Turismo por las Tierras Salvajes

No creo en el karma ni en los golpes de suerte, pero se me hace poco menos que imposible negar el hiperbólico ejercicio de justicia poética que los chicos de Respawn Entertainment, tras sorprender a propios y extraños con un memorable pero infravaloradísimo Titanfall 2 (2016), vivieron hace ya casi tres años con su debut en el campo de los battle royales. Manteniendo las señas de identidad del estudio (con una ambientación futurista, un gunplay sorprendente y un soberbio uso del wall running) pero a su vez muy guiados por la estela de un Fortnite catapultado hacia su máximo apogeo (al que, incluso, llegó a plantar cara durante más de los doce meses posteriores a su estreno), Apex Legends marcó un antes y un después en los juegos como servicio, extiendo el uso de los Pases de Batalla más allá de las fronteras de Epic Games y ofreciendo a sus jugadores algo contra lo que la compañía de Tim Sweeney tardó en poder competir: héroes únicos, bien diferenciados y, ante todo pronóstico, memorables.

Pese a las críticas recibidas por su cuestionable diseño de personajes —derivadas, en gran parte, por las odiosas comparaciones entre el one hit wonder de Respawn y los mimadísimos y mucho menos arriesgados y apresurados Overwatch (Blizzard Entertainment, 2016) y Valorant (Riot Games, 2020)—, si hay algo que no se le puede reprochar al estudio de Vince Zampella es el explícito interés que sus chicos tuvieron en introducir lore por doquier tanto de estas figuras como de sus armas, accesorios y localizaciones. Aún a sabiendas de que el gran público al que se dirigían haría todo lo posible por obviar o eludir hasta la más nimia cápsula narrativa en pro de pasar directamente a la acción, desde Respawn confiaron en su producto y en su buen hacer, y lograron configurar un universo muy rico que, desde luego, merecería ser recopilado e inmortalizado de la mejor manera posible.

Al parecer, no se les ocurrió una forma más adecuada de llevar dicha idea a cabo que confiando en los buenos de Dark Horse Books y Norma Editorial, dos equipos especializados en el sector con décadas de experiencia a sus espaldas, y que muy rara vez decepcionan en términos de material, portadas, dimensiones, tratamiento del color o localización. Tras años de trabajo, Apex Legends: La aventura de Pathfinder es el nombre con el que este compendio ha llegado finalmente a nuestras tiendas, definiéndose desde un primer momento, como no podía ser de otra manera, como un producto premium, voluminoso y de gran calidad, cuyo cartoné de 22,9 x 30,5cm, valorado en 39,95€, acoge 208 páginas repletas de concept art e ilustraciones, pero, sobre todo, entrevistas con los personajes. Y es que, tal y como indica su nombre, el tomo no se postula como un libro de arte al uso (de esos, de hecho, ya sacaron uno hace más de dos años), sino que se halla principalmente compuesto por conversaciones entre Pathfinder y el resto de héroes que componen el plantel, las cuales destapan numerosos detalles y curiosidades sobre su infancia, sus gustos y sus lugares de origen.

Puede intuirse, bajo esta premisa, que nos encontramos ante una propuesta de decidido carácter juvenil, y es que si bien puede ser disfrutada, por supuesto, por un público más adulto, debe de tenerse en cuenta que su intención no es la de ser una novela de estructura aristotélica que arroje luz sobre los hechos, ni una enciclopedia recurrente sobre el universo de Apex Legends (aunque sí que hay un poquito de esto), sino que más bien parte de un interés genuino por acercarnos algo más a los personajes con los que tanto tiempo hemos compartido a través de nuestra consola u ordenador, otorgándoles capas adicionales de personalidad, haciéndonos partícipes de sus anécdotas —muchas de ellas, de escasísima relevancia e impacto en el argumento del hero shooter—, mostrándonos sus expedientes y descubriendo sus interacciones tanto con Pathfinder, quien se halla en búsqueda de su creador, como con otros mercenarios. En este sentido, es de justicia admitir que narrar ciertos hechos desde una perspectiva conversacional en primera persona nos ha parecido de lo más oportuno, y creemos que las plumas de Manny Hagopian, Tom Casiello y Ashley Reed (junto a las de los traductores David Tejera y Ramón Méndez) han hecho un encomiable trabajo a la hora de dotar a Gibraltar, Wraith y compañía de sus propias muletillas, manías y dejes.

Igual de notable ha sido el trabajo realizado en términos de maquetación, pues si bien es un apartado con tantas luces como sombras (en ocasiones hay páginas que se perciben demasiado cargadas de texto, en contraste con otras protagonizadas completamente por imágenes; también hay un abuso de tipografías, tamaños y colores de letra, que dificultan la lectura), lo cierto es que logra capturar con excesivo tino la esencia visual de la obra original, hasta el punto de que con tan solo vislumbrar una página del compendio, un jugador avezado a buen seguro podría identificarlo como un documento relacionado con Apex Legends. Mejor sabor de boca aún nos han dejado los diseños de la portada y contraportada, ambos con detalles satinados y mucho más minimalistas, descriptivos y elegantes.

Sincero, directo y enfocado completamente al fan

Recomendar La aventura de Pathfinder o no hacerlo es, por naturaleza, una tarea extremadamente fácil: la obra tiene un target muy claro, y no tiene el más mínimo problema en abrirse en canal ante él y exhibir desde un primer momento todas sus virtudes y defectos. De una extensión muy considerable, el tomo acerca la historia de Apex Legends a los jugadores de una forma extremadamente personal, directa y divertida, por lo que, lejos de querer encandilar a aquellos que aún no se hayan lanzado a descubrir el battle royale de Respawn o de buscar ofrecer una historia concreta, interesante y comedida, difícilmente defraudará a quienes no tengan reparo en pasar horas y horas descubriendo curiosidades, historias y banalidades sobre las Tierras Salvajes. Desde luego, hay unas cuantas por descubrir.


Este análisis se ha realizado con una copia física para prensa proporcionada por Norma Editorial.