudarse de aquellos códigos dañinos u obtenidos de forma ilegítima mediante bugs o fallos del sistema. El problema está en que a pesar de no tener porqué conocer la norma, el usuario no tiene una forma exacta de conocer la procedencia de un código o clave. De hecho, hay usuarios que afirman haber sido baneados por canjear códigos de un sorteo oficial del canal de EA Sports en España. Esto indignaría aún más el ánimo de los jugadores al entender que ni siquiera un jugador honesto puede evitar ser baneao de forma permanente.

Segundo, está la recepción condescendiente del servicio técnico al problema. Si bien, el primer factor no contemplaba los códigos provenientes de sorteos (lo que hoy en día es muy habitual), este segundo factor agrava e indigna aún más a los usuarios. Podríamos decir que si de forma automática se comete un error, reclamar ese problema no debería de ser igualmente una respuesta automática según un protocolo. Esto es consecuencia de la automatización del servicio técnico que sucede en muchos sectores (no sólo en los videojuegos) en momentos que precisamente requieren de un trato más humano por fallos de software o hardware. Lo que en un principio debería haberse optado por una respuesta inmediata, global y tranquilizadora que calmara los ánimos de la multitud, se ha transmitido un silencio e indiferencia que sólo provoca incertidumbre. Hasta las últimas horas, no se ha pronunciado Sony quién en la división de España ha confirmado que existe una investigación interna acerca de lo ocurrido.

A día de hoy no se conoce la magnitud de esta situación pero se espera que pueda plantearse una solución en los próximos días. Diferente será que se restituyan las cuentas porque posiblemente conlleve estudiar cada cuenta, una a una. Lo que está claro es que en una situación como esta, no hay culpables. Ni por parte de quiénes publicitan los sorteos y ofrecen los códigos ya que los realizan con la mejor de las intenciones. Como por parte de Sony que tiene establecido de antemano una medida automática para evitar el uso fraudulento de códigos por parte de ciertas personas y no pretende banear a miles de usuarios. Es evidente que Sony tendrá trabajo por delante y deberá ajustar sus medidas sumamente intransigentes con el tráfico de códigos y claves que hay actualmente.

La letra pequeña que no leemos

A grandes rasgos, si esto sale bien, todo viene a ser una lección de la que podemos aprender bastante. Entre otras cosas, por ejemplo, entender en qué situación se encuentra el contenido que compramos digitalmente. No nos pertenece por mucho que aparezca en “MI Biblioteca” o “MIS juegos”. Sólo tenemos un acceso temporal al juego que no está garantizado en cualquier situación. Esto implica que invertir como patrimonio digital en videojuegos en plataformas como Steam, GoG, PlayStation o Xbox no lo hace formar parte realmente de nuestro legado. En detrimento del fomato físico, es positivo que existan cada vez más plataformas digitales para tener opciones donde elegir en base a las condiciones y letras pequeñas no solemos leer. Porque es importante esa letra pequeña que protege y escuda a cualquier compañía de cualquier incidencia por mucho que insistamos en su responsabilidad. Para nosotros, los usuarios, nuestra letra pequeña es la protección de datos y no elegir esa plataforma. Por otro lado, todos conocemos esa especie de “burocracia” digital que existe cuando reportamos bugs o fallos en un juego, solicitamos ayuda al servicio técnico o informamos de incidencias graves. Es un compendio de formularios, e-mail, tiempos de espera y contestaciones semiautomáticas en el mejor de los casos. Aún falta mucho por avanzar en ese campo de la era digital que en un futuro condicionará más nuestro día a día. Esperemos que Sony comprenda que no se puede ser inflexible y pueda resolver a tiempo todas las cuentas afectadas. Si eres uno de los afectados puedes ponerte contacto a través del formulario que ha publicado PlayStation España a través de Twitter.